El siglo XXI reclama nuevas soluciones para añejos
problemas, para aquellos que se han quedado rezagados o cuyas propuestas
ameritan renovados aportes ciudadanos. Tal es el caso de la educación superior
en las áreas interioranas, porque ya es sabido cómo se produjo la transición de
Extensiones a Centros Universitarios, formas institucionales que ya han
cumplido su papel histórico.
En este momento medito sobre la conveniencia de
crear la Universidad Autónoma de Las Provincias Centrales, un centro educativo
del más alto nivel ubicado en Divisa, es decir, en el corazón de las provincias
indicadas. La idea no es nueva y se remonta a los años cuarenta del siglo XX,
cuando surge el Instituto Nacional de Agricultura y el Instituto de Artes
Mecánicas en el sitio que es la confluencia y cruce de caminos para tan
importante conglomerado humano. La idea siempre estuvo revoloteando en las
administraciones de Augusto Samuel Boyd y Juan Demóstenes Arosemena. Incluso el
doctor Octavio Méndez Pereira establece en Aguadulce -en el año 1949- los
primeros Cursos de Actualización Pedagógica para docentes de las provincias
centrales.
Han trascurrido setenta años (1949-2019) de aquel
asomo de educación superior y ya es tiempo que la universidad en las provincias
centrales asuma el desafío de su perfeccionamiento; y tal reto no puede ser
otro que convertirse en universidad autónoma. E proyecto, reitero, es un
imperativo de la modernidad, porque la Universidad de Panamá no debe continuar
cargando el peso de la centralización, las labores académicas, administrativas,
de extensión, investigación y demás deberes que le atribuye la ley orgánica.
Ya sé que una propuesta de tal jaez generará
suspicacias y dudas, promoverá posturas conservadoras y actitudes de rechazo
por parte de quienes pudieran verse amenazados en sus respectivas áreas de
interés. Nada nuevo, sin duda, porque en todas las épocas los cambios vienen a
remecer la comodidad a la que estamos acostumbrados.
Pienso que es el momento de superar talas posturas,
porque el modelo de desarrollo interprovincial y universitario no puede
continuar supeditado al estrecho límite administrativo de determinada
provincia. Hay que soñar y empujar la universidad que sea luz de los campos,
que integre antes que divida, y que garantice la educación de calidad para una
época de globalización y competitividad.
Sí, la
propuesta tiene que ser debatida, discutida por la sociedad civil y llevada a
las instancias de poder para prohijar la ley que la haga posible. Si queremos
ir superando la añeja antinomia, zona de tránsito – provincias interioranas, la
Universidad Autónoma de Las Provincias Centrales está llamada a constituirse en
pilar fundamental de la descentralización y fomento de las zonas ubicadas al
oeste de la ciudad de Panamá.
…….mpr…
30/VII/2019
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