El pueblo se hizo con ruralidad y
sudor de labriego, íngrimos en La Enea, Las Lagunitas, El Potrero, La Pacheca y,
luego, el cuenco geográfico en el que se depositó la nueva esperanza, en esos
días en los que se forjó el ágora del siglo XVIII, en la confluencia entre los
viejos senderos de Las Tablas y Villa de Los Santos.
Siempre mirando al norte, Guararé,
a los alisios que peinan cañaverales vestidos de virulís, risas de niños y sonar
de carretas y empeño del buey; mientras en la calle polvorienta trota el
viejo compañero de labores, el alazán que suda en el trapiche y la paila de la
dulce miel.
Cientos de años de emprendimiento
haciendo la vida, hasta que otros aires trajeron otras cosas, novedosas y
subyugantes. El templo rústico se posesionó de la tierra y empotró en ella la
arquitectura religiosa de presbíteros, antaño distante y ahora presencial. Y ya
no quisieron ser más el instrumento de otros, sino el derecho a ser también
ellos, porque la identidad había madurado en la parroquia, el municipio y la
libertad istmeña.
En la ruta hacia la conquista del
Canajagua están los guarareños habitando El Espinal, El Montero, La Pasera,
Perales, Las Trancas, El Macano y otros caseríos sitos en las faldas del promontorio
para descender por las tierras de El Hato, Guararé Arriba, Llano Abajo y El
Espinal sabanero. Todos juntos con el guarareñismo que se hace festival,
mientras Bibiana sonríe desde el parque y se escucha el mugir de toros bravíos que
se lidian en la plaza contigua, con la reina que La Mejorana bendijo con vestido
blanco, tiznado con lodo de la atolladera.
Canto de pueblo alegre que bendice
Mercedes arrullada por rezos, acordeones, violines y décimas; contenta con el pétreo
homenaje a Juana y a Francisco, educadores probos. Y así será por los siglos,
mientras las olas le rindan pleitesía, los caracoles jugueteen sobre la arena,
la ría deposite sus aguas en el pacífico mar y los guarareños tengamos un
hálito de vida.
…….mpr…
Bella Vista de Guararé, en la tienda de Mercedes y Alejandro, a 19 de enero de 2021.
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