Nombre indígena del río La Villa. Vocablo con evocación del ayer y sabor a changa, bollo y tamal. Rumor de agua cristalina, espada de español y ocarinas de canto dulce y melancólico. Denominación primigenia para llamar a la tierra que el hispánico hizo villano y el bogotano trocó en azuerense. Escucho decirlo, Azuero, pero me quedo pensando cómo me gusta decirte Cubitá. Tierra santeña, tierra herrerana, tierra azuerense, Cubitá.
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