El hombre que habita la península de Azuero es unser territorial, vive anclado en la tierra y forma con ella un amasijo deexperiencias, sabores, aromas y sentimientos. Si hay algo que le define es estacaracterística, forjada siglo atrás, cuando hizo suya la tierra, y la tomó parasí y al hacerlo ella lo hizo suyo también, en una relación dialéctica de forjary ser forjado.
Por lasrazones expuestas, muchas veces esos resortes emocionales se disparan con el aroma de lo suyo, por eso sus evocaciones del ayer son tan fuerte, tanterrenales, tan cargadas de hondo significado. Acontece con el olor a guayaba,a tierra mojada, a blancas margaritas, a mito en flor y a flor de cananga.
El árbol decananga siempre estuvo allí, próximo a la casa, en la vivienda rural, en la flor campesina y arquitectónica que es la casa de quincha. La cananga tiene un aroma dulzón, de perfume silvestre que impregnó los días de la infancia, lasnoches llenas de estrellas o de nubes que se desgajan en lágrimas del cielo.
“Huele acananga”, decían antaño, cuando el árbol era timbre de orgullo para la familia que moraba en el campo o en la tímida zona urbana. Y entonces no necesitábamos el perfume francés, porque la cananga era el aroma de lo que somos, el agua que perfumaba las sienes y el cabello de la mujer que coqueteaban con el amado, enla visita de pretendiente o en el lecho de la amada.
El sercontemporáneo, más pragmático y pretendidamente moderno, intenta reemplazar laflor de cananga, desconociendo que el asunto no radica en el Chanel N° 5, ni enotro aroma de la perfumería moderna. Acalla todo de “estos son otros tiempos”“son cosas del ayer”, “todo en la vida cambia” y otras bobadas semánticas. Nocomprende que ser universal no implica necesariamente la negación de su serterritorial, aquel que le definió y que le permitió tener personalidadindividual y colectiva. Y así, en su ceguera cultural, ha querido ocultar susquerencias, reemplazar la cananga por otras plantas, muy “pretty” ellas, perocarentes de proyecto existencial y alejadas de sus experiencias sensoriales yde vida.
Volver sobre la flor de cananga es necesidad imperiosa para el peninsular ser que mora en el siglo XXI, porque la pérdida de la identidad, del ser terrenal, es caeren el submundo del alma enjuta y la vida sin rumbo; y sobrevivir alienado, porque le han robado hasta los aromas y no lo sabe. Maquiavélicamente a alguien le interesa que desaparezca el árbol de cananga, para que no te sientas reconocido en su aroma de perfume montaraz.
…….mpr…
Seris interesante hacer un vivero para rescatarla Profe. Es un aroma celestial la.flor de cananga
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