Libros, siempre libros, libros
Osorio Gil, Eliécer. 15 RELATOS PARA UN BUEN CAFÉ. Panamá: Editora Novo Art., 2022, 276 págs.
He leído con
gran provecho el libro de cuentos de Eliécer Osorio Gil y me ha traído a la
mente viejas lecturas, de las que florecieron en los años cincuenta y sesenta
del siglo pasado, aquéllas que relataban estampas sobre las herreranas tierras
ocueñas. Esa zona de los manitos a quienes debemos los istmeños partes de nuestra
panameñidad.
Laten en ellas
un sano orgullo de raigambre campesina, porque el autor se solaza relatando
cuadros costumbristas y personajes populares. Lo disfruté, porque los llamados
cuentos son más que cuentos, representan visiones sociológicas de la tierra de
Ernesto de Jesús Castillero, porque agazapado en las descripciones descubrimos
un mundo de relaciones sociales y de poder que aún subyace expresándose en
formas más contemporáneas. Incluso del encuentro con otras culturas, como en el
caso de la asiática que se expande por los campos desde mediados del siglo XIX
y que ha tenido en los tiempos actuales un renovado impulso.
Encuentro un
libro que quiere exponer cuentos, como queda dicho, pero que, a ratos, y solo
por momentos, posee párrafos que parecen ensayos, aunque ello no debilitada la
calidad de lo narrado. Debo decir que hay en el texto el embrión de una novela.
Me luce que el autor podría ser novelista, lo que es evidente en la extensión
de algunos relatos y en el manejo y descripciones de personajes.
Lo valioso del
esfuerzo editorial de Osorio Gil radica en esa vuelta a la tierra de El Tijera,
en relatos que son parecidos, pero no exactamente iguales a los escritores que
le antecedieron, porque sabe imprimirle su sello personal y los cuentos no
tienen esa carga de nostalgia de tiempos idos. O, mejor dicho, la posee en
algún grado, pero sin que se convierta en cabanga literaria.
El texto es
otra muestra de que la mundialización no ha logrado doblegar lo que somos, que
insistimos por todos los medios (música, danzas, festivales y literatura) en la
valoración de la cultura de la península de Cubitá. Por eso el libro es tan
significativo y vale la pena leerlo, porque vuelve a decirnos, como ya lo
hicieron otros autores del pasado, que la sociedad en que moramos tiene sus
propios valores, los que constituyen su élan vital, y que no tenemos por qué
ser la fotocopia cultural de otro.
…….mpr…
30/I/2023
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