Ya pasó el Festival Nacional de
La Mejorana, y ahora qué, me pregunto. Lo más fácil es esperar a que llegue el
otro certamen, cargado de danzas, fondas, reinas, estrados, acordeones, carretas,
mejoranas y demás expresiones de la cultura vernácula. Sin embargo, para
quienes miran más allá del horizonte común, la temática se torna preocupante, valorando
los indicadores socioculturales en una época preñada de cambios sociales. Ya en
los años sesenta Dora y Manuel reflexionaban sobre la adulteración del
folklore, con lo cual hacían referencia al encuentro entre culturas y la
pérdida de la identidad.
Transcurridos siete décadas de
aquellas meditaciones, la sociedad y la cultura de antaño supera con creces lo
que ellos vivieron, particularmente Manuel Fernando de Las Mercedes Zárate,
fallecido en 1969; porque las transformaciones sociales han impactado hasta el
tuétano al hombre folk, al campesinado de los pueblos y campos interioranos.
Encontrar un ente folk, tal y como los esposos Zárate lo vivieron, es tarea casi
imposible. Lo que implica no sólo la inexistencia del escurridizo ser cultural,
sino la necesidad de otra concepción teórica del folklore como ciencia.
El Festival Nacional de la
Mejorana se enfrenta a un gran desafío. A saber, la destrucción de la base
campesina de donde procede, la comercialización de las manifestaciones
folklóricas, en una nueva sociedad que se rige por las reglas del mercado. Por
este motivo hay que encontrar los elementos estructurales que subyacen en la
organización del evento folklórico, si es que en realidad aspiramos a que la
festividad se mantenga y pueda continuar con su rol de valoración cultural.
De lo dicho se colige que el
nuevo festival no puede desconocer tales transformaciones, porque su futuro depende
de que pueda adaptarse a tales cambios sin renunciar a su razón de ser. Es
decir, mantener el fondo de la actividad, aunque la forma no sea exactamente
igual a la de antaño.
Lo que ha de ocurrir con el
festival ya no es sólo un tópico del patronato y del pueblo de Guararé, la
temática se ha constituido en una asunto de Estado. Los gobiernos deben
comprender que la preservación del Festival Nacional de La Mejorana es
prioridad nacional, y no sólo por la temática financiera, sino por el
mantenimiento autonómico del grupo que lo hace posible. La organización implementada
en Guararé -el patronato- ha demostrado ser el medio adecuado para el fin deseado
y eso no debe ser alterado.
Los elementos estructurales de la fiesta folklórica guarareña son el patronato, la reina, el desfile de carreta, el evento taurino, los concursos folklóricos, la actividad religiosa y las delegaciones que a ella concurren. Cada uno de ellos debe ser repensado, revisado los reglamentos existentes y analizados en función de las finanzas y la fiesta campesina. Esta reingeniería es necesaria y urgente, aunque teniendo siempre presente los objetivos que dieron orígen al festival, porque lo único a lo que no se puede renunciar en la fiesta guarareña es a la filosofía zaratista, la visión que en ninguna circunstancia debe dejar de guiar al más representativo de los festivales nacionales, al evento que es la cumbre y cita de la panameñidad.
30/IX/2022.
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