“Fulano es angurriento”, decían nuestros abuelos. Y con el vocablo se referían a la codicia, al ansia desmedida de dinero y otras baratijas existenciales. Ellos olían e intuían el desmoronamiento de la sociedad centrada en valores. Así es, tal y como lo pensaban nuestros campesinos iletrados, la angurria corroe el alma y deshumaniza al hombre. Destruye bosques y siembra minas, contamina océanos y promueve guerras, fomenta la lucha por el poder y desenmascara a politiqueros de viejo y nuevo cuño. Pareciera que un nuevo halo envuelve al planeta; la angurria humana se ha vuelto fosforescente y ha crecido tanto que a lo mejor se siente y se mira desde los desérticos parajes de la Luna.
El portal incursiona en los problemas y propuestas del desarrollo de una deterrminada zona geográfica de la República de Panamá: la Península de Azuero. La región la integran las provincias de Los Santos y Herrera, así como parte de la sección sur de Veraguas. En ella se cobija a una población noble y trabajadora que confía en sus potencialidades. Porque tenemos fe en tal empeño comunitario, abrimos al debate nuestra percepción sobre esa realidad.
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