El profesor Norberto Ulloa
–connotado músico chitreano- se despertó aquella noche un poco azorado. Rondaba
la media noche cuando escuchó que le llamaban desde la calle contigua a la casa
habitación. Aguzó el oído y entonces reconoció el timbre de voz del Dr. Roberto
Cedeño, amigo de largo tiempo, quien le conminaba a salir. Al asomarse vio luces
de autos y algunos elementos de la seguridad del Estado que rondaban la calle.
Un poco más calmado, atendió la solicitud de su amigo para que llevara la
guitarra. “Vamos a La Villa”, dijo el médico.
No habían transcurrido quince
minutos cuando divisó la colonial población santeña. El auto tomó la Calle José Vallarino y un poco más adelante dobló a la derecha por
la Calle Sergio González Ruiz. A unos doscientos metros el auto se detuvo
frente a la residencia de don Juan Manuel Cedeño, uno de los más grandes
pintores nacionales y, sin duda, el retratista
nacional por antonomasia.
Al pasar don Norberto miró el
rostro mutilado del portal de la residencia, la que como muchas otras perdió parte de su
apariencia frontal para que la población santeña contara con calles más
amplias. Entró al aposento y allí lo esperaba un grupo selecto de
personalidades. Notó que la mayoría, por sus gestos, parecía halagar al
personaje que, vestido de blanco, reposaba sobre una hamaca.
Aquél desconocido visitante no
tardó en saludarle. “Me dicen que Usted interpreta muy bien la guitarra”, le
dijo y le invitó a que la ejecutara. Así lo hizo el herrerano, con ese buen
gusto que caracteriza sus ejecuciones. Y las notas clásicas del músico
resonaron en la alta noche santeña, como comprendiendo la relevancia de ese
momento estelar para la ciudad en donde
nació el presbítero don Domingo “Mingo” Moreno Castillo.
Al terminar, afirma don
Norberto, el hombre le invitó a que le acompañara a Boquete, localidad
chiricana a donde se dirigía la comitiva, pero que él no pudo cumplimentar por
lo inesperado de la proposición. Estima
que entre una hora y treinta minutos fue el tiempo del encuentro musical y de tertulia
entre noctámbulos. Cumplida su misión, fue llevado nuevamente a la residencia.
Ya sea por lo imprevisto de la
cita, la penumbra del lugar o la alta hora de la noche, la verdad es que el
músico, acostumbrado a ensimismarse en su pentagrama, no prestó la debida atención al sujeto que aquella
noche visitó la tierra del coronel don Segundo de Villarreal. Sin embargo,
tiempo después, al conversar con el hijo del pintor santeño, comprendió para
quien había ejecutado su recital de guitarra clásica. Y volvió a quedar
pasmado, porque aquel hombre que honró la tierra santeña no era otro que el
hijo de Aracataca, Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982.
Milcíades
Pinzón Rodríguez
En
las faldas de Cerro El Barco, Villa de Los Santos, 19 de noviembre de 2015.
Excelente.
ResponderEliminarUn gran honor para la calidad de musico que es nuestro querido y repetado profesor N. Ulloa
ResponderEliminarMaestro en la guitarra clásica y en muchos otros instrumentos,docente en la escuela de Bellas Artes de Chitré y gran compañero de lucha por las artes... Mi respeto y admiración profesor Norberto Ulloa... *FELICIDADES* en mayúscula...
ResponderEliminarAgradecido, Todo por nuestra Patria y las Artes.
EliminarAgradecido, Todo por nuestra Patria y las Artes.
ResponderEliminarSaludos, Maestro Norberto Ulloa, siempre admirando su arte y su inspiración, aquí Luis Pedro, bendiciones
EliminarOrgullosa, querido Norberto mi ex compañero de Secundaria, gracias por tus interpretaciones. Tambien gracias a Milcíades Pinzón por darnos a conocer esa Sociologia del Arte Chitreano.
ResponderEliminarEstimado Prof. Pinzón, esa anecdota multicolor del encuentro entre bohemios me la había referido tiempo atrás mi compadre Norberto. Certeras sus palabras al igual que el famoso e histórico caserón del insigne pintor Don Juan Manuel Cedeño, padre de mi hermano Roberto Cedeño. Lamento no haber compartido ese momento único para nosotros, puesto que la afinidad con Ulloa y Cedeño fué creada en nochrs de guitarras a espaldas del Gran Tamarindo de Eustorgio. Gran honor para mi compadre Ulloa, gracias al gesto desprendido del Dr. Roberto Cedeño. Saludos!
ResponderEliminarBrillante ! Excelente ! Gracias, muchísimas gracias estimado y apreciado profesor Norberto Ulloa. Hombre ilustre profesional de noble corazón y de grandes ejecutorias musicales. Tuve la oportunidad de ser su estudiante, por breve tiempo, pero inolvidable. Gracias por compartir este tesoro del Baúl de los Recuerdos. Un abrazo.
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