En la ruta que conecta a los pueblos
de la costa con la zona del Canajagua, y en general sobre la serranía, hay
mucho tema que comentar o al menos no faltan los que estamos deseosos de que
así sea, porque gran parte de la historia de nuestras comuniddes aún está por
dilucidar. Al respecto, ganas no faltan, reitero, aunque las fuentes
documentales sean escasas y cueste poner en claro lo que sucedió en las últimas
centurias.
Otro tanto acontece con la
genealogía, la historia científica de las familias que poblaron la costa
oriental, vale decir, aquellas que se establecen en Santa María de Escoria,
Parita, Villa de Los Santos, Guararé, Las Tablas, Pocrí y Pedasí.
Sobre el tópico aún existe un mundo
desconocido, con biografías y aportes anónimos en la construcción de los
pueblos que se forjaron en la península de Azuero. Estamos ante antepasados, hombres
y mujeres, que se enfrentaron al retador entorno, los que domeñaron el monte, procrearon
hijos y sentaron las bases de las comunidades de Los Santos y Herrera.
Pienso en ello al tratar de avanzar algunas
ideas básicas en el centenario de los corregimientos de Guararé Arriba y Las
Trancas, aquellos sobre los que, desde el 23 de octubre de 1924, se establecieron
los límites administrativas, uno de los cuales antaño se llamó Guararé de Los Espino.
Fecha que también es significativa para el corregimiento de Las Trancas, creado
en la misma época que el de Guararé Arriba.
No deja de ser casual que tanto
Guararé Arriba como Las Trancas estén ubicados en la ruta que antaño permitía
tener acceso a los montes y tierras del Canajagua, la elevación que ha
inspirado a tantos santeños. El mismo sector, en el que habría que incluir a
Sabana Grande, El Hato y Llano Abajo, los que formaban parte de la conquista del
cerro que sirviera de inspiración al doctor Sergio González Ruiz en el poema “Mi
coloquio con el Canajagua”, el que está, igualmente, en la base literaria de Alma
de Azuero, la inolvidable novela del guarareño José del C. Saavedra Espino. Sin
desconocer, claro está, la relevancia dela historia novelada de ¿ESPINO?
MENSABÉ ANTES DE AZUERO, del también guarareño Leonidas Saavedra Espino
Todos estos lugares son herederos de
la mentalidad conquistadora de los españoles que fundan la Villa de Los Santos
el 1 de noviembre de 1569, poblado de donde procede el gentilicio de santeño,
cuya pronunciación tanto orgullo despierta a los que nacen en la sabana
peninsular. Porque no es casual que, en el camino que conduce a Guararé Arriba,
se encuentre el visitante con el progresista poblado de Sabana Grande. Como
tampoco es fortuito que ya casi en las estribaciones del Canajagua surja una
aldea que se denominó Mogollón, sonoro nombre que se refiere a los negros
coloniales que se escapaban de la esclavitud de los hacendados de la costa y
buscaban refugio en la selva, a esos negros los españoles le llamaban
mogollones.
Interesado por estas temáticas he
tenido la posibilidad de apreciar, en los archivos parroquiales del templo
guarareño, los apellidos que aún hoy marcan la historia lugareña. Se repiten
porque forman parte de los agricultores y ganaderos que avanzaban con sus
haciendas de la costa hacia la serranía. Ese grupo humano construyó lo que
somos y forjó la cultura cuya expresión es el folklore santeño.
El avance de la costa hacia la
montaña no sólo creó hatos ganaderos, como ha quedado ejemplificado con el
nombre de un poblado, El Hato, sino que permitió que surgieran villas, como en
los casos de Guararé Arriba y Las Trancas. Esta última con una denominación que
demuestra la existencia de obstáculos y propiedades para poder avanzar, tal y
como se deprende del vocablo trancas. Porque trancas eran también los barrotes protectores
que se colocaban detrás de las puertas en las casas de quincha, así como en el portón
que daba acceso al potrero.
Dicho lo anterior, queda claro que,
si el 23 de octubre de 1924, hace un siglo, se crean estos dos corregimientos,
se debe a que ya existía un grupo humano que se estaba reproduciendo y tenía construido
un espacio económico, geográfico, cultural y poblacional.
Así tuvo que ser, porque los
corregimientos no surgen de la noche a la mañana, ni son el capricho de una
persona o familia. Estos casos en particular sugieren la maduración social
desde el siglo XIX. En efecto, todo ello toma tiempo, porque, si pensamos, al
menos en cien años atrás, podríamos indicar la existencia de pobladores desde
1824. Anterior a ese año sería arriesgado afirmar que en el siglo XVIII se
estaba poblando la zona. Claro que podría ser, pero carecemos del apoyo
documental para afirmarlo de manera categórica. Además, el mismo Guararé cabecera
no tiene formato de pueblo hasta el siglo XVIII, lo que no niega que ya existían
familias dispersas, quizás desde la segunda mitad del siglo XVII.
Hasta ahora lo que tenemos en firme
es lo afirmado para el siglo XIX, de lo que también se deduce que por estos
lares existían familias con algún grado de poder económico e influencia
política como para hacer posible la creación de tales corregimientos, eso es
indudable y tuvo que ser así. Sin embargo, no olvidemos que estos hechos son
producto de fuerzas sociales, del empuje de la colectividad que es la que marca
los derroteros finales y la que está detrás del surgimiento y evolución de
Guararé Arriba y Las Trancas.
También debemos valorar que los
corregimientos surgen en tiempo de la administración del doctor Belisario
Porras Barahona. Luego de que el tableño construyera, en 1915, el parque de la
ciudad de Las Tablas, la carretera en 1922, inaugurara el primer edificio
escolar de su pueblo natal el 20 de septiembre de 1924, posterior a la puesta
en valor, en la ciudad de Panamá, del Hospital Santo Tomás, hecho acaecido el 1
de septiembre de 1924.
Aquellos son tiempos de cambios
sociales, del surgimiento de escuelas primarias, arribo de enfermeras y
médicos, entre otros profesionales. Para la misma época el maestro Manuel
Fernando de Las Mercedes Zárate imparte clases en Guararé y su colega Virgilio
Angulo también escribe en el semanario El Eco Herrerano, diario que circuló
desde la ciudad de Chitré.
Lo afirmado queda claro en el
documento de creación de los corregimientos, pliego histórico que se constituye
en puerta abierta a ese pasado centenario. En efecto, en la Gaceta Oficial, Año
221 y #4526 del 1 de diciembre de 1924, se deja constancia de la creación de
los corregimientos de Guararé Arriba y Las Trancas, la que paso a transcribir
literalmente.
El texto reza así:
PROVINCIA DE LOS SANTOS
DISTRITO DE GUARARÉ
ACUERDO I° DE 1924
De 16 DE OCTUBRE
Por el cual se reforma el Acuerdo
número 7
de 6 de noviembre de 1909 y se crea nuevos Corregimientos.
El Consejo Municipal del Distrito de
Guararé
en uso de las facultades que le
confiere la Ley, y
CONSIDERANDO:
Que para la mejor administración
pública del Distrito se hace indispensable dividirlo en nuevos corregimientos y
establecer claramente las Regidurías que corresponden al Corregimiento de Llano
Abajo, según situación topográfica,
ACUERDA:
Artículo 1° El Corregimiento de Llano
abajo lo comprenden
El caserío de Llano Abajo, que será
su cabecera y Regidurías de Los Cerritos, El Bijao, Horquetilla, Los Pilones,
El Potrero, Peña Rodada, El Zapo, Llano de La Palma, El Rodeo y Las
Quebraditas.
Artículo 2° Créase los Corregimientos
de Las Trancas y Guararé Arriba.
Artículo 3° El Corregimiento de Las
Trancas, lo componen:
El caserío de Las Trancas, que será
su cabecera y las Regidurías de El Gallo, El Codicioso, Tranquitas,
Cañafístulo, Girón, Chumajal, Nalú, Cucula, Pavito, Macano, Calabacito, Bajo de
Santana, Buena Vista, La Guinea, Los Toretos y Canajagua.
Artículo 4° El Corregimiento de
Guararé Arriba comprende:
El caserío de Guararé Arriba que será
su cabecera, y las Regidurías de El Hato y Quebrada Grande.
Artículo 5° La cabecera del Distrito
comprende:
Las Regidurías de El Pueblo, Enea, Guaca, Jobo, Montero, Pacera, Perales, Albina Grande, Cuernitos, Espinal, Lagartillo, Lomas, Chumical, Galapaguero, Ciénaga Larga, Lagunitas y Pacheca, Tierras Blancas y Quebrada de Pablo.
Queda en esta forma reformado el
Acuerdo número 7 del 23 de 6 de noviembre de 1909.
Dado en el salón de sesiones del
Consejo Municipal de Guararé, el día 23 de octubre de mil novecientos
veinticuatro.
El Presidente,
Guillermo Díaz.
El Secretario,
M. Terrientes Alemán.
Alcaldía Municipal – Guararé, Octubre
24 de 1924
Aprobado
Désele la tramitación correspondiente y publíquese para los efectos consiguientes.
El Alcalde,
José del C. Domínguez.
El Secretario,
Estílito Escobar.
Del acuerdo que crea los
corregimientos de Guararé y Las Trancas se derivan muchas enseñanzas. La
primera confirma que en el año 1924 la localidad de Guararé de Los Espino ya se
denomina Guararé Arriba, al menos el documento formaliza la nueva denominación,
salvo que exista otra disposición jurídica previa. También destaca la profusión
de pequeñas aldeas establecidas desde el Canajagua hasta la costa. Muchos de
esos nombres son pintorescos y aún se mantienen como muestra de la fortaleza
del santeñismo.
Los vínculos con Guararé cabecera
parecen fuertes, si observamos los firmantes del acuerdo municipal. Allí
aparecen Guillermo Espino (presidente del Consejo Municipal, político del
liberalismo de la época), José del C. Domínguez (el alcalde, cuyo nombre será
asignado a una reconocida cooperativa guarareña), así como Estílito Escobar (secretario
municipal), hijo de Bibiana Pérez, la matrona que, junto al diputado Maximino
Villalaz, crean el distrito de Guararé el 21 de enero de 1880.
Como hemos podido apreciar en esta
aproximación histórica, los actuales corregimientos son el fruto de la
constancia y el tesón de los habitantes de Guararé Arriba y Las Trancas. Se
crean 55 años después del establecimiento de la parroquia dedicada a la virgen
María, bajo la advocación a la Virgen de Las Mercedes (29 de julio de 1869), 44
años después del surgimiento del distrito (21 de enero de 1880), 21 años luego
de la adhesión guarareña a la separación de Colombia (10 de noviembre de 1903)
y 25 años antes que surgiera el Festival Nacional de La Mejorana.
De lo dicho se deriva que hay mucho
que celebrar y recordar en el centenario de la creación de los corregimientos
de Las Trancas y Guararé Arriba. Sin duda los habitantes tienen sobradas
razones para estar orgullosos de lo que son, del esfuerzo de los antepasados,
así como han de estar compenetrados de las tareas que están pendientes.
Que la brisa del Canajagua y el rumor
de la corriente del río Guararé les dé la inspiración y la fuerza para ir perfeccionando
la calidad de vida a la que tienen derecho. Que así sea.
Milcíades Pinzón Rodríguez
Disertación en Guararé Arriba con
motivo del primer centenario de la creación de ese corregimiento y el de Las Trancas.
Fechado en la Villa de Los Santos, en las faldas de cerro El Barco, a 23 de octubre
de 2024.
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