El Dr. Demetrio Porras Juárez saluda a Winston Churchill
Vive Panamá momentos difíciles. Ante el
embate de los cambios que provoca la llamada modernización, la cultura nacional
se ve remecida por nuevos valores sociales, enfoques económicos
desnacionalizadores y un conjunto de nuevos "héroes televisivos".
Muchas veces, tras la efímera gloria de lo "nuevo", tópicos axiales
para el Estado Nación se convierten en incómodas temáticas.
Para hacer frente a los cambios, el panameño
ha de recurrir a su historia, a la valoración de la cultura que construyeron
sus antepasados y, en especial, ha de beber de la fuente siempre edificante de
los hombres que forjaron la nación.
Entre esos personajes está un panameño cuyo
aporte no ha sido suficientemente valorado; uno que supo ser fiel a su época y
a su cultura. Me refiero a la vida y obra de Demetrio Augusto Porras Juárez, al
que recordamos en su natalicio.
El 3 de octubre de 1997 se cumplieron cien años
del nacimiento del preclaro tableño. El hijo destacado del Dr. Belisario Porras
Barahona no necesitó vivir bajo la sombra del padre para brillar con luz
propia. Demetrio era el fruto del vientre de una humilde y sencilla mujer de la
ciudad de Las Tablas.
Preocupado por la amnesia histórica en que
hemos incurrido los panameños, acudí en busca de los orígenes del vástago de
Catalina Juárez a la Parroquia Santa Librada. Allí en el Libro de Bautismos #
10, año 1897, página 128 y partida # 215 encontramos lo siguiente:
"En la parroquia de Santa Librada de Las
Tablas á cuatro de Diciembre de mil ochocientos noventa y siete, Yo el
infraescrito Cura de la misma bauticé solemnemente á Demetrio Augusto, que
nació el día tres de Octubre del presente año. Es hijo natural de Catalina
Juárez. Son sus abuelos maternos Manuel Juárez y Gregoria Chacón.
Fueron sus padrinos Gerardino De León y
Manuela Tejada á quienes advertí el parentezco espiritual y demás obligaciones.
Conste
Luis Laborde "
Nacido en la capital provincial santeña, la
infancia de Demetrio fue igual a la de cualquier otro niño tableño. El mismo
Porras Juárez enumera en sus libros a los principales amigos de infancia. Señala entre
ellos a Justo Espino Jr., Solanilla y Bruno Campos, Bertín Mina y Cano,
Bernardo Vergara y Marcial Porras, Francisco Ezequiel Villarreal ("el
amigo predilecto de la niñez"). Dice haberse bañado en los principales
"Charcos" del poblado: El Caratillo, Las Delicias, El charco de las
Moras y El Rascador.
El abogado y sociólogo, en el que
posteriormente se convertiría, realizó sus estudios en la ciudad capital y
luego partió hacia Francia en el año 1918. De allí regresó ocho años despúes
(1926) con el título de "Doctor en Derecho de Universidad". Admite
-lleno de orgullo-, que tuvo como maestros a León Duguit y Emilio Durkheim.
Las facetas en la vida del Dr. Porras Juárez
son muchas: polítigo fogoso, perseguido por sus ideas socialistas, Diputado de
la Asamblea Nacional, fundador de la Escuela Libre de Derecho, nervio motor del
Partido Socialista, diplomático destacado, Magistrado de la Corte Suprema de
Justicia, escritor de prosa exquisita, entre muchas otras ejecutorias. Porras
Juárez fue un hombre de profundas y arraigadas convicciones, las que le
valieron no pocas persecuciones y carcelazos por sus inclaudicable postura en defensa
de los sectores populares.
Para los que nos agitamos en la lides de la sociología, este natalicio del Dr. Porras Juárez posee una significación especial. El tableño -"zancadillado político"-, como él mismo indica, se constituye en uno de los principales zapadores de la sociología panameña. Porque si bien los orígenes de la sociología en el decimonónico ístmico cuenta con el aporte del Dr. Justo Arosemena Quezada, otra tanto podemos indicar de Porras para la primera mitad del siglo XX. Lector consumado de los textos de Durkheim y del "corifeo de la sociología moderna", como él define a Augusto Comte, dice del francés que "...me parece, sencillamente, un escritor insoportable por la retórica farragosa de su estilo y lo falso de su doctrina".
Las anteriores afirmaciones las plasma en su
libro Principios de Sociología, que editara en Argentina en la editorial
Americalee durante el año 1947. Esta última fecha es importante por cuanto el
antedicho texto arriba al medio siglo de existencia. Igual cosa podemos indicar
de su libro Veinte años de luchas y
experiencias, publicado bajo la misma casa editorial el 20 de mayo de 1947.
El último texto de los indicados es un testimonio vívido de sus luchas
populares y un valioso auxiliar para comprender la primera mitad del siglo XX
en Panamá.
Recordar a Porras Juárez hace forzoso el hablar de dos producciones bibliográfica: Problemas Vitales Panameños (1960) y Hacia el Infinito (La soledad de Demetrio) del año 1963. El primero, al margen de los datos estadísticos, aún conserva la vitalidad analítica con que fue concebido. En cambio, el segundo, es un canto de amor que Demetrio dedica a la desaparición de su esposa, Soledad Segebre de Porras. Allí el autor entreteje sus relatos de hombre público con sus acongojados recuerdos por la amada ausente y de su ejemplar acompañamiento en la ruta viviente del tableño.
Ya lo hemos indicado, polifacética fue la vida del Dr. Demetrio Porras Juárez y mucha de sus luchas todavía esperan ser conocidas. Estamos conscientes que la conmemoración del centenario de su natalicio es el momento propicio para emprender esa tarea. Sin embargo, admirar y vivir el ejemplo de Porras Juárez, quizás podría ser el más sincero homenaje que los panameños podemos tributarle.
.......mpr...
No hay comentarios:
Publicar un comentario