Mirar hacia el
pasado siempre resulta gratificante. En especial cuando al hacerlo se recuerda
a quienes han resultado protagonistas de momentos y sucesos que de alguna
manera han impactado nuestras vidas. Sin embargo, el problema se complica
cuando intentamos seleccionar entre una pléyade de seres que han sido luz
comunitaria. En efecto, duele dejar algunos nombres en el tintero, pero resulta
inevitable en una página cuyos caracteres están contados.
En el caso de
Guararé habría que comenzar con aquel indígena, desconocido en su rostro y en
su accionar comunitario, pero que ha legado el sonoro vocablo que da nombre al
poblado, Guararí. Desde su tiempo,
Siglo XVI, hasta la vigésima primera centuria, la historia presenta lagunas que
alguna vez han de ser llenadas para gloria de quienes viven el guarareñismo
peninsular.
Lo cierto es que los
primeros nombres de personajes comunitarios no aparecen hasta la segunda mitad
del Siglo XIX, acaso porque en los siglos anteriores aún no se había estructurado
el emplazamiento poblacional y se carecen de fuentes confiables que den cuenta
de la comunidad que tal vez se constituyó como tal hacia el siglo XVIII. Lo
cierto es que algo se tejió previamente en el tejido social cuando en la
nonagésima centuria aparece la figura de Bibiana Pérez Gutiérrez, quien lidera
la creación del distrito. Ese proyecto sugiere que ya existía algún grado de
maduración social y que otros nombres y apellidos marcaban el devenir ciudadano.
En mi libro PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE
LAS MERCEDES (GUARARÉ, 1869-2010) doy cuenta de esos nombres y apellidos
que forjaron la personalidad colectiva comunitaria.
Aparte de la mencionada
matrona, en la décima novena centuria, aparecen los nombres de don José Vásquez
Delgado (1856) y don Ubaldino Córdoba López (1864-1953), ambos presbíteros
cuyas ejecutorias son conocidas. El siglo concluye con el nacimiento de Manuel
Fernando de Las Mercedes Zárate (1899-1968), personaje que marca la historia como
figura cumbre de la intelectualidad guarareña del siglo XX. Zárate representa
el lúcido ejemplo del campesino convertido en erudito, hazaña que tratan de
emular no pocos personajes nacidos en la Tierra del Festival de La Mejorana.
La tierra guarreña
inicia el siglo XX con pie firme. El 10 de noviembre de 1903 el municipio
guarareño se adhiere a la separación de Panamá de Colombia y con tal fin emite un
acuerdo municipal en el que deja constancia del acontecimiento, en una postura política
muy a tono con los nuevos tiempos. La lista de personas que lo firman es un
bello testimonio de las familias que habitaban el distrito. Y ya que estamos
por estas calendas, recordemos la figura de Teodolinda Zarzavilla, emprendedora
mujer que establece la casa comercial cuyo emplazamiento arquitectónico aún se
mantiene en pie.
Luego de la
separación de Panamá de Colombia, al calor de las políticas liberales, otros
rostros marcarán la historia comarcal. La revolución educativa del liberalismo
hace que surjan nuevos líderes comunitarios, quienes, beneficiados indirectamente
de esas transformaciones, encuentren su nicho social. Tales los casos del
médico empírico, don Darío Angulo Pérez (1870-1970), quien nacido en la
centuria anterior (Siglo XIX), se proyecta como curandero de fama. Su hijo, don José Nieves, escala puestos
dentro de la burocracia regional y resulta un importante puntal para la
realización del más famoso festival folclórico de Panamá.
Para Guararé el
festival en mención es más que un evento cultural. Gracias al mismo otros
rostros sociales aparecen en el escenario. Pienso en personajes como Benjamín
Domínguez, Esteban Rodríguez, Arcelio “Chelo” Bravo (1926-2006), Victorino “Nano”
Córdoba, Rufino García, Gabriel Villarreal, Ermisenda “Chenda” Castillo,
Jacinto “Chinto” Vergara, Héctor “Pito” González, Anselmo “Chemo” Villarreal, Federico
Barrios, Escolástico “Colaco” Cortés, Arcelio “Chelo” Espino, Félix Pérez, Ubaldino García, Abraham Díaz Angulo,
Martina Castillo y una larga lista de hombres folk y profesionales que han sido
el alma del guarareñismo. Y cómo olvidar a Reyes Espino, Antonio “Toño”
Saavedra y su hija, la recordada educadora doña Doris Saavedra de Saavedra. Además,
gente brillante como la doctora Evelia Vega de Cortés, Didio Borrero, Artemio
Córdoba, Francisco Castillero Carrión, Leonidas y José del Carmen Saavedra
Espino, así como el emprendurismo empresarial de Alexis “Baby” Jiménez. Otro
tanto podríamos decir de zapadores del cooperativismo como Pablo Durán y
Alejandro Pinzón Jaén.
Dicho de otra
manera, la construcción del alma colectiva, vale decir, la identidad de Guararé,
es un producto sociocultural y como tal bajo la responsabilidad de gente
notable de sus corregimientos. A saber: Guararé, El Espinal, El Macano, Guararé
Arriba, La Enea, La Pasera, Las Trancas, Llano Abajo, El Hato y Perales. En
efecto, existe una biografía que no se agota en los nombres que arriba he
recogido y que también encontramos en tales circunscripciones administrativas.
Para esos personajes, algunas veces anónimos, el reconocimiento por su firme
contribución al desarrollo distrital.
Milcíades Pinzón Rodríguez,
En las
faldas de Cerro El Barco, Villa de Los Santos, a 7 de mayo de 2017.
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