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21 enero 2022

GUARARÉ EN LA SEGUNDA DÉCADA DEL SIGLO XX

  


 1. Introducción

El tratar de reconstruir la vida social de un poblado tiene sus dificultades. En especial, si las fuentes documentales son casi inexistentes y los seres humanos ya no pueden rememorar los hechos, porque eran muy niños o la bruma del tiempo se los impide.

Eso me acontece al referirme al mundo social de una villa santeña -Guararé-, porque en este caso el proceso de investigación sólo es posible mediante el archivo parroquial, alguna memoria ministerial, escritos de sus hijos o de visitantes en las que hayan plasmado sus vivencias.

Sin embargo, y pese a todo, ha venido en mi auxilio la existencia de una publicación que circuló por aquellas calendas. Me refiero al semanario El Eco Herrerano, editado en Chitré desde el año 1921 hasta mediados de la vigésima centuria y que, dicho sea de paso, ya cumplió el primer siglo de existencia en el más grande de los mutismos.

La publicación permite atisbar parte de la vida social peninsular y se constituye en un valioso auxiliar en los propósitos que nos animan, al que podemos añadir una que otra fuente, especialmente del archivo parroquial guarareño – como queda dicho-, el que, centrado en nacimientos, casamientos y defunciones, facilita indirectamente la perspectiva que nos interesa en la reconstrucción de la vida social del Guararé de los años veinte de la pasada centuria.

Por las razones expuestas me centraré en esa segunda década, como ejemplo de las inquietudes del grupo humano que vivió durante aquellas calendas. Utilizaré como muestrario el estudio de los años 1923, 1924 y 1925, por considerarlos representativos del decenio.

 

2. Los años veinte en la península de Azuero

 

En la peninsular región de Azuero, el siglo veinte es centuria de acelerados cambios sociales, económicos y culturales; durante esos años hay una ruptura con el mundo del ayer, quiero decir, del legado de la era colonial, época que comenzó a desmoronarse en el siglo XIX y, en especial, desde la segunda mitad de esos años. En efecto, el poblado guarareño venía de vivir hechos que marcaron su historia, ya que durante el decimonono puso su empeño para constituirse en distrito (21 de enero de 1880), bajo la égida de la matrona Bibiana Pérez (1848-1940) y el arribo de personajes como Juana Vernaza (1843-1937), José de La Rosa Poveda (1864-1917), entre otros. Un poco antes, el 31 de julio1869, se creó la Parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes.[1]

El siglo XX inicia con las secuelas de la Guerra de Los Mil Días, la adhesión guarareña a la separación de Panamá de Colombia, el 10 de noviembre de 1903; para ese año Manuel Fernando de Las Mercedes Zárate (1899-1968) tiene 4 años, Bibiana Pérez cuenta con 55 y la maestra Juana Vernaza cumple 60 aniversarios.[2]

En este período de transformaciones debemos recordar que la carretera porrista se construye en los años veinte y la era de los barcos, de vela y luego motoveleros, zarpan de la ría del Guararé, pero tienen sus días contados. El agro despierta de su modorra y la medicina moderna comienza a retar al curanderismo, mientras la instrucción pública avanza y moldea los usos sociales y los pareceres. La población provincial aún crece a un ritmo lento, con 34,638 habitantes, de los cuales 4,369 residen en el distrito de Guararé, lo que representa el 12.6% del total provincial [3]

En los pueblos se ha puesto de moda la creación de clubes sociales; pero no todas son transformaciones estructurales, ni los problemas están resueltos. En la segunda década del siglo XX hay una mezcla de tradición y modernismo, conviven los que han nacido previos a la nueva centuria, más el empuje de la juventud que creció antes, durante y posterior a la Guerra de Los Mil Días, paisanos que nacieron cuarenta o cincuenta años después del tableño Belisario Porras Barahona (1856-1942) y del guarareño José Antonio “Toto” Saavedra (23/VII/1854-10/IX)1936).

Entre la generación retadora está un tableño, Jacinto López y León, y el guarareño Manuel Fernando de Las Mercedes Zárate, los que aprovechando las páginas de El Eco Herrerano intentan diagnosticar los males que aquejan a la provincia de Los Santos.

En el año 1923, como ejemplo de lo que acaece a los demás pueblos, y por tratarse de la ciudad más relevante del período colonial, así describe López y León los problemas de la Villa de Los Santos:

“…Se levanta la histórica Villa de Los Santos, por la que nada se ha hecho en ese sentido. ‘La ciudad dormida”, como dijo el poeta, parece haber sido relegada al olvido. Motivos que justifiquen su proceder no encontraremos uno solo, antes bien, son muy otros los que tienen para que merezca de nuestros Gobiernos preocupaciones más constantes por su adelanto y prosperidad. En esa ciudad ni una calle, ni una alcantarilla, se ha mejorado y construido con la ayuda de la Junta Central de Caminos. Allí en el invierno y con motivo de las grandes avenidas de su caudaloso río, el agua que se consume es en su mayor parte insalubre. ¿Por qué no se han construido allí tres o cuatro pozos artesianos que abastezcan suficientemente la ciudad, si hasta con aldeas de ninguna importancia así se ha hecho? ¿Qué puede ser en el Presupuesto de Gobierno Nacional las sumas que esas construcciones demandan?” [4]

Al referirse a los desafíos guarareños y luego de criticar el esfuerzo de construir la carretera al puerto, afirma:

“Para quien visite a Guararé ha de faltar allí un acueducto, un cementerio, un matadero y mercado, un parque y mucha luz. Es por la consecución de ellas que debe luchar y no por la consecución de una carretera que la unirá a un puerto que de nada sirve. El apoyo que le suministra el Gobierno, para la construcción de esa carretera, en concepto de casi todos, es preferible emplearlo en las obras antes mencionadas. La construcción de esa carretera es prematura. Debe ante todo canalizarse el puerto, porque aquélla sin esto de nada serviría” [5]

La respuesta al joven López no se hizo esperar, porque en la entrega siguiente del semanario chitreano, apareció el artículo de Manuel F. Zárate, quien luego de encomiásticos comentarios, riposta sobre lo planteado por su coterráneo tableño y concluye afirmando:

“Ojalá Ud. tenga la bondad de informarse mejor sobre las condiciones de nuestro puerto, de sus actividades comerciales, de los beneficios insustituibles que reporta a nuestra vida económica, de la ventaja que representa para la provincia una entrada más, y de que, la carretera que proyectamos no solo favorece al puerto, sino a los caseríos que hacia ese lado se extienden, y, entonces después quizás de una sonrisa de duda, nos dará la razón, porque su corazón es capaz de ello, con nosotros el entusiasmo y el placer que proporciona el cumplimiento de un deber patrio.” [6]

La sana, elegante e inteligente diatriba que reproduzco parcialmente, deja en claro el ambiente que se vivía en los años veinte, ya que ambos eran jóvenes prometedores que tenían una perspectiva desarrollista y se sentían portadores de una visión que, en efecto, fructificó en años posteriores y que ellos encarnaron en el derecho, la política, la química y el folklore.

 

3. El mundo social: eventos, personajes y agrupaciones

 

En los años veinte la fundación distrital es un acontecimiento que se conmemora con júbilo. El 21 de enero de 1923 los concejales y educadores lideraron la celebración del XLIII aniversario, los que quedan plasmados en reportaje periodístico:

“La actitud que asumieron ayer los Honorables Concejales de esta localidad, fué digna de aplausos; gesto patriótico que se levanta en estrecha comunión con el pueblo, ha celebrado ruidosamente el 43 aniversario de la erección de esta entidad territorial en Municipio, segregándola del de Las Tablas.

La junta organizadora de los festejos, presidida por el entusiasta Director de la Escuela José E. Brandao, desarrolló un magnífico programa: salvas de artillería, cohetes, repiques de campanas, misa solemne con ‘Te Deum’, carreras en sacos, piñata, gallo enterrado, carreras de competencia, paseos cívicos, etc. Y sobre todo la interesante sesión cívica del Concejo. En ella tomaron la palabra varios jóvenes y señoritas de la localidad, después del orador oficial, jovencito Sergio Pérez Angulo, aprovechado alumno del VI Grado de esta escuela y que comienza a ensayar sus primeros y vacilantes pasos por el extenso y hermoso campo de las letras”.[7]

El papel de los educadores de la Escuela Mixta de Guararé, como se le llamó para aquella época, es notable y demuestra el rol de instructores como el ya indicado, José E. Brandao, pero también de Manuel F. Zárate, el joven maestro que dirigió la escuela primaria antes de partir a realizar estudios de ingeniería química en la capital francesa y que se convierte en importante puntal de la vida social y cultural, como ya tendremos ocasión de demostrar.

Mientras tanto, la aprobación de leyes agrarias acelera la apropiación de las tierras y son frecuentes los conflictos legales, como el entablado entre Pío Zambrano contra Antonino Pascale y Rufina Osorio, que ocasiona el remate de los bienes de los últimos. Las propiedades tienen las siguientes ubicaciones:

“Dos casas entre las cuales hay una, con los siguientes linderos: Norte sabanas libres; Sur, fondo de patios; Este, casa y patio de Patrocinio Pinzón; y Oeste, camino que conduce del caserío de La Enea a Guararé. Mide de frente dicha casa seis metros con ochenta centímetros por diez metros diez centímetros de fondo: está construida de paredes de quincha, maderas redondas y tejas de barro al estilo de las del país, está situada en ‘La Pacheca’, Distrito de Guararé y ha sido valorada en la suma de doscientos cincuenta balboas (B/250.00). La otra casa se encuentra situada en la cabecera del mismo Distrito de Guararé con los siguientes linderos: Norte, casa del finado Paulino Jaén; Sur, casa de la finada Adela Salzavilla; Este, fondo de patio: y Oeste, calle denominada ‘3 de Noviembre’; mide dicha casa de frente diez metros noventicinco centímetros por nueve metros noventa centímetros de fondo, construida de maderas, paredes de quincha y tejas de barro al estilo de las del país y está valorada en la suma de trescientos balboas, todo lo cual da un total de quinientos cincuenta balboas, B/550.00” [8]

El texto transcrito es valioso por diversas razones, demuestra que las casas habitaciones eran de quincha, seguramente numerosas, tanto en La Pacheca como en la cabecera distrital y otros poblados santeños, porque los cambios en la arquitectura vernácula no se aceleran hasta la década siguiente. En la época existían tierras baldías, como las sabanas que se describen en la zona de La Enea. Es evidente que en los años veinte la propiedad privada de bienes se había extendido, dejando atrás el período de propiedad comunal que caracterizó la Colonia.

Un anónimo corresponsal, por su parte, muestra preocupación por el estado del puente sobre el río de sonoro vocablo indígena. Sostiene el reportero que:

“Es un peligro el pasar por el puente del río Guararé en día lluvioso. Los extremos del puente, los trozos que corresponden a los estribos, se ponen sumamente resbalosos, peligrosos para los pasajeros de a caballo o a pie. Se puede afirmar que de 5 que pasan a caballo, 3 o 4 con seguridad caen. Traslado a quienes corresponda para que remedien el mal” [9]

El mismo corresponsal insiste en la lamentable situación del puente sobre el río Guararé y escribe en nota del 17 de noviembre de 1924:

“Otra vez el puente; seremos necios, hasta quien corresponda no mejore el mal. Hace poco el Sr. Manuel Falcón P. hacendado, en viaje hacia su ‘Mangote’, le resbaló el caballo al pasar por allí y cayó golpeándose gravemente la rodilla, que lo obligó a tomar cama.

Tome nota Sr…….” [10]

A pesar de que la Junta Central de Caminos -antecedente del Ministerio de Obras Públicas- realizaba esfuerzo por mejorar las vías de comunicación, las dificultades persistían en un país que daba los primeros pasos republicanos; lo que explica el surgimiento de iniciativas comunales para enfrentar la problemática del desarrollo.

La sociedad llamada “Unión Progresista” era una de esas agrupaciones que emprendía acciones para el mejoramiento colectivo. Presidida por Manuel F. Zárate, fue responsable de las gestiones para la construcción de un puente en las goteras del pueblo, en el camino que conduce hacia La Enea. La prensa reporta el acontecimiento, bajo el titular de ‘Guararé Progresa’, en los términos siguientes y bajo la rúbrica de un tal Brígido:

“El domingo 20 del corriente, se llevó a efecto en esta población la bendición del primer puente del camino que la sociedad ‘Unión Progresista’ se propone llevar hasta el Puerto. El puente se encuentra en las afueras de esta población sobre un atascadero que impedía el libre tráfico de invierno con el puerto y caserío de ‘La Enea’, y es de concreto.

Inmenso gentío asistió a la ceremonia que se cumplió según programa elaborado anticipadamente por la Sociedad. El desfile partió de la Casa Municipal en este orden: bandera Nacional llevada por el Sr. Alcalde; el estandarte de la Sociedad portado por su presidente, alma de la fiesta, Sr. Manuel F. Zárate, las borlas fueron llevadas por el Sr. Presidente del Concejo y por el Presidente de la Junta Municipal de Caminos; seguían luego el Sr. Cura Parroquial con los miembros del Magisterio local y señoritas de la sociedad; alumnos de las escuelas y gran público. La orquesta amenizaba el acto con vibrantes notas que hacían estremecer el alma de entusiasmo.

Después de la ceremonia religiosa llevada a efectos bajo los acordes del Himno Nacional, tomó la palabra el Sr. Virgilio Angulo en términos elocuentes y patrióticos.

De regreso a la Casa Municipal, los 24 padrinos ofrecieron al público licores, dulces, etc. hasta la 7 p.m. cuando se disolvió la concurrencia” [11]

La sociedad se había instituido el 24 de marzo del mismo año y estuvo integrada, como queda dicho, por Manuel F. Zárate, como presidente; Issac Catán y José del C. Saavedra, como primer y segundo vicepresidente; Virgilio Angulo y Manuel Terriente, como secretario y vicesecretario, así como por el tesorero Medardo Falconet.[12] Entre otras obras de la agrupación, también se menciona la refacción del templo parroquial.

En una sociedad rural como la guarareña no todo era trabajo, porque la diversión también se imponía. Muy esperados eran los carnavales y los ecos de la actividad aún estaban frescos en la memoria. Porque:

“ ‘Pasó la tempestad y vino la calma’: pasaron los carnavales, con su cortejo de risas y alegrías, disfraces, etc., y ha llegado la beatífica cuaresma” [13]

La fiesta de Momo impregnaba la zona, porque en la misma publicación se sostiene que “el domingo de carnaval, un carro lleno de disfraces se dio un corto paseo por Los Santos y Chitré…” [14]

A su vez, las féminas de la península incursionaban en la realización de concursos de belleza y con tales fines un escrutinio de simpatías tendría lugar el 24 de enero de 1924. El evento era promovido por El Eco Herrerano y en el mismo participaban las siguientes señoritas:

CONCURSO DE BELLEZA

Escrutinio del día 12 de enero de 1924

Nombre

Lugar

Votos

Blanca Varela

Pesé

1310

Catalina Valdés

Chitré

1143

Paquita Gelonch

Chitré

664

Sofía Tello R.

Chitré

617

Esperanza Berbey

Ocú

470

Rebeca W. Crespo

Chitré

428

Sarita Rivera

Chitré

374

Lilia Márquez

Chitré

63

Marcelina López

Parita

49

Silvia Salerno

Chitré

50

Elida Pinilla

Chitré

37

Hermisenda Correa S.

Chitré

29

Clementina Aued

Chitré

26

Adela María Navarro

Chitré

25

Julia M. Quintero

Parita

24

Rosario Saavedra

Guararé

23

Marcelina Arosemena

Parita

11

Abigail Achurra

Parita

18

Eugenia González

Las Tablas

17

Rita Alba

Las Tablas

16

Chitré, 5 de enero de 1924

El escrutinio se efectuaba contando los cupones de preferencia, los que aparecían publicados en El Eco Herrerano. Fueron los jurados: Gilberto Porcell, E. Rodríguez R., José I. Collado, B. Urriola O., Arturo Pérez T., Bolívar Márquez, Rogelio Salamín, J. Villalaz Jr. Fuente: El Eco Herrerano, domingo 13 de enero de 1924. Portada. Las negritas son del autor.

 

Como se aprecia en el cuadro anterior, la concursante por Guararé fue la señorita Rosario Saavedra Espino,[15] hija de distinguida familia cuya residencia aún queda frente al Parque Bibiana Pérez; hermana de los escritores guarareños José del C. y Leonidas Saavedra Espino. Cuando formó parte del concurso, la aspirante al cetro tenía 16 años. Ella casó en años posteriores con Rafael Moreno González y formó familia en Macaracas.[16]

El papel social de las señoritas expresa ansias de superación, porque las mismas andan en busca de nuevos horizontes. Veamos:

“En esta semana se despidió de nosotros, la alegante y popular señorita Zenaida Castillero que partió para Panamá. La simpática Zena, como familiarmente le llamamos, conocida por el selecto personal de los pueblos vecinos por su cariño, cultura y finezas que la distinguen, va en busca de nuevos horizontes a la Capital; va a ingresar en uno de los establecimientos de enseñanza de esa ciudad.

Que las brisas del Ancón sean portadores de las felicidades que le deseamos.” [17]

Otra de las guarareñas, Raquel M. Angulo, inspirada en la conmemoración de la fecha clásica distrital, incursiona en la poesía y publica su inspiración:[18]

OFRENDA

A Guararé en el 21 de enero

¡Salve pueblo querido! Próvido

y fuerte, grande y único por

las sublimes y resplandecientes

virtudes sagradas de tus hijos

 

¡Salve, Oh fecha inmortal,

gloriosa y santa! Todos te cantan

en tu día porque eres augusta

y eres grande! Yo también quiero

y debo cantarte.

 

Porque tu exaltación fue el ideal

De todos tus hijos por varios lustros;

 

Porque tú surgiste del esfuerzo

de mis mayores para quedar

perennemente vibrante en las

alas de los vientos y en las ondas

rizadas de las aguas;

 

Porque la Justicia y el Derecho

están amparados en ti.

 

Por eso, hoy vengo a cantarte

y a rendirte el homenaje único

de mi cariño.

 

¡Guararé! pueblo querido, yo te

saludo.

 

RAQUEL M. ANGULO

Enero 21…..1925

 

En otro orden de cosas, la actividad político partidista tocaba las puertas de Guararé, y en el año 1924, la población contó con su primer diputado:

“Parte hoy para Panamá el Sr. Efraín Pérez Angulo, primer diputado guarareño, elegido por esta Provincia hace poco, con lujosa mayoría.

Va a laborar en la Asamblea Nacional por el progreso y bienestar de la Provincia y con especialidad por ese querido terruño de sus amores, en donde se meció su cuna y donde vió por primera vez los mortecinos rayos del sol agonizante.

Pérez Angulo es joven de grandes y nobles aspiraciones, que debido a sus méritos, ha podido ascender la escala de la representación nacional en pocos años de vida política. Es una verdadera promesa para el porvenir de nuestra Patria.

Buen viaje y feliz éxito le deseamos” [19]

En el mundo de los concejales, los resultados de las elecciones también renuevan el mundo político distrital:

“Dos bandos políticos se disputaban en las urnas su predominio en el futuro Concejo. Ambas candidaturas eran dignas de todo concepto.

Un lustro atrás esa lucha hubiera sido un concurso de violencias y de vergonzosos escándalos.

Hoy, por el contrario, fue un verdadero torneo de civismo y cultura en el que se rindió pleitesía al sagrado derecho del sufragio.

Escrutados los votos al atardecer, la casa de uno de los cabecillas triunfantes, José del C. Saavedra, fue allanada por una lujosa manifestación de simpatía, encabezada por los cabecillas del bando derrotado, para felicitarlo por su triunfo. El Sr. Saavedra y amigos los recibió y obsequió con la franqueza cordialidad y galantería que le son ingénitas. Allí oímos elocuentes manifestaciones de civismo y de concordia de los labios de los cabecillas de ambos bandos contendientes, que brindaban por unión y progreso del pueblo guarareño, entre los vivos aplausos del pueblo entusiasmado.

‘El más hermoso triunfo alcanzado por Guararé’, dijo uno de los oradores, ‘ha sido el alcanzado hoy en los campos de concordia y de la unión de sus elementos’. Los concejales elegidos fueron Guillermo Díaz, Reyes Espino y Francisco Espino, nómina que colma las aspiraciones populares pues se tiene confianza en que ellos sostendrán incólume la bandera de la Municipalidad en el bienio próximo. En las primeras horas de la madrugada, la manifestación se disolvió, llevando cada cual, los recuerdos más gratos de ese acto, talvez único en su género entre toda la provincia.” [20]

Al corresponsal del Eco Herrerano le asiste la razón, ya que con anterioridad la contienda política casi siempre conducía al caldeamiento de los ánimos e incluso hasta promovía sucesos trágicos. Tal como el acontecido con Ipsa Borrero García, quien fuera ultimado en una balacera, producto del conflicto político partidista, acontecimiento que impactó profundamente la vida social guarareña. El archivo parroquial deja constancia del infausto suceso, al indicar que el occiso fue sepultado el 27 de junio de 1916, a los 39 años; hijo de Isauro Borrero y Carmen García. La fuente añade que estaba casado con Eloísa Mora de Borrero.[21]

En esta misma línea de acontecimientos, esta vez por fallecimiento natural, la Parca se lleva a un prometedor joven que venía formando parte de agrupaciones sociales, me refiero a Medardo Falconet. Muy acongojado por el deceso, Manuel F. Zárate, al hacer uso de la palabra en el cementerio municipal, dice de su amigo de infancia:

“Nada queda ya de lo que fue esa clara inteligencia; nada del colegial sencillo y pulcrísimo, del estudiante asiduo, del sentido escritor, del entusiasta cooperador en las mejoras públicas, del hijo amante y hermano afectuoso, del virtuoso, simpático y galante caballero, y en fin, del amigo que ponía en su sonrisa y en su saludo su corazón legítimo. Nada, sino el recuerdo de su juventud malograda, pero modelo.” [22]

Los eventos sacros marcaban los días de la sociedad rural y tradicional guarareña, porque en esa década de los años veinte, la población recibía con regocijo las visitas pastorales que realizaban los obispos desde la capital de la república, en donde radicaba la sede de la Arquidiócesis de Panamá. El 22 de febrero de 1921 arriba el obispo Guillermo Rojas Arrieta, quien la reitera el 8 de marzo de 1927, de las que queda constancia en los archivos parroquiales.[23]

Como era de esperarse, la organización religiosa, que siempre ha conmemorado las festividades a la Virgen de Las Mercedes, también tenía eventos propios; aunque por su lado la grey católica los convertía en un amasijo entre lo sacro y lo profano, tal y como se deduce de la noticia que cito, porque antaño como en hogaño, el enfoque continúa siendo similar:

“FIESTAS. Pocas veces hemos visto a Guararé tan entusiasmado para las fiestas en honor de N. S. de las Mercedes como este año; en los almacenes, en el billar, en las esquinas, en fin, en todas partes, solo se habla de fuegos buenos, de toros bravos y de bailes suntuosos. Ya ha habido varias reuniones en la primera de las cuales se movió la junta que se encargará de realizar los festejos que se llevarán a cabo. Alegría, entusiasmo y cordialidad entre todos reinaban por completo en esas reuniones.

El popular CACHI, Presidente de la Junta, no quiere dejarle alma tranquila a nadie pues su único afán es hacer una fiesta espléndida, digna de este pueblo emprendedor y progresista. TITE Vásquez, como Tesorero, no le va en zaga, y el Secretario Virgilio Angulo completa en Triunvirato que trabaja con afán por poner muy en alto el nombre de Guararé.

Amanecerá y veremos…veremos si los resultados corresponden a las energías gastadas” [24]

Sobre este mismo tópico festivo aparece otro sugestivo escrito:

“La actividad de la Directiva de estas fiestas ha salvado la situación. Nuestras fiestas patronales el próximo 24, quedarán magníficas. Ya los fuegos los está arreglando uno de los mejores pirotécnicos de estos andurriales: Tite Vásquez quien ha prometido que la noche de los fuegos sus pichones harán huir a mucha gente y chillar a muchas mujeres. En cuanto a los toros, eso será más que magnífico.

Sería conveniente que todos los concurrentes trajeran como mínimo 20 balboas, para comenzar, porque habrá mucho que ver y mucho en qué gastar. Habrán muchos bailes, siempre y cuando que se pague puntualmente la cuota para bailar”. [25]

La educativa es otra faceta relevante del mundo social guarareño; porque no cabe la menor duda que las actividades de la instrucción pública eran los más frecuentes, porque no eran pocos los eventos que fueron recogidos en las páginas del semanario tantas veces citado. Por aquellos años la tierra de Bibiana Pérez tuvo un grupo de educadores preocupados por la marcha, no sólo de la escuela, sino de la sociedad en la que moraban. Tales los casos de Virgilio Angulo, Manuel Fernando de Las Mercedes Zárate, José Encarnación Brandao y Juana Vernaza, entre otros. En este sentido la Escuela Mixta de Guararé, bajo la égida del Sr. Brandao y la educadora Emérita Correa, son responsable de la graduación de VI grado que tiene lugar en el año 1922.[26]

La sensibilidad social de los educadores de antaño era ejemplar. Por ello, no extraña que la maestra Ana Isabel Illueca Dutrie (1903-1904) -la misma de la poesía “Mi pollera”-, a sus 20 años, impartiendo clases en la Escuela Mixta de Pesé, les escriba a sus alumnos de primaria: [27]

A MIS PRIMEROS ALUMNOS

(I Grado de la E. M. de Pesé.)

 

¡Oh mis niños amados….¡Quién hiciera

que imborrable quedara en mi memoria,

este corto período de mi historia,

tan risueña, tan dulce y placentera!

 

Vivir de la sonrisa de los niños,

Es vivir sin dolores, sin engaños,

Y sin amigos que nos causen daños,

pues no saben brindar más que cariños….

 

Gozar de su lenguaje caprichoso,

y de sus juegos y sus dulces cantos,

Es gozar de sus múltiples encantos

y embriagarnos de chichas y alborozos….

 

Y al mirar sus caritas placenteras

cuando al libro se entregan con amor,

Ellos me hacen pensar que aquel ardor,

les dará recompensas duraderas!……..

 

¡Oh mis niños queridos!......Quiera el cielo

conservarlos risueños y estudiosos,

inocentes, amables y juiciosos,

Después que tienda como el ave el vuelo……

 

ANA ISABEL ILLUECA D.

8/I/23

Mientras Illueca Dutrie se inspira en Pesé, sabemos que en Guararé un grupo de jovencitos reciben los certificados de escuela primaria:

“Los jóvenes Sergio Pérez Angulo, Erasto y Seferino Espino, Euclides Saavedra, Agustina y Cerafina Correa, Adelaida Osorio y Digna Falcón, han recibido su Diploma de Enseñanza Elemental después de haber cursado con buen éxito el VI° Grado de la Escuela de esta población. Uno de ellos, Euclides Saavedra, es un niño de apenas 12 años, y sin embargo, obtuvo brillantes calificaciones también” [28]

Pensando en la niñez, abundan las referencias que comprueban que los educadores pretenden aproximar a la juventud a las páginas liberadoras de los libros, al crear una biblioteca infantil. Así lo informa Manuel F. Zárate en apostilla periodística:

“Hace poco se ha abierto al público la ‘Biblioteca Infantil’ formada por los esfuerzos de la ‘Sociedad Simón Bolívar’ y con especialidad de su Director, el maestro Ríos.

Una biblioteca era ya una necesidad entre el elemento escolar de esta población. Viene, pues, a llenar un vacío que se hacía sentir visiblemente. Todas las noches se ve su salón lleno de niños y adultos, sedientos de las enseñanzas que encierran los libros” [29]

Los responsables de la biblioteca para niños, con mirada progresista, incluso se valen del telégrafo para lograr que lo párvulos y adultos puedan enterarse de sucesos que acaecen más allá del poblado:

Damos las más expresiva gracias a las autoridades del telégrafo, por haber atendido a nuestras indicaciones de días pasados sobre el envío de noticias del Exterior y del País al tablero de nuestra Biblioteca Infantil. Ya comenzaron a llegar nuevamente tales noticias para información a la comunidad.

La Prensa siempre merece respeto y atenciones del público y autoridades sensatas” [30]

En efecto, gracias a la prensa regional conocemos que en Guararé, el 13 abril de 1924, se realizaba una velada para recabar fondos y construir el parque de la capital distrital. El hecho se desprende del discurso que pronunciara Manuel F. Zárate con motivo de tal ocasión.[31]

En otra edición de El Eco Herrerano aparece un escrito del maestro Virgilio Angulo. Lo titula “Por nuestra educación” y centra el análisis en la necesidad de perfeccionar la instrucción pública mediante una “cruzada educacional”, la que no debe olvidar los valores sociales y el poderoso papel de la familia, el ambiente y la individualidad, porque, según el educador:

“El niño es hijo del ambiente en que se agite; basta con tratarlo cortos días en clase, para saber a qué clase de familia pertenece; sus palabras, ideas y acciones demuestran claramente sus primeras impresiones del hogar.” [32]

Los eventos no cesan, poque el mismo educador imparte conferencia sobre “La batalla de Ayacucho y los hechos y consecuencia que la rodean” La disertación fue el 9 de enero de 1925 y estuvo dirigida a exalumnos de VI°.

Por su parte, en el reportaje sobre “La fiesta del maestro”, se deja en claro el nivel de organización escolar:

“Esta fiestecita resultó aquí muy simpática. En el local escogido con anterioridad, se reunión todos los niños de la escuela para rendir homenaje a aquellos orfebres del alma infantil. Nota simpática en ella fue la presencia y discurso de las representantes de las distintas sociedades de esta Cabecera: la ‘Unión Progresista’ envió como representante y padre de familia al Sr. J. del C. Saavedra; la ‘Sociedad Educativa’, a su socia Adelaida Osorio y la sociedad infantil de IV° B ‘Porvenir Escolar’ a su socia Carmencita Saavedra. Esta última, luego de un bello y adecuado discurso, regaló un ramillete de flores a cada maestro –‘como símbolo de simpatía y gratitud personal y de la sociedad que representa- según dijo. También se le rindió homenaje a la decana del Magisterio Sra. Juana Vernaza, por medio de un ramillete de escogidas flores y ofrecimiento respectivo.” [33]   

Hemos podido constar que la unión de los educadores era prioritaria para ellos, por tal motivo los paseos e intercambios con los colegas constituía un medio para el logro de tales fines. Tan así, que la portada de El Eco Herrerano del domingo 7 de noviembre de 1924 la dedica a ellos, aunque el evento se realizó el día 30 de octubre. Titulada “La fiesta del maestro y la escuela” deja constancia de las actividades realizadas en el paseo de los educadores que laboraban en Guararé, Las Tablas, Los Santos y Chitré. Hay detalles sobre los brindis, la gira en ‘chiva’ con visitas a Las Tablas, puerto de Mensabé, Villa de Los Santos, Chitré y Monagrillo.

Entre los muchos eventos se realizó una velada en el Teatro Amalia de la capital herrerana:

“Fue, como en Las Tablas, muy bonita la velada que aquí se dió. El teatro estaba repleto de espectadores. Gustaron mucho todos los puntos, y especialmente, los titulados ‘La ninfa o el ensueño del Poeta’; ‘La apoteosis del maestro’; ‘La Chanteuse Calorri’; couplet que cantó la genial artista srta. Cristina Plicet; el discurso con que abrió el acto el Inspector Rodríguez y el discurso con que clausuró el Inspector Brandao.” [34]

Los intercambios no sólo involucraban a los docentes, sino al educando:

“Muy lucido quedó el paseo que a Los Santos y Chitré efectuaron los niños que compone la Sociedad ‘Porvenir Escolar’ el día de Año Nuevo en compañía de otros alumnos y de algunos maestros.

El recibimiento que el personal docente y Educador de aquellos pueblos, hicieron al nuestro, es el más bello exponente de la corriente de simpatías que hay entre estos pueblos vecinos:

¡Qué derroche de atenciones y de cultura! Fuimos finalmente agasajados con sabrosísimos refrescos y con aquella amabilidad que caracteriza tanto a los santeños como chitreanos, nos hicieron conocer los lugares más notables de aquellas tan simpáticas ciudades.

En nombre de Guararé por este conducto, enviamos las más expresivas gracias y muestras de agradecimiento, al personal Docente y Educativo de aquellas escuelas y muy especialmente al Sr. Ulpiano Rodríguez, Inspector del Dtto. de Chitré y a los señores Bolívar Gutiérrez y Julio Cedeño, Directores de las escuelas de Chitré y Los Santos respectivamente” [35]

En el año 1925, por su parte, los paisanos continúan celebrando la fecha en la que Guararé se convirtió en distrito. He aquí la descripción del evento:

“Las fiestas del 21 de enero: Ayer celebróse con gran pompa y entusiasmo la fecha magna que recuerda a todo guarareño aquel momento glorioso en que nuestro querido Guararé fué erigido Dtto. Municipal.

¡Viva el 21 de enero!

Esta fué la frase q’ al unísono brotó ayer de todos los corazones guarareños prorrumpida en verdaderos arranques de entusiasmo.

El programa fué cumplido religiosamente y con gran esplendor: La sesión cívica que -en asocio de la Escuela Mixta de esta población y la de Montero- celebró el Consejo Municipal, fué algo que constituye para nosotros un justo orgullo puesto que hemos podido apreciar a través de ella, el paso gigantesco que hacia la civilización y el progreso hemos dado comprendiendo del todo la trascendental importancia que tiene en sí el 21 de enero de 1880. En ella dejaron oír su elocuente vos los Sres. Manuel Terrientes y Manuel F. Zárate, los cuales fueron vivamente ovacionados.

Sucedió a este bello punto, el paseo cívico de las escuelas, el Concejo y gran parte del pueblo, dieron por las principales calles del poblado acompañados por la entusiasta orquesta guarareña.

El juego de Base Ball entre los teams ‘Guararé’ y ’21 de Enero’ también resultó lucidísimo quedando vencedor este último y por lo tanto, dueño de la pelota ofrecida como premio al que ganara.

La fiesta fué cerrada con broche de oro:

El suntuoso baile de gala que en los salones del edificio Municipal tuvo lugar, ha batido el record de cuantos se han registrado entre la sociedad guarareña. En él reinó el más completo entusiasmo y la más estrecha armonía, terminándose cerca de las dos de la madrugada.

Y así terminó nuestro día.

Mientras tanto, en el alma de todos los guarareños quedará para siempre el recuerdo de esta gloriosa fecha, porque ella simboliza el primer avance que hacia la realización de nuestros ideales dieron aquéllos que, con justo orgullo llamamos hoy nuestros abuelos.[36]

En ese mismo año, en la edición del 6 de septiembre de 1925, el semanario se hace eco de la despidida, realizada el 23 de agosto, a un guarareño que parte a perfeccionar estudios universitarios. Se comenta en la columna “Guararé”:

“El domingo pasado tuve el honor y el grandísimo placer de asistir a una simpática fiesta.

Guararé, pueblo de nobles aspiraciones, celebraba un triunfo que era suyo; se complacía en tener presente, aunque por muy pocos momentos, al hijo que supo poner muy alto su nombre y el de su cuna. Manuel F. Zárate, agraciado con una beca para el exterior en el último concurso: vino a despedirse de los suyos antes de partir a la capital francesa para donde seguirá en breve a cursar estudios universitarios.

Sus amigos de Guararé quisieron festejarlo y yo, que al azar me encontraba presente, tomé parte de los festejos

EL BANQUETE: En casa del entusiasta y popular Casimiro Smith se sirvió un suculento almuerzo en el que no faltó la cordialidad y la alegría. Ofreció el banquete el inteligente joven Virgilio Angulo en un corto pero elocuente discurso que mereció el aplauso general.

Zárate correspondió a las hermosas palabras del joven Angulo con una brillante improvisación llena de fe y de esperanzas. El amor a su pueblo -dijo- ha sido el móvil que más lo ha alentado a seguir siempre adelante pues desea poner todas sus energías al servicio del terruño en donde tuvo la dicha de nacer.

EL SOIRÉE. Por la tarde, a pesar del calor sofocante que hacía, hubo el baile. Las flores guarareñas embalsamaban el ambiente con el perfume de sus pétalos. La música preludiaba sus más sentidas y hermosas piezas…Una mezcla de alegría y de tristeza nos dominaba; alegría por encontrarse entre nosotros un amigo que se aprecia; tristeza por la partida de ese amigo que compartió con nosotros muchos ratos agradables.

Por fin terminó el baile y yo me despedí de ese pueblo que sabe apreciar el verdadero mérito de sus hijos y me despedía también el amigo Zárate deseándoles felicidades en la tierra de Moliere donde pasará cuatro años asimilando sabias enseñanzas en las aulas de la Sorbona.” [37]

Trascurridas muchas décadas del acontecimiento reseñado, sabemos que la emoción vivida por los guarareños de los años veinte, de alguna manera resume parte de la época, porque aquellos discursos con los que se despide a Zárate, con posterioridad se vieron respaldados por hechos tangibles, porque la palabra empeñada por el santeño se hizo sentir.

En efecto, el 1 de julio de 1930 Zárate recibe su diploma de ingeniero químico en la Universidad de París y ese hecho, sencillo tal vez, lo debemos comprender como el fruto de todo un pueblo que, con organización, en esa fructífera segunda década del siglo XX, comprendió que no puede haber triunfo sin siembra de labor colectiva.[38]

 

4. La relevancia de la década

 

Los retazos de historia que hasta aquí se han plasmado, tienen considerables aristas que contar, más de lo que se deja consignado en el texto. Abundan las sugerencias sobre la vida social de una villa santeña que al iniciar el siglo XX, en la segunda década de la centuria, se debate entre la herencia de los siglos pasados y los vientos de cambio de la nueva nación.

En el fondo encontramos una sociedad con rasgos tradicionales, aún ruralizada, pero que encuentra en la apertura que se respira una puerta para salir a tomar aire fresco. De allí que la visión de dos santeños -López y Zárate- difiera sobre la realización del proyecto portuario, pero en el fondo refleja los deseos de emprender nuevas realizaciones. No hay conflicto, porque la meta es la misma y los desafíos evidentes.

Muy llamativo resulta el rol de las jóvenes que estudian, escriben poesías y se agitan en labores educativas. Se nota que existía un trabajo previo, realizado por la escuela primaria; centros educativos que venían desde los tiempos de José de La Rosa Poveda y Juana Vernaza, la que para aquellas calendas era una mujer con no pocos años encima y próxima a jubilarse.

Una nueva camada de instructores se toma la plaza, especialmente en los casos de Virgilio Angulo y Manuel de Las Mercedes Zárate. Particularmente el último aparece como un personaje de grandes ejecutorias y de un ilustrado liderazgo social. Vemos a un Zárate desconocido para la mayoría de los guarareños, que hasta ahora sólo lo recuerdan por su papel en la creación del Festival Nacional de La Mejorana. Mirando su actuación en los años veinte, antes de que partiera a estudiar en Francia; se comprende que, al regresar y crear el cónclave folklórico, haya recibido un apoyo tan entusiasta de sus paisanos, porque ya tenía un terreno abonado.[39] A propósito, en aquella época Zárate fue el gran orador y escritor de su pueblo natal, sin olvidar el rol de Virgilio Angulo.[40]

En realidad, impresiona la mística de los educadores de antaño, el empeño por involucrarse con la comunidad y hacer del niño su alfa y omega. No son pocas las veladas y muy revelador el intento por crear bibliotecas infantiles, al igual que la participación escolar en los eventos en los que debe implicarse el centro escolar, como en el caso de la conmemoración de la creación del distrito. Se nota que existe una población que tiene en el educador un guía que se suma a las iniciativas del resto del cuerpo social.

Los relatos sobre la actividad político partidista hay que tomarlos con cautela, porque la realidad puede superar a lo descrito por los reporteros. Sin embargo, las elecciones para diputados y ediles reflejan la estructura de poder heredada, con familias que radican en el ágora guarareña y que aparecen con claridad meridiana en el archivo de la parroquia. En los años veinte Guararé sigue siendo la plaza central, por lo que las referencia a los demás villorrios municipales apenas se vislumbran.

Lo del estado del agro merece un capítulo aporte y, de hecho, ya lo hemos analizado en otra investigación sobre la provincia de Los Santos.[41] En lo que recoge el escrito al respecto, al menos queda claro que se incrementan los casos de la tenencia de la tierra, comprensible porque las leyes liberales enfatizan en la propiedad privada y la destrucción de las áreas comunales. Al revisar El Eco Herrerano nos encontramos con múltiples solicitudes de acaparamiento de tierras, las que no siempre son solicitadas por los sectores campesinos, propiamente tales.

La mirada al tema religioso es limitada, porque son escasas las referencias documentales al tópico y, cuando se hace, lo profano se mezcla con lo sagrado, en una perspectiva que es la característica del resto de la nación; porque muchas veces la realización de las patronales son una excusa para realizar fiestas, en la añeja costumbre que proviene de las culturas griega y romana, y de la que se quejan los obispos en las visitas al área.

Al finalizar esta incursión por el Guararé de la segunda década del siglo XX, quizás lo plasmado puede ser de utilidad para el lector, porque el estudio de la vida social de la villa santeña necesariamente implica comparaciones entre el ayer y el hoy. Lo que resulta evidente es que han sido los guarareños de antaño, los que con sus testimonios escritos de la segunda década del siglo XX, permiten que los descendientes atisben en el desconocido mundo social del que son herederos y renueven los esfuerzos por terminar las tareas aún inconclusas.

 

Milcíades Pinzón Rodríguez.

En las faldas de cerro El Barco, Villa de Los Santos.

Verano del 16 de enero de 2022.

 

CITAS Y NOTAS



[1] Consultar en www.sociologíadeazuero.net la biografía de tales personales. Ver sección de biografías.

[2] Paro los hechos del 3 de noviembre de 193 consulta del autor: “Acta del 10 de noviembre de 1903, mediante la cual el municipio y pueblo de Guararé se adhiere al movimiento separatista de Colombia”. Villa de Los Santos: Imprenta Any S.A.: 2017, 5 págs.

[3] Contraloría General de la República, Censo Demográfico de 1920.

[4] Ver López y León, Jacinto. “Los pueblos de la Provincia de Los Santos y algunas de sus más apremiantes necesidades”, en EL ECO HERRERANO, 1 de julio de 1923, # 97. En esta, como en las citas sucesivas, se respeta la grafía de la época.

[5] El Eco Herrerano, domingo 8 de julio de 1927, # 98. s/n.

[6] Ibid. El artículo aparece bajo el título de “Respondiendo a los conceptos del señor Jacinto López y León”. s/n

[7] El Eco Herrerano, 20 de noviembre de 1923. Ver portada.

[8] El Eco Herrerano, 30 de septiembre de 1923. s/n.

[9] El Eco Herrerano, 2 de noviembre de 1924. s/n.

[10] El Eco Herrerano, 23 de noviembre de 1924.

[11] El Eco Herrerano, 3 de junio de 1923. La fecha del evento corresponde al 20 de mayo de 1923.

[12] En El Eco Herrerano, 22 de abril de 1923. s/n.

[13] El Eco Herrerano, 4 de marzo. s/n.

[14] Ibid.

[15] Según el acta fue bautizada en Guararé el 4 de octubre de 1908 y nacida el 1 de agosto del mismo año. Ofició de sacerdote Ubaldino Córdoba. Aparece registrada como María del Rosario. Hija legítima de José del Carmen Saavedra y María de Jesús Espino. Ver: Archivo Parroquial de Guararé, 1908, partida 442. Los padres, además de las labores habituales, tenían una botica o farmacia ubicada en su residencia. Los progenitores aparecen con mucha frecuencia como padrinos de párvulos, lo que sugiere su aceptación y prestigio social.

[16] Los hermanos José del C. y Leonidas Saavedra Espino han legado a la nación literatura en donde se pinta con vívidos colores la sociedad peninsular. Se trata, respectivamente, de las novelas “Alma de Azuero” y “¿Espino? Mensabé antes de Azuero” Otro personaje familiar muy interesante en este núcleo familiar es Ciro Saavedra Espino, quien promovió la industria del jabón bajo la marca de Jabón Toro, de grata recordación entre los guarareños. Esta familia, dada sus ejecutorias, merece un estudio genealógico aparte.

[17] El Eco Herrerano, 24 de noviembre de 1924

[18] El Eco Herrerano, 8 de febrero de 1925.

[19] La noticia del corresponsal está fechada en Guararé el 12 de agosto de 1924 y publicada ese mismo año en El Eco Herrerano del domingo 17 de agosto. El diputado guarareño fue uno de los que impulsaron el Proyecto de Ley del Voto Obligatorio, según comenta la publicación el 2 de noviembre de 1924.

[20] Ibid.

[21] Parroquia de Guararé, Libro de Defunciones, año 1916, partida 86.

[22] “Discurso pronunciado por el Sr. M. F. Zárate en el cementerio de Guararé en el momento en q’ se iba a dar sepultura al cadáver del joven Medardo Falconet”; en EL ECO HERERANO, 8 de junio de 1924. s/n.

[23] Mayores ampliaciones sobre la historia del templo a Nuestra Señora de Las Mercedes en: Pinzón Rodríguez Milcíades. APUNTES HISTÓRICOS: PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES (GUARARÉ, 1869-2010). Villa de Los Santos: Imprenta Any S. A., 39 págs.

[24] El Eco Herrerano, 31 de agosto de 1924. Bajo el título de “DE GUARARÉ. Algo de todo”.

[25] El Eco Herrerano, 20 de septiembre de 1925, pág. 4.  En “De Guararé”. Texto fechado en Guararé el 20 de septiembre de 1925.

[26] Ver Pinzón Rodríguez, Milcíades. LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA EN AZUERO. Chitré: Impresora Crisol S.A., 1992, pág. 40. En el texto se presenta una panorámica del estado de la educación peninsular desde el siglo XIX y primera mitad del XX.

[27] El Eco Herrerano, domingo 14 de enero de 1923.  Ana Isabel Illueca recién había egresado de la Escuela Normal de Institutoras.

[28] El Eco Herrerano, domingo 22 de abril de 1923. El texto publicado está fechado en Guararé del 1 de abril de 1923.

[29] El Eco Herrerano, 2 de noviembre de 1924, pág. 4. Aparece bajo el título “De Guararé”.

[30] El Eco Herrerano, 20 de septiembre de 1925, pág. 4. Bajo el título de “De Guararé”. La nota se origina en Guararé con fecha 10 de septiembre del año indicado.

[31] En El Eco Herrerano, 27 de abril de 1924.

[32]  El Eco Herrerano, 2 de noviembre de 1924. Pág. 4. Ver: “De Guararé”.

[33] El Eco Herrerano. Domingo 4 de enero de 1925. Portada del periódico

[34] El reporte periodístico también descubre algunos educadores coetáneos a los de Guararé. A saber: Julia Quintero, Ana Calderón y Elisa Zamora en la Villa de Los Santos; José E. Brandao (Inspector del Distrito Escolar de Las Tablas), Manuel María Tejada (Subinspector del Distrito Escolar de Las Tablas), Manuel A. Icaza (Director de la Escuela de Las Tablas), y Liberato Trujillo, en Las Tablas. Así como Clementina Aued, Cristina Casís, Eladia Ríos y Otilia Cordero, Chitré; Eudocia Rodríguez, Manuela Castillo y Clementina Obaldía, de la Escuela de Monagrillo. Además de Ulpiano Rodríguez (Inspector del Distrito Escolar de Chitré) y Bolívar Gutiérrez (Director de la Escuela de Chitré). Sobre el tema hay una nota de agradecimiento de Manuel F. Zárate, publicada el 14 de diciembre de 1924, pág. 8. Ver “Guararé da las gracias”

[35] En El Eco Herrerano, 25 de enero de 1925. Ver artículo “De Guararé”.

[36] En El Eco Herrerano, 1 de febrero de 1925, pág. 3.

[37] El Eco Herrerano, 6 de septiembre de 1925, pág. 2. La nota está firmada por R.S. Mario, en Chitré, a 25 de agosto de 1925.

[38] Datos de culminación de estudios universitarios en el diploma que reposa en la Casa Museo Manuel F. Zárate, Guararé.

[39] La postura del guarareño no era nueva, porque en La Gaceta Oficial del 4 de enero de 1918, Año 15, #285 aparece como el secretario del alcalde de Guararé, que para aquellas calendas era Darío Angulo. El aviso oficial aparece firmado por ambos con fecha 27 de noviembre de 1917.

[40] Manuel F. Zárate publicó, el 1 de marzo de 1925, páginas 3 y 4, el discurso con motivo del 21 de enero de ese año.  

[41] “Agro y capitalismo en Los Santos (Las políticas estatales en el período 1900-1980)”. En mimeo, 1990, 27 págs.

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