La historia confirma que durante el siglo XIX los panameños apenas contamos
con algunos educadores titulados. Por aquellas calendas la instrucción fue tarea
sufragada con el peculio de familias que disponían de recursos económicos;
porque todavía a mediados del decimonono el país no contaba con centros
escolares propiamente tales. Esta situación -la de carencia de la instrucción-
vino a variar en la segunda mitad de esa centuria, para decaer con motivo de la
Guerra de Los Mil Días y renacer luego de la separación de Panamá de Colombia. La
situación era tan precaria que todavía a inicio del siglo XX los edificios escolares
eran casas de quincha arrendadas, unas destinadas para la escuela de varones y
otras para las de niñas.
En la región de Azuero la educación pública fue casi nula y vivió algún
grado de florecimiento en el último tercio del siglo XIX, fecha cuando aparecen
instructores, la mayoría de ellos carentes de formación pedagógica, aunque rebosantes
de buenas intenciones.[1] La
excepción a la regla la constituyen educadores como Liberato Trujillo y José de
la Rosa Povea, egresados de la Escuela Normal Nacional de Varones (1872-1885),
creada en la ciudad de Panamá por gestiones del general Buenaventura Correoso.[2]
Entre los maestros no titulados arribó a tierras guarareñas el personaje
objeto de estudio, la señora Juana Vernaza Murillo, mujer que terminó, no solo
casándose en Guararé, sino ejerciendo labores de enseñanza primaria. Las
fuentes consultadas sugieren que el arribo de la educadora se produjo,
probablemente, en la octava década del siglo XIX o a finales de la anterior.
En el libro de mi autoría sobre la historia educativa peninsular, ella
aparece impartiendo clases en Guararé durante el año 1888, siendo responsable
de la Escuela de Niñas, con matrícula de 45 párvulos y asistencia de 35
escolares. Por su desempeño pedagógico devengaba 40 pesos mensuales, salario
propio de aquellos tiempos, cuando el educador con mayor crédito académico solo
recibía 60 pesos de la época.[3]
La educadora Vernaza dedicó más de tres décadas de su vida a la labor
magisterial y se retiró en la década del veinte de la vigésima centuria, al
parecer en edad avanzada, según se deprende del testimonio del ilustre educador
guarareño, don Francisco Castillero Carrión, al que más delante citaremos.
Sobre su vida familiar.
¿De dónde procedía Juana Vernaza Murillo? Los orígenes eran inciertos, o
no estaban claros, porque algunas informaciones sobre ella no superaban los relatos
comunitarios, los que no siempre son fieles a la verdad, ni aportan la certeza requerida.
Lo que sabemos es que era hija de María Carla Murillo y José Vernaza, según se
desprende del acta de defunción que establece el 10 de junio de 1937 como la
fecha del infausto suceso acaecido en Guararé, a los 95 años.[4]
La educadora nació el 24 de junio de 1843, lo que explica su nombre,
Juana, ateniéndose al santoral religioso, correspondiente al día de San Juan.[5] En
el punto en que se encuentra la pesquisa biográfica, existe mayor probabilidad
de que proviniera de la parroquia de Santa Ana, en la ciudad de Panamá; porque en
el acta de matrimonio de su hija Rosa García Vernaza, al esta contraer nupcias
en Guararé con Justino Smith López, en el año 1894, el sacerdote Ubaldino
Córdoba, deja constancia escrita de la procedencia de la contrayente al indicar
que era “hija legítima de Pedro García, difunto, y Juana Vernaza”. En esa misma
acta matrimonial señala que Zoila García era “natural de la Parroquia de Santa
Ana, Panamá…”[6]
Este hecho confirma que, para aquellas calendas, Juana Vernaza residía en la
ciudad de Panamá, en la indicada parroquia capitalina.
Debe quedar claro que, aunque arriba se deja consignado que en el año 1888
la educadora se encontraba impartiendo clases en Guararé, Juana Vernaza arribó
a la región antes de esa fecha. Así lo demuestra el acta de bautismo #360 de su
otra hija, Rosa María Urrutia Vernaza, dato que aparece en el archivo
parroquial del templo tableño a Santa Librada. Se lee en el documento:
“En la Parroquia de Las Tablas, a veintiocho de diciembre de 1886, yo el
Presbítero José Francisco Valdés de licencia Parrochi; bauticé solemnemente a Rosa
María, nacida el veinte y tres de Agosto, hija natural de Juana Vernaza,
abuelos maternos José Vernaza y María Cárlos Murillo, fueron sus padrinos Juan
Eloy Arasil y Celia Bendibur, a quienes advertí su obligación y espiritual
parentesco y para que conste lo firmo.
José Francisco Valdés” [7]
De lo dicho se colige que ya en 1886 la señora instructora tenía nexos
matrimoniales. Ella se unió a Ezequiel Urrutia, quien aparece como el padre de Rosa
María Urrutia Vernaza, que como queda explicado nace el 23 de agosto de 1886. Esta
es la misma fémina que 18 años después se presenta en la parroquia de Guararé,
el 19 de octubre de 1904, para presentar la información canónica que le permite
casarse con el capireño Manuel Aguilar.[8]
En relación con su trayectoria profesional, otra fuente consultada sostiene
que la maestra Juana, antes de impartir clases en Guararé lo hizo en Las Tablas,
lugar a donde había llegado en 1880, luego de ejercer labores en la ciudad de
Panamá, gracias al apoyo del Dr. Mateo Iturralde.[9]
La educadora Vernaza también
estuvo unida a Pedro García con quien procreó a Zoila García Vernaza; quien ya
adulta se casó con Salustiano Castillero y procreó a Zoila Rosa Castillero
García, nieta de doña Juana, párvula nacida el 23 de septiembre de 1911.[10]
Otro de los frutos de Zoila Rosa y Salustiano fueron Salustiano Castillero García,
nacido el 14 de febrero de 1910[11]
y Miguel José Castillero García, nacido en Guararé el 5 de julio de 1913.[12]
Importa señalar que el nieto de Juana Vernaza Murillo, a saber Salustiano
Castillero García, fue conocido en Guararé como “Chichín” y fungió como juez municipal
en la primera mitad y mediados del siglo XX, además de ser el padre del
educador Dimas A. Castillero E., de tan grata recordación, quien viene a ser
bisnieto de Juana Vernaza Murillo.
La impronta de Juana Vernaza no
se detuvo, porque su hija, Zoila García Vernaza, también estuvo unida a Justino
Smith López, de donde proviene la rama López García cuyo influjo parental aún perdura.[13]
Detalles de tales nexos genealógicos pueden apreciarse a continuación.
JUANA VERNAZA Y SU DESCENDENCIA
. José Vernaza y María Carlos Murillo
. Juana Vernaza
Murillo (24/VII/1843,
Parroquia de Santa Ana, ciudad de Panamá – 10 de junio de 1937, Guararé)
. Juana Vernaza y Ezequiel Urrutia
. Rosa María Urrutia
Vernaza (23/VIII/1886). Contrajo primeras nupcias con Manuel Aguilar, en el año 1904 y con Fermín
Espino Espino, en 1935.
. Juana Vernaza y Pedro García
. Zoila García
Vernaza (nacimiento sin precisar, década
setenta u ochenta, del siglo XIX)
. Zoila García Vernaza y Justino Smith López (I matrimonio, 9/VIII/1894)
El señor Justino Smith
López fallece en Guararé el 17/XI/1901.
. Gilberto del Rosario López
García (13/XI/1894)
. Eflosina López García (21/VII/1896)
. Eufemia María López García (20/II/1898)
. Justino José López García (13/XI/1901)
. Zoila García Vernaza y Salustiano Castillero (II matrimonio, 13/II/1911)
. Salustiano Castillero García (14/II/1910)
. Zoila Rosa Castillero García (23/IX/1911)
. Miguel José Castillero García (5/VII/1913)
Las familias guarareñas nunca olvidaron la labor de Juana Vernaza
Murillo y, conscientes de la labor que ella realizó, encabezaron un movimiento
para designar a la escuela primaria con su nombre. Ahora bien, ese afecto por
la educadora no era nuevo, porque en la conmemoración de la Fiesta del Maestro,
realizada en diciembre de 1924, “se rindió homenaje a la decana del Magisterio
Sra. Juana Vernaza, por medio de un hermoso ramillete de escogidas flores y
ofrecimiento respectivo”, tal y como lo registra el semanario El Eco Herrerano
en la portada del 4 de enero de 1925. Para esa fecha nuestra biografiada ya
tenía 81 años.
En efecto, luego de que se construye el centro educativo, en la
administración de Harmodio Arias Madrid -imponente edificio pétreo que edificó
el español Pedro Sarasqueta- la Secretaría de Instrucción Pública emite el Decreto
Ejecutivo #401, del 15 de agosto de 1942, que así lo establece; cuando había transcurrido
un lustro del deceso de la instructora.
La nueva edificación, inaugurada el 24 de junio de 1936, seis años antes
de la nominación de la maestra insigne, por esas casualidades del destino, la
obra se construyó mirando de soslayo al sitio en donde estuvo la residencia de
Juana Vernaza, en el lugar próximo a la residencia del finado Fidias Espino,
justo al frente de la Cooperativa Nuevo Amanecer R.L.
En el acto de colocación del nombre al edificio escolar, el 1 de
diciembre de 1942, el discurso de fondo le correspondió al educador Francisco
“Pancho” Castillero Carrión, quien afirmó al referirse a la distinguida
educadora:
“Su amor a la escuela, su deseo
de estar rodeada de las almas infantiles era tan profundo, que ya agobiada por
el peso de los años la veíamos asistir a la escuela a impartir enseñanzas de
costuras, en lo que ella era sumamente hábil, o a dictar clases de religión y
urbanidad” Y en otro trazo de su inspirador discurso afirmó: “Y vos, queridos
niños, pronunciad siempre con veneración, con respeto y con cariño el nombre
que lleva nuestra escuela; tened presente que éste fue el de una distinguida
maestra de nuestras antecesoras. Preguntad a vuestros padres y a vuestras
madres y a vuestros maestros sobre las virtudes de doña Juana y sentiréis con
espontaneidad amor y simpatías por ella.
Tratad de imitarla”[14]
Luego de muchos años la labor de Juana Vernaza Murillo está presente y
su nombre ha perdurado como ejemplo de la dama que arribó a Guararé en la
segunda mitad del siglo XIX para dar paso a una época de redención a través del
alfabeto. Y no solo por tamaña ejecutoria, sino porque la semilla dio origen a
familias orgullosas de su estirpe, las que aún pueblan la Tierra de La Mejorana.
En las faldas de cerro El Barco, Villa de Los Santos,
diciembre de 2021.
[1] Para mayor visión de lo acaecido ver: Pinzón Rodríguez, Milcíades. LA
INSTRUCCIÓN PÚBLICA EN AZUERO (Siglo XIX y primera mitad del XX). Chitré: Impresora Crisol S.A., 1992, 84 págs.
[2] Pinzón Rodríguez, Milcíades. “Liberato Trujillo y José de La Rosa Poveda.
Dos educadores de la educación en Azuero”; en ÁGORA Y TOTUMA, Año 3, # 71, 15/XII/1994.
[3] LA
INSTRUCCIÓN… Op. cit., pág. 25.
[4] Archivo parroquial de Guararé, Libro de defunciones. Partida # 18
correspondiente al año 1937.
[5] El dato procede del boletín EL ESCOLAR (Año 1, #1) que circuló en la
Escuela Juana Vernaza, correspondiente al mes de junio de 1968. Agradezco a don
Eloy Espino, guarareño y padre del hijo homónimo, la copia suministrada.
[6] Archivo Parroquial de Guararé, Libro de Matrimonio, partida # 2.
[7] He respetado la ortografía de la época.
[8] Según consta en el Archivo Parroquial del templo a la virgen de Las
Mercedes. A propósito, Rosa María Urrutia Vernaza, como su madre, también fue
educadora e impartió clases de costura y otras labores a las niñas guarareñas.
Era conocida como “la maestra Rosa”.
[9] Ver: Castillero E. Dimas A. “Biografía de Juana Vernaza” en REVISTA
PRIMER CENTENARIO DE GUARARÉ (21 de enero 1880 – 1980). Guararé: editorial n/e,
1980, pág. 32. Dimas Castillero E., ya fallecido, era bisnieto de Juana Vernaza.
Interesante resulta constatar, también, el influjo de ese gran panameño que fue
el Dr. Mateo Iturralde (1821-1895).
[10] Sobre
el natalicio de Zoila Rosa Castillero García, consultar la partida # 139 del
Libro de Bautismo. Archivo parroquial del templo a la virgen Nuestra Señora de
Las Mercedes, Guararé.
[11] Ver al acta de nacimiento # 829 del Libro de Bautismo. Parroquia de
Guararé.
[12] Así consta en la partida de nacimiento # 146 del año 1911. Archivo
parroquial guarareño.
[13] Justino Smith López era hijo de Antonio Emilio Smith y Segunda López.
Casó en Guararé con Zoila Rosa García Vernaza el 9 de julio de 1894. Don
Justino siempre utilizó su apellido materno, aunque en realidad era Smith. Ver:
Libro de Matrimonios, Archivo Parroquial de Guararé, partida #2. Falleció
joven, a los 25 años, aproximadamente, y sus honras fúnebres aparecen
registradas en la partida #57 del Libro de Entierros, con fecha 17 de noviembre
de 1901.
[14] Ver, con provecho, “Discurso pronunicado por el maestro
Francisco I. Castillero C. el 1 de diciembre de 1942 con motivo de la
colocación del nombre Juana Vernaza a la Escuela Primaria de Guararé”, en ÁGORA
Y TOTUMA, Año 8, # 125, 15/I/1999.
Me gusta la historia, muy interesante la historia de la Educadora Juana Vernaza, que bueno leerla.
ResponderEliminarGracias por su comentario. Saludos.
EliminarMuy buena informacion pero la familia tenemos informacion adicional quw con gusto se la podemos suministrar.Saludos
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