1. La carretera Dr. Belisario
Porras, mejor conocida como Divisa - Las Tablas, tiene una historia poco analizada. Y menos conocemos aún sobre los caminos por donde transitaron, en la Colonia,
los habitantes del actual Azuero. En realidad, las vías de comunicación
modernas comenzaron al inicio del siglo XX, porque hasta tales calendas no hubo grandes avances y la conexión con la ciudad de Panamá
se realizaba por veleros y, luego, por motoveleros.
Todo cambió con la administración
del Caudillo Tableño, porque al inicio de los años veinte la carretera porrista
rompe con el asilamiento de siglos. A propósito, en la región aún quedan
algunos monolitos a la vera de los caminos, los que son testigos de aquellos
primeros momentos, fecha cuando el olor a gasolina y el ruido de máquinas
despertó del letargo a la rural y tradicional sociedad peninsular.
2. Hace algunos años, en plena
realización del Festival Nacional de La Mejorana, conversaba con el doctor
Carlos Falcón Bustamante, aprovechando esas pausas que permite el evento
folklórico. Porque entre tambor y tambor, el baile de la reina y las
delegaciones, el tópico giró sobre la carretera que construyó Porras y sobre lo
que quedaba de ella. Entonces, el amigo Caito, que tal es el mote del
profesional de la veterinaria, me indicó que próximo a los terrenos que la
familia posee en el sector de El Cruce a Sabanagrande, todavía existe un puente
de la administración del Hombre de Levita, por lo que quedamos en visitarlo.
Sin embargo, debido a la pandemia y otros eventos, la excursión se pospuso hasta
que un buen día, casi sin quererlo, la hicimos posible.
3. Y llegó el día, fue un domingo
mientras desayunábamos en el restaurante que está próximo a la entrada de
Guararé. Una vez terminado el ágape matutino, decidimos tomar la ruta hacia el
lugar en donde yace el indicado puente de la administración Porras. Atravesamos
el río Guararé y recorrimos el área de Ciénaga Larga, comunidad que debe su
nombre al fangal que existía antes de la construcción de la carretera. A poco
rato arribamos a las proximidades del Cruce a Sabanagrande, en la zona guarareña
en donde antaño existían sitios con denominaciones cuasi mágicas: El Tiesto del Botijo, El Pavital, La Calzada, El Mangote, El Azulillo, El Espavé Mocho, La
Paloma y hasta el camino antiguo de El Volador e incluso topónimos tan cargados
de leyendas como cerro El Macho.
Arribamos al sitio entrando por
un callejón algo lodoso, en donde, de un lado, existen potreros y huertas
pletóricas de cocoteros, algunos árboles y otras plantaciones. Del otro sector,
aparece una arboleda casi virgen, con árboles y lianas que compiten en la
búsqueda de la luz, mientras una pequeña quebrada discurre por el acuoso
sendero. No hay dudas de que la naturaleza se tomó la carretera vieja, en este
pequeño vergel que se constituye en muestrario de la vegetación de antaño.
Oculto en el paraje bucólico está
la edificación porrista. Al mirar con más detenimiento, el observador se
percata, debido a la disposición de las cercas, que sigue trazada la ruta carretera
de los años veinte del siglo pasado. El pontón está en perfectas condiciones,
con dimensiones aproximadas de cuatro metros de ancho por igual medida de largo,
solo carece de la placa que señalaba la autoría de la Junta Central de Camino.
Por lo demás, es de construcción sólida, con bases edificadas para la
posteridad, tal vez construido en el año 1923, como lo atestiguan los hitos que
aún existen en otros lugares.
Debajo del puente transcurre la
quebrada y sobre este ha crecido la vegetación, en especial de musgos y líquenes.
En la soledad de ese paraje maravilloso, el escenario que ha guardado la
naturaleza muestra la riqueza arbórea que antaño tenía la costa peninsular.
4. El puente porrista, aún intacto,
tiene un gran valor, no sólo histórico, sino ambiental y turístico. El entorno
en que se encuentra debería ser preservado, al igual que rescatar el espacio
que ocupaba la carretera de los años veinte; porque en otros lugares, en donde
he visto tales construcciones, el entorno ha sido deforestado, como en el caso
de los puentecitos que existen en la vía al puerto de Mensabé.
En este paraje estamos ante la
posibilidad real de realizar excursiones, tanto de estudiantes como
de turistas propiamente dichos, los que podrían estudiar y observar in situ lo
que fue la carretera porrista. Además, con el añadido de apreciar la vegetación
de la zona y tomar conciencia de la vieja ruta carretera que no necesariamente
coincide con la actual. Sitio ideal para hacer docencia sobre la trascendencia de
la administración del doctor Belisario Porras Barahona.
La naturaleza nos ha hecho el
gran favor de ocultar el puente de la cultura destructora que existe en el país;
y el próximo año se cumplirá el primer centenario de estar allí, construido
gracias a la visión progresista de un verdadero estadista de tuerca y tornillo.
Y nunca faltan panameños que
comprenden lo que tienen y ven, como los hermanos: Manuel, Carlos Javier y Omar
Ernesto Falcón Bustamante, gracias a los cuales he tenido el privilegio de
visitar un lugar de tanta relevancia para los istmeños, allí en el sitio de El
Mangote, en donde se respira y flotan efluvios de panameñidad.
31/VIII/2022
…….mpr…
Asi es todo lo que se iso on orden todos los caminos que se trasaron por esas areas muchos existe todavia ya que algunosa ansido cerrados por personas dueñas de terrenos en la via asia pedasi todavia hay tramos de la carretera vieja que son pedasos de historia de nuestro pais
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