El tratar de reconstruir la vida social de un poblado tiene
sus dificultades. En especial, si las fuentes documentales son casi
inexistentes y los seres humanos ya no pueden rememorar los hechos, porque eran
muy niños o la bruma del tiempo se los impide.
Eso me acontece al referirme al mundo social de una
villa santeña -Guararé-, porque en este caso el proceso de investigación sólo
es posible mediante el archivo parroquial, alguna memoria ministerial, escritos
de sus hijos o de visitantes en las que hayan plasmado sus vivencias.
Sin embargo, y pese a todo, ha venido en mi auxilio la
existencia de una publicación que circuló por aquellas calendas. Me refiero al
semanario El Eco Herrerano, editado en Chitré desde el año 1921 hasta mediados
de la vigésima centuria y que, dicho sea de paso, ya cumplió el primer siglo de
existencia en el más grande de los mutismos.
La publicación permite atisbar parte de la vida social
peninsular y se constituye en un valioso auxiliar en los propósitos que nos
animan, al que podemos añadir una que otra fuente, especialmente del archivo
parroquial guarareño – como queda dicho-, el que, centrado en nacimientos,
casamientos y defunciones, facilita indirectamente la perspectiva que nos
interesa en la reconstrucción de la vida social del Guararé de los años veinte
de la pasada centuria.
Por las razones expuestas me centraré en esa segunda
década, como ejemplo de las inquietudes del grupo humano que vivió durante aquellas
calendas. Utilizaré como muestrario el estudio de los años 1923, 1924 y 1925,
por considerarlos representativos del decenio.
2. Los años veinte en la península de Azuero
En la peninsular región de Azuero, el siglo veinte es
centuria de acelerados cambios sociales, económicos y culturales; durante esos
años hay una ruptura con el mundo del ayer, quiero decir, del legado de la era
colonial, época que comenzó a desmoronarse en el siglo XIX y, en especial,
desde la segunda mitad de esos años. En efecto, el poblado guarareño venía de vivir
hechos que marcaron su historia, ya que durante el decimonono puso su empeño
para constituirse en distrito (21 de enero de 1880), bajo la égida de la matrona Bibiana Pérez (1848-1940) y el arribo de personajes como Juana Vernaza (1843-1937), José de La Rosa Poveda (1864-1917), entre otros. Un poco antes, el 31 de julio1869, se
creó la Parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes.[1]
El siglo XX inicia con las secuelas de la Guerra de
Los Mil Días, la adhesión guarareña a la separación de Panamá de Colombia, el
10 de noviembre de 1903; para ese año Manuel Fernando de Las Mercedes Zárate (1899-1968) tiene 4 años, Bibiana Pérez cuenta con 55 y la
maestra Juana Vernaza cumple 60 aniversarios.[2]
En este período de transformaciones debemos recordar
que la carretera porrista se construye en los años veinte y la era de los
barcos, de vela y luego motoveleros, zarpan de la ría del Guararé, pero tienen
sus días contados. El agro despierta de su modorra y la medicina moderna
comienza a retar al curanderismo, mientras la instrucción pública avanza y
moldea los usos sociales y los pareceres. La población provincial aún crece a
un ritmo lento, con 34,638 habitantes, de los cuales 4,369 residen en el
distrito de Guararé, lo que representa el 12.6% del total provincial [3]
En los pueblos se ha puesto de moda la creación de
clubes sociales; pero no todas son transformaciones estructurales, ni los
problemas están resueltos. En la segunda
década del siglo XX hay una mezcla de tradición y modernismo, conviven los que
han nacido previos a la nueva centuria, más el empuje de la juventud que creció
antes, durante y posterior a la Guerra de Los Mil Días, paisanos que nacieron cuarenta
o cincuenta años después del tableño Belisario Porras Barahona (1856-1942) y del guarareño José Antonio “Toto” Saavedra (23/VII/1854-10/IX)1936).
Entre la generación retadora está un tableño, Jacinto
López y León, y el guarareño Manuel Fernando de Las Mercedes Zárate, los que
aprovechando las páginas de El Eco Herrerano intentan diagnosticar los males que
aquejan a la provincia de Los Santos.
En el año 1923, como ejemplo de lo que acaece a los
demás pueblos, y por tratarse de la ciudad más relevante del período colonial,
así describe López y León los problemas de la Villa de Los Santos:
“…Se levanta la histórica Villa de Los Santos, por la
que nada se ha hecho en ese sentido. ‘La ciudad dormida”, como dijo el poeta,
parece haber sido relegada al olvido. Motivos que justifiquen su proceder no
encontraremos uno solo, antes bien, son muy otros los que tienen para que
merezca de nuestros Gobiernos preocupaciones más constantes por su adelanto y
prosperidad. En esa ciudad ni una calle, ni una alcantarilla, se ha mejorado y
construido con la ayuda de la Junta Central de Caminos. Allí en el invierno y
con motivo de las grandes avenidas de su caudaloso río, el agua que se consume
es en su mayor parte insalubre. ¿Por qué no se han construido allí tres o
cuatro pozos artesianos que abastezcan suficientemente la ciudad, si hasta con
aldeas de ninguna importancia así se ha hecho? ¿Qué puede ser en el Presupuesto
de Gobierno Nacional las sumas que esas construcciones demandan?” [4]
Al referirse a los desafíos guarareños y luego de
criticar el esfuerzo de construir la carretera al puerto, afirma:
“Para quien visite a Guararé ha de faltar allí un
acueducto, un cementerio, un matadero y mercado, un parque y mucha luz. Es por
la consecución de ellas que debe luchar y no por la consecución de una carretera
que la unirá a un puerto que de nada sirve. El apoyo que le suministra el Gobierno,
para la construcción de esa carretera, en concepto de casi todos, es preferible
emplearlo en las obras antes mencionadas. La construcción de esa carretera es
prematura. Debe ante todo canalizarse el puerto, porque aquélla sin esto de
nada serviría” [5]
La respuesta al joven López no se hizo esperar, porque
en la entrega siguiente del semanario chitreano, apareció el artículo de Manuel
F. Zárate, quien luego de encomiásticos comentarios, riposta sobre lo planteado
por su coterráneo tableño y concluye afirmando:
“Ojalá Ud. tenga la bondad de informarse mejor sobre
las condiciones de nuestro puerto, de sus actividades comerciales, de los
beneficios insustituibles que reporta a nuestra vida económica, de la ventaja
que representa para la provincia una entrada más, y de que, la carretera que
proyectamos no solo favorece al puerto, sino a los caseríos que hacia ese lado
se extienden, y, entonces después quizás de una sonrisa de duda, nos dará la
razón, porque su corazón es capaz de ello, con nosotros el entusiasmo y el
placer que proporciona el cumplimiento de un deber patrio.” [6]
La sana, elegante e inteligente diatriba que
reproduzco parcialmente, deja en claro el ambiente que se vivía en los años
veinte, ya que ambos eran jóvenes prometedores que tenían una perspectiva
desarrollista y se sentían portadores de una visión que, en efecto, fructificó
en años posteriores y que ellos encarnaron en el derecho, la política, la
química y el folklore.
3. El mundo social: eventos, personajes y agrupaciones
En los años veinte la fundación distrital es un acontecimiento
que se conmemora con júbilo. El 21 de enero de 1923 los concejales y educadores
lideraron la celebración del XLIII aniversario, los que quedan plasmados en
reportaje periodístico:
“La actitud que asumieron ayer los Honorables
Concejales de esta localidad, fué digna de aplausos; gesto patriótico que se
levanta en estrecha comunión con el pueblo, ha celebrado ruidosamente el 43
aniversario de la erección de esta entidad territorial en Municipio,
segregándola del de Las Tablas.
La junta organizadora de los festejos, presidida por
el entusiasta Director de la Escuela José E. Brandao, desarrolló un magnífico
programa: salvas de artillería, cohetes, repiques de campanas, misa solemne con
‘Te Deum’, carreras en sacos, piñata, gallo enterrado, carreras de competencia,
paseos cívicos, etc. Y sobre todo la interesante sesión cívica del Concejo. En
ella tomaron la palabra varios jóvenes y señoritas de la localidad, después del
orador oficial, jovencito Sergio Pérez Angulo, aprovechado alumno del VI Grado
de esta escuela y que comienza a ensayar sus primeros y vacilantes pasos por el
extenso y hermoso campo de las letras”.[7]
El papel de los educadores de la Escuela Mixta de
Guararé, como se le llamó para aquella época, es notable y demuestra el rol de
instructores como el ya indicado, José E. Brandao, pero también de Manuel F.
Zárate, el joven maestro que dirigió la escuela primaria antes de partir a
realizar estudios de ingeniería química en la capital francesa y que se
convierte en importante puntal de la vida social y cultural, como ya tendremos
ocasión de demostrar.
Mientras tanto, la aprobación de leyes agrarias
acelera la apropiación de las tierras y son frecuentes los conflictos legales,
como el entablado entre Pío Zambrano contra Antonino Pascale y Rufina Osorio,
que ocasiona el remate de los bienes de los últimos. Las propiedades tienen las
siguientes ubicaciones:
“Dos casas entre las cuales hay una, con los
siguientes linderos: Norte sabanas libres; Sur, fondo de patios; Este, casa y
patio de Patrocinio Pinzón; y Oeste, camino que conduce del caserío de La Enea
a Guararé. Mide de frente dicha casa seis metros con ochenta centímetros por
diez metros diez centímetros de fondo: está construida de paredes de quincha,
maderas redondas y tejas de barro al estilo de las del país, está situada en ‘La
Pacheca’, Distrito de Guararé y ha sido valorada en la suma de doscientos
cincuenta balboas (B/250.00). La otra casa se encuentra situada en la cabecera
del mismo Distrito de Guararé con los siguientes linderos: Norte, casa del
finado Paulino Jaén; Sur, casa de la finada Adela Salzavilla; Este, fondo de
patio: y Oeste, calle denominada ‘3 de Noviembre’; mide dicha casa de frente
diez metros noventicinco centímetros por nueve metros noventa centímetros de
fondo, construida de maderas, paredes de quincha y tejas de barro al estilo de
las del país y está valorada en la suma de trescientos balboas, todo lo cual da
un total de quinientos cincuenta balboas, B/550.00” [8]
El texto transcrito es valioso por diversas razones,
demuestra que las casas habitaciones eran de quincha, seguramente numerosas,
tanto en La Pacheca como en la cabecera distrital y otros poblados santeños,
porque los cambios en la arquitectura vernácula no se aceleran hasta la década
siguiente. En la época existían tierras baldías, como las sabanas que se
describen en la zona de La Enea. Es evidente que en los años veinte la
propiedad privada de bienes se había extendido, dejando atrás el período de propiedad
comunal que caracterizó la Colonia.
Un anónimo corresponsal, por su parte, muestra
preocupación por el estado del puente sobre el río de sonoro vocablo indígena.
Sostiene el reportero que:
“Es un peligro el pasar por el puente del río Guararé
en día lluvioso. Los extremos del puente, los trozos que corresponden a los
estribos, se ponen sumamente resbalosos, peligrosos para los pasajeros de a
caballo o a pie. Se puede afirmar que de 5 que pasan a caballo, 3 o 4 con
seguridad caen. Traslado a quienes corresponda para que remedien el mal” [9]
El mismo corresponsal insiste en la lamentable
situación del puente sobre el río Guararé y escribe en nota del 17 de noviembre
de 1924:
“Otra vez el puente; seremos necios, hasta quien
corresponda no mejore el mal. Hace poco el Sr. Manuel Falcón P. hacendado, en
viaje hacia su ‘Mangote’, le resbaló el caballo al pasar por allí y cayó
golpeándose gravemente la rodilla, que lo obligó a tomar cama.
Tome nota Sr…….” [10]
A pesar de que la Junta Central de Caminos
-antecedente del Ministerio de Obras Públicas- realizaba esfuerzo por mejorar
las vías de comunicación, las dificultades persistían en un país que daba los
primeros pasos republicanos; lo que explica el surgimiento de iniciativas
comunales para enfrentar la problemática del desarrollo.
La sociedad llamada “Unión Progresista” era una de
esas agrupaciones que emprendía acciones para el mejoramiento colectivo. Presidida
por Manuel F. Zárate, fue responsable de las gestiones para la construcción de
un puente en las goteras del pueblo, en el camino que conduce hacia La Enea. La
prensa reporta el acontecimiento, bajo el titular de ‘Guararé Progresa’, en los
términos siguientes y bajo la rúbrica de un tal Brígido:
“El domingo 20 del corriente, se llevó a efecto en
esta población la bendición del primer puente del camino que la sociedad ‘Unión
Progresista’ se propone llevar hasta el Puerto. El puente se encuentra en las
afueras de esta población sobre un atascadero que impedía el libre tráfico de
invierno con el puerto y caserío de ‘La Enea’, y es de concreto.
Inmenso gentío asistió a la ceremonia que se cumplió
según programa elaborado anticipadamente por la Sociedad. El desfile partió de
la Casa Municipal en este orden: bandera Nacional llevada por el Sr. Alcalde;
el estandarte de la Sociedad portado por su presidente, alma de la fiesta, Sr.
Manuel F. Zárate, las borlas fueron llevadas por el Sr. Presidente del Concejo
y por el Presidente de la Junta Municipal de Caminos; seguían luego el Sr. Cura
Parroquial con los miembros del Magisterio local y señoritas de la sociedad;
alumnos de las escuelas y gran público. La orquesta amenizaba el acto con vibrantes
notas que hacían estremecer el alma de entusiasmo.
Después de la ceremonia religiosa llevada a efectos
bajo los acordes del Himno Nacional, tomó la palabra el Sr. Virgilio Angulo en
términos elocuentes y patrióticos.
De regreso a la Casa Municipal, los 24 padrinos
ofrecieron al público licores, dulces, etc. hasta la 7 p.m. cuando se disolvió
la concurrencia” [11]
La sociedad se había instituido el 24 de marzo del
mismo año y estuvo integrada, como queda dicho, por Manuel F. Zárate, como presidente;
Issac Catán y José del C. Saavedra, como primer y segundo vicepresidente; Virgilio
Angulo y Manuel Terriente, como secretario y vicesecretario, así como por el
tesorero Medardo Falconet.[12] Entre otras obras de la agrupación, también se menciona
la refacción del templo parroquial.
En una sociedad rural como la guarareña no todo era
trabajo, porque la diversión también se imponía. Muy esperados eran los
carnavales y los ecos de la actividad aún estaban frescos en la memoria.
Porque:
“ ‘Pasó la tempestad y vino la calma’: pasaron los
carnavales, con su cortejo de risas y alegrías, disfraces, etc., y ha llegado
la beatífica cuaresma” [13]
La fiesta de Momo impregnaba la zona, porque en la
misma publicación se sostiene que “el domingo de
carnaval, un carro lleno de disfraces se dio un corto paseo por Los Santos y
Chitré…” [14]
A su vez, las féminas de la península incursionaban en
la realización de concursos de belleza y con tales fines un escrutinio de
simpatías tendría lugar el 24 de enero de 1924. El evento era promovido por El
Eco Herrerano y en el mismo participaban las siguientes señoritas:
CONCURSO DE BELLEZA
Escrutinio del día 12 de enero de 1924
Nombre |
Lugar |
Votos |
Blanca Varela |
Pesé |
1310 |
Catalina Valdés |
Chitré |
1143 |
Paquita Gelonch |
Chitré |
664 |
Sofía Tello R. |
Chitré |
617 |
Esperanza Berbey |
Ocú |
470 |
Rebeca W. Crespo |
Chitré |
428 |
Sarita Rivera |
Chitré |
374 |
Lilia Márquez |
Chitré |
63 |
Marcelina López |
Parita |
49 |
Silvia Salerno |
Chitré |
50 |
Elida Pinilla |
Chitré |
37 |
Hermisenda Correa S. |
Chitré |
29 |
Clementina Aued |
Chitré |
26 |
Adela María Navarro |
Chitré |
25 |
Julia M. Quintero |
Parita |
24 |
Rosario Saavedra |
Guararé |
23 |
Marcelina Arosemena |
Parita |
11 |
Abigail Achurra |
Parita |
18 |
Eugenia González |
Las Tablas |
17 |
Rita Alba |
Las Tablas |
16 |
Chitré, 5 de
enero de 1924
El escrutinio se efectuaba contando los cupones de
preferencia, los que aparecían publicados en El Eco Herrerano. Fueron los
jurados: Gilberto Porcell, E. Rodríguez R., José I. Collado, B. Urriola O., Arturo
Pérez T., Bolívar Márquez, Rogelio Salamín, J. Villalaz Jr. Fuente: El Eco
Herrerano, domingo 13 de enero de 1924. Portada. Las negritas son del autor.
Como se aprecia en el cuadro anterior, la concursante
por Guararé fue la señorita Rosario Saavedra Espino,[15] hija de distinguida familia cuya residencia aún queda frente al Parque
Bibiana Pérez; hermana de los escritores guarareños José del C. y Leonidas
Saavedra Espino. Cuando formó parte del concurso, la aspirante al cetro tenía
16 años. Ella casó en años posteriores con Rafael Moreno González y formó
familia en Macaracas.[16]
El papel social de las señoritas expresa ansias de
superación, porque las mismas andan en busca de nuevos horizontes. Veamos:
“En esta semana se despidió de nosotros, la alegante y
popular señorita Zenaida Castillero que partió para Panamá. La simpática Zena,
como familiarmente le llamamos, conocida por el selecto personal de los pueblos
vecinos por su cariño, cultura y finezas que la distinguen, va en busca de
nuevos horizontes a la Capital; va a ingresar en uno de los establecimientos de
enseñanza de esa ciudad.
Que las brisas del Ancón sean portadores de las
felicidades que le deseamos.” [17]
Otra de las guarareñas, Raquel M. Angulo, inspirada en
la conmemoración de la fecha clásica distrital, incursiona en la poesía y
publica su inspiración:[18]
OFRENDA
A Guararé en el 21 de enero
¡Salve pueblo querido! Próvido
y fuerte, grande y único por
las sublimes y resplandecientes
virtudes sagradas de tus hijos
¡Salve, Oh fecha inmortal,
gloriosa y santa! Todos te cantan
en tu día porque eres augusta
y eres grande! Yo también quiero
y debo cantarte.
Porque tu exaltación fue el ideal
De todos tus hijos por varios lustros;
Porque tú surgiste del esfuerzo
de mis mayores para quedar
perennemente vibrante en las
alas de los vientos y en las ondas
rizadas de las aguas;
Porque la Justicia y el Derecho
están amparados en ti.
Por eso, hoy vengo a cantarte
y a rendirte el homenaje único
de mi cariño.
¡Guararé! pueblo querido, yo te
saludo.
RAQUEL M. ANGULO
Enero 21…..1925
En otro orden de cosas, la actividad político
partidista tocaba las puertas de Guararé, y en el año 1924, la población contó
con su primer diputado:
“Parte hoy para Panamá el Sr. Efraín Pérez Angulo,
primer diputado guarareño, elegido por esta Provincia hace poco, con lujosa mayoría.
Va a laborar en la Asamblea Nacional por el progreso y
bienestar de la Provincia y con especialidad por ese querido terruño de sus
amores, en donde se meció su cuna y donde vió por primera vez los mortecinos
rayos del sol agonizante.
Pérez Angulo es joven de grandes y nobles aspiraciones,
que debido a sus méritos, ha podido ascender la escala de la representación
nacional en pocos años de vida política. Es una verdadera promesa para el
porvenir de nuestra Patria.
Buen viaje y feliz éxito le deseamos” [19]
En el mundo de los concejales, los resultados de las
elecciones también renuevan el mundo político distrital:
“Dos bandos políticos se disputaban en las urnas su
predominio en el futuro Concejo. Ambas candidaturas eran dignas de todo
concepto.
Un lustro atrás esa lucha hubiera sido un concurso de
violencias y de vergonzosos escándalos.
Hoy, por el contrario, fue un verdadero torneo de
civismo y cultura en el que se rindió pleitesía al sagrado derecho del sufragio.
Escrutados los votos al atardecer, la casa de uno de
los cabecillas triunfantes, José del C. Saavedra, fue allanada por una lujosa
manifestación de simpatía, encabezada por los cabecillas del bando derrotado, para
felicitarlo por su triunfo. El Sr. Saavedra y amigos los recibió y obsequió con
la franqueza cordialidad y galantería que le son ingénitas. Allí oímos
elocuentes manifestaciones de civismo y de concordia de los labios de los
cabecillas de ambos bandos contendientes, que brindaban por unión y progreso
del pueblo guarareño, entre los vivos aplausos del pueblo entusiasmado.
‘El más hermoso triunfo alcanzado por Guararé’, dijo
uno de los oradores, ‘ha sido el alcanzado hoy en los campos de concordia y de
la unión de sus elementos’. Los concejales elegidos fueron Guillermo Díaz,
Reyes Espino y Francisco Espino, nómina que colma las aspiraciones populares
pues se tiene confianza en que ellos sostendrán incólume la bandera de la
Municipalidad en el bienio próximo. En las primeras horas de la madrugada, la
manifestación se disolvió, llevando cada cual, los recuerdos más gratos de ese
acto, talvez único en su género entre toda la provincia.” [20]
Al corresponsal del Eco Herrerano le asiste la razón, ya
que con anterioridad la contienda política casi siempre conducía al
caldeamiento de los ánimos e incluso hasta promovía sucesos trágicos. Tal como el
acontecido con Ipsa Borrero García, quien fuera ultimado en una balacera, producto
del conflicto político partidista, acontecimiento que impactó profundamente la
vida social guarareña. El archivo parroquial deja constancia del infausto
suceso, al indicar que el occiso fue sepultado el 27 de junio de 1916, a los 39
años; hijo de Isauro Borrero y Carmen García. La fuente añade que estaba casado
con Eloísa Mora de Borrero.[21]
En esta misma línea de acontecimientos, esta vez por
fallecimiento natural, la Parca se lleva a un prometedor joven que venía
formando parte de agrupaciones sociales, me refiero a Medardo Falconet. Muy
acongojado por el deceso, Manuel F. Zárate, al hacer uso de la palabra en el
cementerio municipal, dice de su amigo de infancia:
“Nada queda ya de lo que fue esa clara inteligencia;
nada del colegial sencillo y pulcrísimo, del estudiante asiduo, del sentido
escritor, del entusiasta cooperador en las mejoras públicas, del hijo amante y
hermano afectuoso, del virtuoso, simpático y galante caballero, y en fin, del
amigo que ponía en su sonrisa y en su saludo su corazón legítimo. Nada, sino el
recuerdo de su juventud malograda, pero modelo.” [22]
Los eventos sacros marcaban los días de la sociedad
rural y tradicional guarareña, porque en esa década de los años veinte, la
población recibía con regocijo las visitas pastorales que realizaban los
obispos desde la capital de la república, en donde radicaba la sede de la
Arquidiócesis de Panamá. El 22 de febrero de 1921 arriba el obispo Guillermo Rojas
Arrieta, quien la reitera el 8 de marzo de 1927, de las que queda constancia en
los archivos parroquiales.[23]
Como era de esperarse, la organización religiosa, que
siempre ha conmemorado las festividades a la Virgen de Las Mercedes, también
tenía eventos propios; aunque por su lado la grey católica los convertía en un
amasijo entre lo sacro y lo profano, tal y como se deduce de la noticia que
cito, porque antaño como en hogaño, el enfoque continúa siendo similar:
“FIESTAS. Pocas veces hemos visto a Guararé tan
entusiasmado para las fiestas en honor de N. S. de las Mercedes como este año;
en los almacenes, en el billar, en las esquinas, en fin, en todas partes, solo
se habla de fuegos buenos, de toros bravos y de bailes suntuosos. Ya ha habido
varias reuniones en la primera de las cuales se movió la junta que se encargará
de realizar los festejos que se llevarán a cabo. Alegría, entusiasmo y
cordialidad entre todos reinaban por completo en esas reuniones.
El popular CACHI, Presidente de la Junta, no quiere
dejarle alma tranquila a nadie pues su único afán es hacer una fiesta
espléndida, digna de este pueblo emprendedor y progresista. TITE Vásquez, como Tesorero,
no le va en zaga, y el Secretario Virgilio Angulo completa en Triunvirato que
trabaja con afán por poner muy en alto el nombre de Guararé.
Amanecerá y veremos…veremos si los resultados
corresponden a las energías gastadas” [24]
Sobre este mismo
tópico festivo aparece otro sugestivo escrito:
“La actividad de la Directiva de estas fiestas ha
salvado la situación. Nuestras fiestas patronales el próximo 24, quedarán
magníficas. Ya los fuegos los está arreglando uno de los mejores pirotécnicos de
estos andurriales: Tite Vásquez quien ha prometido que la noche de los fuegos sus
pichones harán huir a mucha gente y chillar a muchas mujeres. En cuanto a los
toros, eso será más que magnífico.
Sería conveniente que todos los concurrentes trajeran
como mínimo 20 balboas, para comenzar, porque habrá mucho que ver y mucho en qué
gastar. Habrán muchos bailes, siempre y cuando que se pague puntualmente la
cuota para bailar”. [25]
La educativa es otra faceta relevante del mundo social
guarareño; porque no cabe la menor duda que las actividades de la instrucción
pública eran los más frecuentes, porque no eran pocos los eventos que fueron
recogidos en las páginas del semanario tantas veces citado. Por aquellos años la
tierra de Bibiana Pérez tuvo un grupo de educadores preocupados por la marcha,
no sólo de la escuela, sino de la sociedad en la que moraban. Tales los casos
de Virgilio Angulo, Manuel Fernando de Las Mercedes Zárate, José Encarnación Brandao
y Juana Vernaza, entre otros. En este sentido la Escuela Mixta de Guararé, bajo
la égida del Sr. Brandao y la educadora Emérita Correa, son responsable de la
graduación de VI grado que tiene lugar en el año 1922.[26]
La sensibilidad social de los educadores de antaño era
ejemplar. Por ello, no extraña que la maestra Ana Isabel Illueca Dutrie (1903-1904) -la misma de la poesía “Mi pollera”-, a sus 20 años,
impartiendo clases en la Escuela Mixta de Pesé, les escriba a sus alumnos de
primaria: [27]
A MIS PRIMEROS ALUMNOS
(I Grado de la E. M. de Pesé.)
¡Oh mis niños amados….¡Quién hiciera
que imborrable quedara en mi memoria,
este corto período de mi historia,
tan risueña, tan dulce y placentera!
Vivir de la sonrisa de los niños,
Es vivir sin dolores, sin engaños,
Y sin amigos que nos causen daños,
pues no saben brindar más que cariños….
Gozar de su lenguaje caprichoso,
y de sus juegos y sus dulces cantos,
Es gozar de sus múltiples encantos
y embriagarnos de chichas y alborozos….
Y al mirar sus caritas placenteras
cuando al libro se entregan con amor,
Ellos me hacen pensar que aquel ardor,
les dará recompensas duraderas!……..
¡Oh mis niños queridos!......Quiera el cielo
conservarlos risueños y estudiosos,
inocentes, amables y juiciosos,
Después que tienda como el ave el vuelo……
ANA ISABEL ILLUECA D.
8/I/23
Mientras Illueca Dutrie se inspira en Pesé, sabemos
que en Guararé un grupo de jovencitos reciben los certificados de escuela
primaria:
“Los jóvenes Sergio Pérez Angulo, Erasto y Seferino
Espino, Euclides Saavedra, Agustina y Cerafina Correa, Adelaida Osorio y Digna
Falcón, han recibido su Diploma de Enseñanza Elemental después de haber cursado
con buen éxito el VI° Grado de la Escuela de esta población. Uno de ellos, Euclides
Saavedra, es un niño de apenas 12 años, y sin embargo, obtuvo brillantes
calificaciones también” [28]
Pensando en la niñez, abundan las referencias que
comprueban que los educadores pretenden aproximar a la juventud a las páginas
liberadoras de los libros, al crear una biblioteca infantil. Así lo informa
Manuel F. Zárate en apostilla periodística:
“Hace poco se ha abierto al público la ‘Biblioteca
Infantil’ formada por los esfuerzos de la ‘Sociedad Simón Bolívar’ y con
especialidad de su Director, el maestro Ríos.
Una biblioteca era ya una necesidad entre el elemento
escolar de esta población. Viene, pues, a llenar un vacío que se hacía sentir
visiblemente. Todas las noches se ve su salón lleno de niños y adultos,
sedientos de las enseñanzas que encierran los libros” [29]
Los responsables de la biblioteca para niños, con mirada
progresista, incluso se valen del telégrafo para lograr que lo párvulos y
adultos puedan enterarse de sucesos que acaecen más allá del poblado:
“Damos las más expresiva gracias a las autoridades del
telégrafo, por haber atendido a nuestras indicaciones de días pasados sobre el
envío de noticias del Exterior y del País al tablero de nuestra Biblioteca
Infantil. Ya comenzaron a llegar nuevamente tales noticias para información a
la comunidad.
La Prensa siempre merece respeto y atenciones del
público y autoridades sensatas” [30]
En efecto, gracias a la prensa regional conocemos que
en Guararé, el 13 abril de 1924, se realizaba una velada para recabar fondos y
construir el parque de la capital distrital. El hecho se desprende del discurso
que pronunciara Manuel F. Zárate con motivo de tal ocasión.[31]
En otra edición de El Eco Herrerano aparece un escrito
del maestro Virgilio Angulo. Lo titula “Por nuestra educación” y centra el análisis
en la necesidad de perfeccionar la instrucción pública mediante una “cruzada
educacional”, la que no debe olvidar los valores sociales y el poderoso papel
de la familia, el ambiente y la individualidad, porque, según el educador:
“El niño es hijo del ambiente en que se agite; basta
con tratarlo cortos días en clase, para saber a qué clase de familia pertenece;
sus palabras, ideas y acciones demuestran claramente sus primeras impresiones
del hogar.” [32]
Los eventos no cesan, poque el mismo educador imparte
conferencia sobre “La batalla de Ayacucho y los hechos y consecuencia que la
rodean” La disertación fue el 9 de enero de 1925 y estuvo dirigida a exalumnos
de VI°.
Por su parte, en el reportaje sobre “La fiesta del
maestro”, se deja en claro el nivel de organización escolar:
“Esta fiestecita resultó aquí muy simpática. En el
local escogido con anterioridad, se reunión todos los niños de la escuela para
rendir homenaje a aquellos orfebres del alma infantil. Nota simpática en ella
fue la presencia y discurso de las representantes de las distintas sociedades de
esta Cabecera: la ‘Unión Progresista’ envió como representante y padre de familia
al Sr. J. del C. Saavedra; la ‘Sociedad Educativa’, a su socia Adelaida Osorio
y la sociedad infantil de IV° B ‘Porvenir Escolar’ a su socia Carmencita
Saavedra. Esta última, luego de un bello y adecuado discurso, regaló un
ramillete de flores a cada maestro –‘como símbolo de simpatía y gratitud
personal y de la sociedad que representa- según dijo. También se le rindió
homenaje a la decana del Magisterio Sra. Juana Vernaza, por medio de un
ramillete de escogidas flores y ofrecimiento respectivo.” [33]
Hemos podido constar que la unión de los educadores
era prioritaria para ellos, por tal motivo los paseos e intercambios con los
colegas constituía un medio para el logro de tales fines. Tan así, que la
portada de El Eco Herrerano del domingo 7 de noviembre de 1924 la dedica a
ellos, aunque el evento se realizó el día 30 de octubre. Titulada “La fiesta
del maestro y la escuela” deja constancia de las actividades realizadas en el
paseo de los educadores que laboraban en Guararé, Las Tablas, Los Santos y
Chitré. Hay detalles sobre los brindis, la gira en ‘chiva’ con visitas a Las
Tablas, puerto de Mensabé, Villa de Los Santos, Chitré y Monagrillo.
Entre los muchos eventos se realizó una velada en el
Teatro Amalia de la capital herrerana:
“Fue, como en Las Tablas, muy bonita la velada que
aquí se dió. El teatro estaba repleto de espectadores. Gustaron mucho todos los
puntos, y especialmente, los titulados ‘La ninfa o el ensueño del Poeta’; ‘La
apoteosis del maestro’; ‘La Chanteuse Calorri’; couplet que cantó la genial
artista srta. Cristina Plicet; el discurso con que abrió el acto el Inspector
Rodríguez y el discurso con que clausuró el Inspector Brandao.” [34]
Los intercambios no sólo involucraban a los docentes,
sino al educando:
“Muy lucido quedó el
paseo que a Los Santos y Chitré efectuaron los niños que compone la Sociedad ‘Porvenir
Escolar’ el día de Año Nuevo en compañía de otros alumnos y de algunos
maestros.
El recibimiento que
el personal docente y Educador de aquellos pueblos, hicieron al nuestro, es el
más bello exponente de la corriente de simpatías que hay entre estos pueblos
vecinos:
¡Qué derroche de
atenciones y de cultura! Fuimos finalmente agasajados con sabrosísimos
refrescos y con aquella amabilidad que caracteriza tanto a los santeños como
chitreanos, nos hicieron conocer los lugares más notables de aquellas tan
simpáticas ciudades.
En nombre de Guararé
por este conducto, enviamos las más expresivas gracias y muestras de
agradecimiento, al personal Docente y Educativo de aquellas escuelas y muy
especialmente al Sr. Ulpiano Rodríguez, Inspector del Dtto. de Chitré y a los
señores Bolívar Gutiérrez y Julio Cedeño, Directores de las escuelas de Chitré
y Los Santos respectivamente” [35]
En el año 1925, por su parte, los paisanos continúan
celebrando la fecha en la que Guararé se convirtió en distrito. He aquí la
descripción del evento:
“Las fiestas del 21 de enero: Ayer celebróse con gran
pompa y entusiasmo la fecha magna que recuerda a todo guarareño aquel momento
glorioso en que nuestro querido Guararé fué erigido Dtto. Municipal.
¡Viva el 21 de enero!
Esta fué la frase q’ al unísono brotó ayer de todos
los corazones guarareños prorrumpida en verdaderos arranques de entusiasmo.
El programa fué cumplido religiosamente y con gran
esplendor: La sesión cívica que -en asocio de la Escuela Mixta de esta
población y la de Montero- celebró el Consejo Municipal, fué algo que
constituye para nosotros un justo orgullo puesto que hemos podido apreciar a
través de ella, el paso gigantesco que hacia la civilización y el progreso
hemos dado comprendiendo del todo la trascendental importancia que tiene en sí
el 21 de enero de 1880. En ella dejaron oír su elocuente vos los Sres. Manuel
Terrientes y Manuel F. Zárate, los cuales fueron vivamente ovacionados.
Sucedió a este bello punto, el paseo cívico de las
escuelas, el Concejo y gran parte del pueblo, dieron por las principales calles
del poblado acompañados por la entusiasta orquesta guarareña.
El juego de Base Ball entre los teams ‘Guararé’ y ’21
de Enero’ también resultó lucidísimo quedando vencedor este último y por lo
tanto, dueño de la pelota ofrecida como premio al que ganara.
La fiesta fué cerrada con broche de oro:
El suntuoso baile de gala que en los salones del
edificio Municipal tuvo lugar, ha batido el record de cuantos se han registrado
entre la sociedad guarareña. En él reinó el más completo entusiasmo y la más
estrecha armonía, terminándose cerca de las dos de la madrugada.
Y así terminó nuestro día.
Mientras tanto, en el alma de todos los guarareños
quedará para siempre el recuerdo de esta gloriosa fecha, porque ella simboliza
el primer avance que hacia la realización de nuestros ideales dieron aquéllos
que, con justo orgullo llamamos hoy nuestros abuelos.” [36]
En ese mismo año, en la edición del 6 de septiembre de
1925, el semanario se hace eco de la despidida, realizada el 23 de agosto, a un
guarareño que parte a perfeccionar estudios universitarios. Se comenta en la
columna “Guararé”:
“El domingo pasado tuve el honor y el grandísimo
placer de asistir a una simpática fiesta.
Guararé, pueblo de nobles aspiraciones, celebraba un
triunfo que era suyo; se complacía en tener presente, aunque por muy pocos
momentos, al hijo que supo poner muy alto su nombre y el de su cuna. Manuel F.
Zárate, agraciado con una beca para el exterior en el último concurso: vino a
despedirse de los suyos antes de partir a la capital francesa para donde
seguirá en breve a cursar estudios universitarios.
Sus amigos de Guararé quisieron festejarlo y yo, que
al azar me encontraba presente, tomé parte de los festejos
EL BANQUETE: En casa del entusiasta y popular Casimiro
Smith se sirvió un suculento almuerzo en el que no faltó la cordialidad y la
alegría. Ofreció el banquete el inteligente joven Virgilio Angulo en un corto
pero elocuente discurso que mereció el aplauso general.
Zárate correspondió a las hermosas palabras del joven
Angulo con una brillante improvisación llena de fe y de esperanzas. El amor a
su pueblo -dijo- ha sido el móvil que más lo ha alentado a seguir siempre
adelante pues desea poner todas sus energías al servicio del terruño en donde
tuvo la dicha de nacer.
EL SOIRÉE. Por la tarde, a pesar del calor sofocante
que hacía, hubo el baile. Las flores guarareñas embalsamaban el ambiente con el
perfume de sus pétalos. La música preludiaba sus más sentidas y hermosas piezas…Una
mezcla de alegría y de tristeza nos dominaba; alegría por encontrarse entre
nosotros un amigo que se aprecia; tristeza por la partida de ese amigo que
compartió con nosotros muchos ratos agradables.
Por fin terminó el baile y yo me despedí de ese pueblo
que sabe apreciar el verdadero mérito de sus hijos y me despedía también el
amigo Zárate deseándoles felicidades en la tierra de Moliere donde pasará
cuatro años asimilando sabias enseñanzas en las aulas de la Sorbona.” [37]
Trascurridas muchas décadas del acontecimiento
reseñado, sabemos que la emoción vivida por los guarareños de los años veinte,
de alguna manera resume parte de la época, porque aquellos discursos con los que
se despide a Zárate, con posterioridad se vieron respaldados por hechos
tangibles, porque la palabra empeñada por el santeño se hizo sentir.
En efecto, el 1 de julio de 1930 Zárate recibe su
diploma de ingeniero químico en la Universidad de París y ese hecho, sencillo
tal vez, lo debemos comprender como el fruto de todo un pueblo que, con organización,
en esa fructífera segunda década del siglo XX, comprendió que no puede haber
triunfo sin siembra de labor colectiva.[38]
4. La relevancia de la década
Los retazos de historia que hasta aquí se han plasmado,
tienen considerables aristas que contar, más de lo que se deja consignado en el
texto. Abundan las sugerencias sobre la vida social de una villa santeña que al
iniciar el siglo XX, en la segunda década de la centuria, se debate entre la
herencia de los siglos pasados y los vientos de cambio de la nueva nación.
En el fondo encontramos una sociedad con rasgos
tradicionales, aún ruralizada, pero que encuentra en la apertura que se respira
una puerta para salir a tomar aire fresco. De allí que la visión de dos santeños
-López y Zárate- difiera sobre la realización del proyecto portuario, pero en
el fondo refleja los deseos de emprender nuevas realizaciones. No hay conflicto,
porque la meta es la misma y los desafíos evidentes.
Muy llamativo resulta el rol de las jóvenes que
estudian, escriben poesías y se agitan en labores educativas. Se nota que
existía un trabajo previo, realizado por la escuela primaria; centros
educativos que venían desde los tiempos de José de La Rosa Poveda y Juana
Vernaza, la que para aquellas calendas era una mujer con no pocos años encima y
próxima a jubilarse.
Una nueva camada de instructores se toma la plaza, especialmente
en los casos de Virgilio Angulo y Manuel de Las Mercedes Zárate.
Particularmente el último aparece como un personaje de grandes ejecutorias y de
un ilustrado liderazgo social. Vemos a un Zárate desconocido para la mayoría de
los guarareños, que hasta ahora sólo lo recuerdan por su papel en la creación
del Festival Nacional de La Mejorana. Mirando su actuación en los años veinte,
antes de que partiera a estudiar en Francia; se comprende que, al regresar y
crear el cónclave folklórico, haya recibido un apoyo tan entusiasta de sus
paisanos, porque ya tenía un terreno abonado.[39] A propósito, en aquella época Zárate fue el gran orador y escritor de
su pueblo natal, sin olvidar el rol de Virgilio Angulo.[40]
En realidad, impresiona la mística de los educadores
de antaño, el empeño por involucrarse con la comunidad y hacer del niño su alfa
y omega. No son pocas las veladas y muy revelador el intento por crear
bibliotecas infantiles, al igual que la participación escolar en los eventos en
los que debe implicarse el centro escolar, como en el caso de la conmemoración
de la creación del distrito. Se nota que existe una población que tiene en el
educador un guía que se suma a las iniciativas del resto del cuerpo social.
Los relatos sobre la actividad político partidista hay
que tomarlos con cautela, porque la realidad puede superar a lo descrito por
los reporteros. Sin embargo, las elecciones para diputados y ediles reflejan la
estructura de poder heredada, con familias que radican en el ágora guarareña y
que aparecen con claridad meridiana en el archivo de la parroquia. En los años
veinte Guararé sigue siendo la plaza central, por lo que las referencia a los
demás villorrios municipales apenas se vislumbran.
Lo del estado del agro merece un capítulo aporte y, de
hecho, ya lo hemos analizado en otra investigación sobre la provincia de Los
Santos.[41]
En lo que recoge el escrito al respecto, al menos queda claro que se incrementan
los casos de la tenencia de la tierra, comprensible porque las leyes liberales
enfatizan en la propiedad privada y la destrucción de las áreas comunales. Al
revisar El Eco Herrerano nos encontramos con múltiples solicitudes de
acaparamiento de tierras, las que no siempre son solicitadas por los sectores
campesinos, propiamente tales.
La mirada al tema religioso es limitada, porque son escasas
las referencias documentales al tópico y, cuando se hace, lo profano se mezcla
con lo sagrado, en una perspectiva que es la característica del resto de la
nación; porque muchas veces la realización de las patronales son una excusa
para realizar fiestas, en la añeja costumbre que proviene de las culturas
griega y romana, y de la que se quejan los obispos en las visitas al área.
Al finalizar esta incursión por el Guararé de la
segunda década del siglo XX, quizás lo plasmado puede ser de utilidad para el
lector, porque el estudio de la vida social de la villa santeña necesariamente implica
comparaciones entre el ayer y el hoy. Lo que resulta evidente es que han sido
los guarareños de antaño, los que con sus testimonios escritos de la segunda
década del siglo XX, permiten que los descendientes atisben en el desconocido
mundo social del que son herederos y renueven los esfuerzos por terminar las
tareas aún inconclusas.
Milcíades Pinzón Rodríguez.
En las faldas de cerro El Barco, Villa de Los Santos.
Verano del 16 de enero de 2022.
CITAS Y NOTAS
[1] Consultar en www.sociologíadeazuero.net la biografía
de tales personales. Ver sección de biografías.
[2] Paro
los hechos del 3 de noviembre de 193 consulta del autor: “Acta del 10 de
noviembre de 1903, mediante la cual el municipio y pueblo de Guararé se adhiere
al movimiento separatista de Colombia”. Villa de
Los Santos: Imprenta Any S.A.: 2017, 5 págs.
[3] Contraloría General de la República, Censo Demográfico
de 1920.
[4] Ver López y León,
Jacinto. “Los pueblos de la Provincia de Los Santos y algunas de sus más
apremiantes necesidades”, en EL ECO HERRERANO, 1 de julio de 1923, # 97. En
esta, como en las citas sucesivas, se respeta la grafía de la época.
[5] El Eco Herrerano,
domingo 8 de julio de 1927, # 98. s/n.
[6] Ibid. El artículo
aparece bajo el título de “Respondiendo a los conceptos del señor Jacinto López
y León”. s/n
[7] El Eco Herrerano, 20
de noviembre de 1923. Ver portada.
[8] El Eco Herrerano, 30
de septiembre de 1923. s/n.
[9] El Eco Herrerano, 2 de
noviembre de 1924. s/n.
[10] El Eco Herrerano, 23 de noviembre de 1924.
[11] El Eco Herrerano, 3 de
junio de 1923. La fecha del evento corresponde al 20 de mayo de 1923.
[12] En El Eco Herrerano, 22
de abril de 1923. s/n.
[13] El Eco Herrerano, 4 de
marzo. s/n.
[14] Ibid.
[15] Según el acta fue
bautizada en Guararé el 4 de octubre de 1908 y nacida el 1 de agosto del mismo
año. Ofició de sacerdote Ubaldino Córdoba. Aparece registrada como María del
Rosario. Hija legítima de José del Carmen Saavedra y María de Jesús Espino.
Ver: Archivo Parroquial de Guararé, 1908, partida 442. Los padres, además de las
labores habituales, tenían una botica o farmacia ubicada en su residencia. Los
progenitores aparecen con mucha frecuencia como padrinos de párvulos, lo que sugiere
su aceptación y prestigio social.
[16] Los hermanos José del C. y Leonidas Saavedra Espino han legado a
la nación literatura en donde se pinta con vívidos colores la sociedad
peninsular. Se trata, respectivamente, de las novelas “Alma de Azuero” y “¿Espino?
Mensabé antes de Azuero” Otro personaje familiar muy interesante en este núcleo
familiar es Ciro Saavedra Espino, quien promovió la industria del jabón bajo la
marca de Jabón Toro, de grata recordación entre los guarareños. Esta familia, dada
sus ejecutorias, merece un estudio genealógico aparte.
[17] El Eco Herrerano, 24 de noviembre de 1924
[18] El Eco Herrerano, 8 de febrero de 1925.
[19] La noticia del corresponsal está fechada en Guararé el
12 de agosto de 1924 y publicada ese mismo año en El Eco Herrerano del domingo
17 de agosto. El diputado guarareño fue uno de los que impulsaron el Proyecto
de Ley del Voto Obligatorio, según comenta la publicación el 2 de noviembre de
1924.
[20] Ibid.
[21] Parroquia de Guararé, Libro de Defunciones, año 1916,
partida 86.
[22] “Discurso pronunciado por el Sr. M. F. Zárate en el
cementerio de Guararé en el momento en q’ se iba a dar sepultura al cadáver del
joven Medardo Falconet”; en EL ECO HERERANO, 8 de junio de 1924. s/n.
[23] Mayores ampliaciones sobre la historia del templo a
Nuestra Señora de Las Mercedes en: Pinzón Rodríguez Milcíades. APUNTES
HISTÓRICOS: PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES (GUARARÉ, 1869-2010).
Villa de Los Santos: Imprenta Any S. A., 39 págs.
[24] El Eco Herrerano, 31 de agosto de 1924. Bajo el título
de “DE GUARARÉ. Algo de todo”.
[25] El Eco Herrerano, 20 de septiembre de 1925, pág.
4. En “De Guararé”. Texto fechado en
Guararé el 20 de septiembre de 1925.
[26] Ver Pinzón Rodríguez, Milcíades. LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA EN AZUERO.
Chitré: Impresora Crisol S.A., 1992, pág. 40. En el texto se presenta una
panorámica del estado de la educación peninsular desde el siglo XIX y primera
mitad del XX.
[27] El Eco Herrerano, domingo 14 de enero de 1923. Ana Isabel Illueca recién había egresado de la
Escuela Normal de Institutoras.
[28] El Eco Herrerano, domingo 22 de abril de 1923. El
texto publicado está fechado en Guararé del 1 de abril de 1923.
[29] El Eco Herrerano, 2 de
noviembre de 1924, pág. 4. Aparece bajo el título “De Guararé”.
[30] El Eco Herrerano, 20 de septiembre de 1925, pág. 4.
Bajo el título de “De Guararé”. La nota se origina en Guararé con fecha 10 de
septiembre del año indicado.
[31] En El Eco Herrerano, 27 de abril de 1924.
[32] El Eco Herrerano, 2 de noviembre de 1924. Pág. 4. Ver:
“De Guararé”.
[33] El Eco Herrerano. Domingo 4 de enero de 1925. Portada
del periódico
[34] El reporte periodístico también descubre algunos
educadores coetáneos a los de Guararé. A saber: Julia Quintero, Ana Calderón y
Elisa Zamora en la Villa de Los Santos; José E. Brandao (Inspector del Distrito
Escolar de Las Tablas), Manuel María Tejada (Subinspector del Distrito Escolar
de Las Tablas), Manuel A. Icaza (Director de la Escuela de Las Tablas), y
Liberato Trujillo, en Las Tablas. Así como Clementina Aued, Cristina Casís,
Eladia Ríos y Otilia Cordero, Chitré; Eudocia Rodríguez, Manuela Castillo y Clementina
Obaldía, de la Escuela de Monagrillo. Además de Ulpiano Rodríguez (Inspector
del Distrito Escolar de Chitré) y Bolívar Gutiérrez (Director de la Escuela de
Chitré). Sobre el tema hay una nota de agradecimiento de Manuel F. Zárate,
publicada el 14 de diciembre de 1924, pág. 8. Ver “Guararé da las gracias”
[35] En El Eco Herrerano, 25 de enero de 1925. Ver artículo
“De Guararé”.
[36] En El Eco Herrerano, 1 de febrero de 1925, pág. 3.
[37] El Eco Herrerano, 6 de septiembre de 1925, pág. 2. La
nota está firmada por R.S. Mario, en Chitré, a 25 de agosto de 1925.
[38] Datos de culminación de estudios universitarios en el
diploma que reposa en la Casa Museo Manuel F. Zárate, Guararé.
[39] La postura del guarareño no era nueva, porque en La
Gaceta Oficial del 4 de enero de 1918, Año 15, #285 aparece como el secretario
del alcalde de Guararé, que para aquellas calendas era Darío Angulo. El aviso
oficial aparece firmado por ambos con fecha 27 de noviembre de 1917.
[40] Manuel F. Zárate publicó, el 1 de marzo de 1925,
páginas 3 y 4, el discurso con motivo del 21 de enero de ese año.
[41] “Agro y capitalismo en Los Santos (Las
políticas estatales en el período 1900-1980)”. En mimeo, 1990, 27 págs.
No hay comentarios:
Publicar un comentario