Altar de la Iglesia de Santa Librada, Las Tablas |
La
Semana Santa azuerense es un evento que combina añejas tradiciones religiosas,
sociales y culturales. En efecto, durante más de quinientos años la religión
Católica ha sido el nervio motor de la región que comprende las provincias de
Los Santos y Herrera. Los hábitos religiosos que diseminaron los españoles
fructifican en un grupo humano que le ha impuesto su propia impronta cultural.
Sin embargo, sigue siendo mayoritario el legado religioso de los hispanos que
aquí adquiere un nuevo rostro en procesiones como la que se realiza en La Villa
de Los Santos; siendo ésta de indudable influencia andaluza. Hay que añadir que
antaño algunas localidades también contaron con cofradías, las que ya han
desparecido, pero que fueron características de poblados como Parita, en la
Provincia de Herrera y Villa de Los Santos y Las Tablas, en la Provincia de Los Santos.
Recordemos
que en torno a la Semana Santa surgió una mitología campesina que se expresa en
leyendas como la de “Señiles”, “El padre sin cabeza”, “El buey que habló”, “El
penitente de la otra vida” y toda una serie de relatos que expresan el temor de
Dios y la necesidad de hacer correctivos en la vida terrena para poder ganar
“el cielo” y gozar de los placeres de una vida celestial.
En
este período de recogimiento espiritual, las misas y procesiones, a las que se
le suman representaciones populares sobre la crucifixión del Redentor, son la
tónica de la llamada Semana Mayor. Casi en todos los poblados se realizan actos
litúrgicos, desde Santa María hasta Pedasí y desde Guararé hasta Tonosí, son
olvidar a Las Minas y Ocú. En la zona oriental de la Península (la costa
azuerense) las actividades religiosas lucen su mayor esplendor, ya que se
encuentran los mejores templos y la feligresía es más numerosa. Por ello
recomendamos no perderse la procesión del Viernes Santo en localidades como la
Villa de Los Santos y Parita. Además, sin demeritar otros valiosos esfuerzos, tengamos
presente que el teatro popular de Pesé, lleva a escena la mejor representación
de la crucifixión del Nazareno. En cambio, en Las Minas de Herrera se pueden
apreciar los adornos, elaborados con flores de caracucha, que adornan el templo
y las andas utilizadas en las procesiones.
La
Semana Santa azuerense es otro valiosa oportunidad para acercarse a este grupo
humano que ha sabido conservar expresiones de la cultura sacra, no pocas veces
matizada con eventos de índole profano.
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