Era el 15 de octubre de 1946, hace casi setenta y cinco años, cuando nace en la provincia de Los Santos un niño al que sus padres bautizaron como Gumercindo Domínguez Velásquez. A la temprana edad de diez años emigra a la ciudad de Panamá y allí reside con una de sus tías. En la época la ciudad era un poco diferente a la comunidad guarareña de La Pasera en donde vio transcurrir su temprana infancia. A partir de allí aprendió el callejero citadino, la cultura urbana e inicialmente serviría de vendedor de las viandas que preparaba su tía.
La prematura experiencia laboral marcará su vida y se convertirá en un
santeño que hizo casi de todo para subsistir. También era el joven que se ganaba
algo de su sustento al ascender por las antenas radiales para cambiar focos en
su cima, el vendedor de lotería, peón de construcciones, sastre titulado,
camionero, asistente en las cabinas de radio, locutor radial, presentador de cantantes,
trabajador en los periódicos escritos y una honrosa lista de labores que
moldearon una personalidad fuerte e independiente.
El hombre que luego hará historia en el periodismo nacional crece en el
Panamá de los años cincuenta, sesenta y setenta, envuelto en el torbellino
social, económico y político de esas décadas conflictivas y de definición
nacional. Eso explica su postura en defensa de la nación y su vocación
democrática que le hace testigo y militante de los sucesos de 1964, las marchas
del hambre, las diatribas de los partidos políticos, la muerte de Remón, el
juicio de Marcos Robles y la noche obscura del Golpe de Estado.
El santeño no es indiferente a los sucesos, y en el periodismo escrito
y radial toma partido por las causas populares, muchas veces arriesgando su
integridad física, al punto de participar desde la clandestinidad en
movimientos sociales que se oponen al régimen militar y que desean otra nación,
más libre y soberana. Las ergástulas supieron de su terquedad e inclaudicables
principios democráticos. En esta etapa intenta sobrevivir mientras espera
mejores tiempos.
Después del derrocamiento de la dictadura militar retoma su verdadera
vocación, el periodismo, y funda en Ondas de Canajagua, la emisora tableña, el
radioperiódico Hoy con el Pueblo. Al poco tiempo traslada la revista
radial a Radio Mensabé, realizando un esfuerzo titánico para mantenerla por más
de treinta años de emisión continua.
Cuando fallece, el 3 de febrero de 2021, el programa de comentarios es
una institución, una escuela informal de periodismo por donde han pasado
noveles comunicadores sociales, hombres de la calle, presidentes de la
república, profesionales y todo el espectro social de la zona, del país e
incluso personajes del ámbito internacional. El espacio radial de Gume lo
dice todo: Hoy con el pueblo. Y el nombre no es un mero comodín, un
anzuelo desprovisto de contenido para lograr mayor sintonía, porque el programa
se dice democrático y lo es en la praxis y en la teoría.
El santeño deja un claro legado no solo al periodismo, sino al hombre
de la calle que Gumersindo lo sueña empoderado para reclamar la calidad de vida
que otros le arrebatan. Los comentarios de lunes a viernes, en Radio Mensabé
Informa y Comenta, más su clásico Hoy con el Pueblo, emitido los
domingos, dieron cuenta del empeño del periodista que desde la cima del
Canajagua no solo miraba la provincia santeña, también cubría la geografía
nacional y se proyectaba más allá de los límites de la península que amó y a la
que supo ser fiel. Que sus enseñanzas no hayan caído en saco roto, la entereza
de carácter se convierta en guía y su profesionalismo en docencia periodística.
Milcíades Pinzón Rodríguez
En las faldas de cerro El Barco, Villa
de Los Santos, a 3 de febrero de 2021.
Que Dios lo tenga en la gloria eterna ��
ResponderEliminarHonor a quien se lo merece.
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