Vista de Mariabé en 1948 |
En la península hay dos vocablos que el neófito en la zona suele confundir: Mariabé y Mensabé, ambos, al parecer, con reminiscencias indígenas y similitud en la grafía. Me ocuparé del primero de ellos, que nomina a un río y que también sirve para designar al poblado homónimo, perteneciente al distrito de Pedasí. El lugar que nos ocupa está casi a la vera del camino que conduce a la austral y turística población de Pedasí.
Sobre Mariabé hay poca información escrita, porque su historia apenas se
conoce, y, como en otros poblados peninsulares, se acude a la tradición y a
leyendas que se han forjado para dar sentido a la existencia del asiento
poblacional. Sabemos que la ría cercana sirvió antaño como sitio de entrada
para embarcaciones y hombres de mar que terminaron llamando puerto a la
región en donde el río se interna en el mar. Algo parecido a lo acaecido con
Pedasí, Guararé, Villa de Los Santos y Parita. Sitio menor es Mariabé, sin
duda, pero que en su momento desempeñó un papel significativo en el
avituallamiento de barcos.
Ya sabemos que son más numerosas las fuentes históricas sobre la región
oriental de la península, especialmente en su parte media y norte, desde Las
Tablas hasta Santa María de Escoria, en la puerta de entrada a la zona. Pues
bien, leyendo hace poco el texto de Alfredo de Castillero Calvo (CONQUISTA EVANGELIZACIÓN
Y RESISTENCIA, pág. 302, cita 483) me encuentro con un dato importante sobre la
zona de Mariabé, la que paso, siguiendo a Castillero Calvo, a explicar.
Acontece que en el libro de Enrique Otte (CARTAS PRIVADAS DE EMIGRANTES
A INDIAS, 1540-1616), que cita Castillero Calvo, aparece una carta fechada el
20 de marzo de 1587 en la que el escribiente, Celedón Favelis, se dirige a su
padre residente en Madrid dando detalles sobre las peripecias sufridas en su azaroso
viaje a Perú. Indica en la aludida misiva, que aquí se reproduce con la
ortografía de la época, lo siguiente:
El testimonio del viajero es importante para la historia regional y para Mariabé en particular. Tome el lector en consideración que 1587 es fecha temprana en la fase del poblamiento hispánico, si consideramos que los reductos indígenas de Parita y Cubitá fueron fundadas hacia 1558 y Villa de Los Santos, pueblo de españoles, en 1569. El hecho que se produzca el avituallamiento o matalotaje en Mensave (como lo escribe el viajero) indica que la conquista del extremo sur peninsular es más antigua de lo que se creía y que para aquellas calendas ya habían residentes morando en esos parajes dedicados a actividades agrícolas y ganaderas. Incluso aporta información sobre tópicos de la gastronomía campesina. En este sentido resulta muy afortunada la expresión: “…solo hallamos tortillas de maiz que es el trigo de las Indias…”
En lo
atinente a Mariabé, el poblado santeño suma a su historia otra fecha que da testimonio
sobre sus orígenes, constituyéndose en punto de partida a partir del cual ir
edificando la historia comarcal y pone en evidencia la necesidad de adentrarnos
en el estudio de toda esa región que se ubica al sur de la varias veces
centenaria Villa de Los Santos.
…….mpr…
En
las faldas de cerro El Barco, Villa de Los Santos, a 27 de abril de 2021
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