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01 abril 2025

MI PRIMA NELLY, EJEMPLO DE SUPERACIÓN.

 

 

 

Días atrás – 24 de marzo de 2025- falleció en la ciudad de Panamá mi prima Nelly Maritza Monteza Pinzón. Aún no repuesto de la aciaga noticia, acudo a revisar lo que los archivos parroquiales recogen sobre ella: “En la parroquia de Guararé, á veintiuno de abril de milnovecientos cuarentaitrés yo el cura bauticé solemnemente á Nelys Maritza Monteza, nacida en Bellavista el siete de enero de este año, hija natural de Maximino Monteza y Lilia Pinzón, abuelos paternos Eustorgio Monteza y Rosa Mosquera, y maternos Antonio Pinzón y Lucía Jaén. Fueron padrinos Harmodio Espino y María Trinidad Angulo, a quienes advertí sus obligaciones y parentesco.

                                                 Conste, Ubaldino Córdova

                                                 Pbro”

Nelly realizó sus estudios primarios en la Escuela Juana Vernaza y el primer ciclo secundario en Las Tablas. Precisamente, cuando estudiada en ese centro de enseñanza, ya despuntaban las ansias de superación y las ilusiones que anidaban en su pecho de colegiala.

Por allí encontré, hace algunos años, un comentario de su puño y letra. En efecto, sobre la primera página de la novela Desertores de Ramón H. Jurado – cuyo precio por aquellas calendas era de B/1.25- escribió lo siguiente:

“Nellys Monteza cuando estaba en la Escuela Secundaria de Las Tablas III B. Sacrificio grande por complacer a mi mamá. Todo pasa y solo quedan recuerdos que no se olvidan.

Las Tablas 23 de noviembre de 1959”

En este mismo texto, y cuando sólo tenía 16 años, dejó otro testimonio que fecha el 14 de noviembre de 1959:

“Hacia el fondo de la casa de mi mamá hay un hermoso árbol de mango, no muy alto,  cuyas ramas robustas se abren cariñosas. Son las tres de la tarde del día sábado y junto a la pata del árbol, dos personan conversan, mi mamá y yo. Todo es bello pero más hermoso es mi madre a quien adoro con todas las fuerzas de mi corazón”

Luego en un aporte y separado con una raya añade:

“Guararé es un pueblecillo pintoresco con sus casitas viejas, sus calles oscuras, sus gentes amables sinceras. Todo en él es hermoso, pero Nellys jamás se acostumbrará a él”

La primera vez que encontré lo que arriba transcribo, comprendí lo que ella representaba, sus deseos de superación, así como la vena literaria que poseía y que pudo haber cultivado. Sin embargo, pudo más el hacerse de una profesión en la Universidad de Panamá, para lo cual en los primeros años se radico en la casa de Justina Jaén de Rizcalla, quien residía en San Felipe y era familia por la rama materna. Allí pasó sus primeros años, los que ella recordaba con agradecimiento.

Luego de terminar su bachillerato en el IPA (Instituto Justo Arosemena) estudió Relaciones Internacionales y gran parte de su vida laboró en el Ministerio de Relaciones Exteriores, institución en donde se jubiló luego de una fructífera jornada laboral. Había casado con el odontólogo Carlos Escala y procreado dos hijos: Carlos Iván y Juan Carlos Escala Monteza.

Los restos mortales de Nelly reposarán para siempre en la ciudad de Panamá, pero para los familiares guarareños ella siempre será un referente importante y un vivo ejemplo de superación personal. Continuará siendo aquella muchacha que supo soñar y trascender un medio que para aquellos tiempos no podía ofrecerle lo que anhelaba: más oportunidades de realización personal y profesional.

Hoy, en pleno estío peninsular, la brisa me trae el recuerdo de la prima ausente. Y desde aquí canto y celebro la vida de Nelly. Amén.

…….mpr…

En las faldas de cerro El Barco, Villa de Los Santos, a 31 de marzo de 2025.


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