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14 noviembre 2025

LA VILLA Y NATÁ: ENTRE CORNETAS Y TAMBORES

 

El ser humano que mora en las provincias interioranas lleva medio milenio dependiendo de las decisiones que se toman en la zona de tránsito. Y tal dependencia comenzó cuando Pedrarias fundó el asiento poblacional que conocemos como Panamá la Vieja (15 de agosto de 1519). En esa misma visión estratégica, el 20 de mayo de 1520, surge la ciudad de Natá; y desde entonces la zona del occidente nacional sólo mira hacia el área de tránsito. Allí surgió un vínculo dependiente que se fortaleció con pueblos como la Villa de Los Santos (1 de noviembre de 1569) y otros que fueron fundados a lo largo de la vertiente pacífica del Istmo.

Sin duda la idiosincrasia del orejano ha estado unida al cordón umbilical y hegemonía de la ciudad de Panamá. Y ese control no es tan sólo económico y burocrático, sino emocional y cultural. Con el tiempo hubo un intento de ruptura con tal estado de cosas, contra el poder centralista, encarnado en el 10 de noviembre de 1821, que visto en la distancia solo se recuerda como el Grito Santeño… y nada más.

El 10 de noviembre de 1821 representa la irrupción del poder agrario, al que la zona de tránsito logra maniatar con el 28 de noviembre de 1821, para quedar de una vez por todas reducido a su papel del Panamá vernáculo y reservorio de tradiciones.

En el modelo istmeño la zona de tránsito es el negocio, el sector terciario, mientras que las áreas interioranas asumen su rol del Panamá agrario, de la periferia que bordea la verdadera área del poder estatal, residente en la capital nacional.

Lo acaecido en la Villa de Los Santos y Natá (10 y 15 de noviembre de 1821, respectivamente) fue fruto del poder agrario, como queda dicho, en contraposición al transitista, que se ve forzado a adelantar la independencia el 28 de noviembre, movimiento con el cual se sella esta propuesta interiorana aupada por el eje La Villa – Natá y se reitera la hegemonía en el corredor transístmico.

Dos factores exógenos vienen a negar toda posible vía de participación interiorana en la lucha por el poder político y económico. Me refiero a la construcción del ferrocarril transístmico y el intento de los franceses de hacer viable el canal de Panamá. Otro tanto acaecerá con el canal en el siglo XX. Esos acontecimientos fortalecen el papel central de la zona de tránsito y dejan a los departamentos o provincias en un rol subordinado.

En el plano endógeno el siglo XIX marca las luchas intestinas entre conservadores y liberales. Los sucesos azuerenses de mediado de esa centuria retratan de cuerpo entero hasta dónde habían arrastrado los políticos capitalinos al resto del país. El caso de Pedro Goitía Meléndez, en el siglo XIX, así como de Belisario Porras, en el siglo XX, demuestran la magnitud de lo planteado.

En efecto, ambos personajes se ven forzados a adherirse al juego político capitalino, con todas las contradicciones que ello implica, entre otros motivos, porque la base popular interiorana carece de organización, maduración ideológica e instrucción pública. Al final esta será la tónica que marcará el siglo XX y XXI y el surgimiento de los gamonales políticos que controlan a un electorado que no comprende el poder del voto en un sistema democrático.

En el siglo XX el grito santeño y la adhesión natariega serán testigos de la adulteración de fechas de tan hondo significado. Porque las celebraciones son despojadas de su filosofía libertaria para naufragar en festividades y desfiles de vida efímera. Y en ese jolgorio hasta los centros educativos han perdido el fondo de los hitos históricos y se han quedado en la forma, disfrutando del sonido de tambores y cornetas, mientras el desarrollo se estanca y los jóvenes ven frustrados sus proyectos profesionales.

¿Hacia dónde va la nación? Tal es el interrogante que resurge cada mes de noviembre mientras las calles se llenan de estudiantes y la respuesta se pierde en el horizonte y la pobreza engalana los campos y ciudades.

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11/XI/2025


09 noviembre 2025

EL PARQUE SIMÓN BOLÍVAR Y LA AGONÍA DEL GRITO SANTEÑO

 

Debo confesar que disfruto el sentarme frente al parque Simón Bolívar de la Villa de Los Santos y mirar el transcurrir de la vida en la añeja capital histórica de Azuero. Nada como apreciarlo desde la refresquería Yonell, mejor conocida como el café de Nelly, ubicado al costado de la alcaldía. Y al hacerlo pasan tantas imágenes por la mente, consciente de la relevancia de la antigua plaza; la que fuera modificada en los años veinte de la vigésima centuria y convertida en el parque que lleva el nombre del Libertador Caraqueño.

A la derecha en donde estoy sentado, se yergue el templo a San Atanasio, maravilla arquitectónica que desde el siglo XVIII cobija retablos que son testigos de algo más que rezos y eucaristías dominicales. No hay nada en la península que supere esta estructura arquitectónica techada con millares de tejas, debajo de las cuales el caballete luce cubierto y adornado con el artesonado que mira a los fieles que acuden a la misa dominical.

En la refresquería el sorbo del café matutino recuerda el tropel de caballos y jinetes que acudían presurosos a libertar al adalid del liberalismo peninsular, don Pedro Goitía Meléndez; líder preso en las ergástulas santeñas por unirse al campesinado que protestaba por el aumento de los impuestos. El mismo pariteño que sumó a su vida destierros, enfrentamiento contra los conservadores peninsulares y veragüenses.

Y tal parece que el eco del ayer desafiante se ha disipado, como el sonido de los cascos de los caballos sobre los que cabalgaban los retadores orejanos de antaño.

Al frente de mi mesa, y al otro lado de la plaza, plantado desde el siglo XVIII, y hoy convertido en museo, está el vetusto edificio que la visión de Reina Torres de Arauz y Raúl González Guzmán conservó para la posteridad. Miro al inmueble y digo para mis adentros: “la única muestra de arquitectura civil del período colonial que queda en la región”.

En verdad, todo tiene en La Villa un encanto particular, en este asiento poblacional que se sitúa paralelo al milenario río Cubitá, de Los Maizales o río La Vila; porque ya el diseño hipodámico, o de tablero de ajedrez, habla de su papel hegemónico en la sabana que se extiende en la zona oriental desde Santa María de Escoria, al norte,  hacia el sur, en las australes tierras de Pedasí, en la turística región que ilumina el lucero del sur.

Por estas tierras, que hegemonizó la Villa de Los Santos, han pasado tantas generaciones de campesinos, presbíteros y burócratas, los que encontraron aquí un espacio para el desarrollo de sus vidas. Desde el simple orejano, cuya existencia discurre en los minifundios, hasta el político que desde el siglo XIX ha luchado por el poder, aunque centrado en sus apetencias mercuriales e individuales.

Atisbo la calle Segundo de Villarreal y me parece ver caminar a La Niña Anita hacia el templo que fue refugio y escenario de su vida proba. Ella, la Sierva de Dios, que espera la bendición del Vaticano para ascender a los altares de su vida santa. Y cuánto debe la colonial población a la argamasa social y religiosa del cristianismo, que aquí en Los Santos está tan adherida a la cultura de la que es simiente y parte fundamental.

El parque Simón Bolívar trae muchas reminiscencias de la vida pagana que convive con la sacralidad del templo: liberalismo y conservatismo de que está hecho nuestro proyecto de vida colectiva. E inevitablemente hay sonido de castañuelas, satánicos rostros de diablicos y la custodia por las calles en ese Corpus Christi que tanto define al poblado y que el santeño atesora en su alma y corazón.

En esta mañana, sentado en el Café de Nelly, me abruma el peso de la historia y mi taza de la arábiga bebida levanta espirales de humo saludando al sitio en donde la libertad del Istmo, aquel 10 de noviembre de 1821, parió nuestro democrático poder popular que las ambiciones de clase convirtieron en grito agónico de los campos interioranos.

Pienso en los fundamentos ideológicos del Grito Santeño, tan ligado a los preceptos de la Revolución Francesa y la defensa de la libertad, igualdad y fraternidad. A la figura cimera de Bolívar y los deseos populares de mejores días para el istmeño. Porque el 10 de noviembre encarna aquellos propósitos que el tiempo ha desdibujado tras la imposición de los grupos criollos que abanicaban su proyecto hanseático y terminaron sepultando los prístinos deseos del Panamá agrario e interiorano.

Luego de más de doscientos años la propuesta libertaria se ha transmutado en otra cuyo propósito dista mucho de la original, democrática y liberadora. Las zonas del este y oeste de la capital de la república han terminado asumiendo un rol meramente vernáculo, contentándose con ser el rostro de la identidad istmeña o el sitio de los carnavales, festivales folklóricos y Semana Santa. Por este motivo, en el fondo, nuestros pueblos no se disputan la mieles del desarrollo, sino el efímero título de ser ”la cuna del folklore”, como si el folklore tuviera cuna y esa fuera su máxima aspiración.

Entre el ruido de los voladores, las bandas colegiales y las batuteras, apenas asoma el rostro de la patria de Justo y Belisario, porque el humo de los cohetes y las ventas de chucherías no dejan ver al istmeño que el 10 de noviembre de 1821 es un canto y propuesta democrática de desarrollo nacional.

Al contrario del enfoque cientificista, poco importa que Rufina Alfaro sea una leyenda o un mito, con o sin acta de bautismo; lo relevante es que ha mantenido viva la participación popular en la construcción de un ideario que demanda mejores días para el panameño. Y esto ya es un salto de gigantes que, transitoriamente agónico, tarde o temprano se ha de imponer y despertar con la fuerza de su propósito primigenio.

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09/XI/2025

 

 

 

 

 


03 noviembre 2025

NOVIEMBRE...CALENDARIO HISTÓRICO

 

* 1 de noviembre de 1569. En la fecha, un grupo de españoles, sin previa autorización de la Corona, funda la Villa de Los Santos. Los creadores del villorrio designan como primer alcalde ordinario a Francisco Gutiérrez, quien, debido a su osadía fundacional, es condenado por las autoridades natariegas a morir en la picota, aunque luego se le condona le pena y termina desterrado de la región. La Real Audiencia de Panamá reconoce el hecho fundacional el 10 de noviembre de 1573 y le concede el privilegio de llamarse villa, es decir, un centro urbano de menor jerarquía que la ciudad. La Villa de Los Santos determinó el surgimiento del gentilicio santeño y terminó siendo el epicentro del poder político, religioso, social y económico de la región, desde el siglo XVI hasta principios del siglo XX. Durante el 10 de noviembre de 1821 fue la sede de la gesta patriótica que promovió la separación de Panamá de España. Por tales motivos, con justa razón, puede decirse de ella que es “La capital histórica de Azuero”.

* 3 de noviembre de 1933. Nace en la ciudad de Las Tablas Edgardo De León Madariaga, cultor de la cultura vernácula y figura cumbre en el estudio del traje típico nacional, la pollera.  Maestro de escuela primaria, profesor de colegios secundarios y catedrático universitario; fue fiel a su cultura ancestral organizando exposiciones y defendiendo la identidad cultural del panameño. Entre su copiosa producción literaria sobresalen los textos “Presencia y simbolismo del traje nacional de Panamá” (1982), “Los tembleques ornamentos de las empolleradas panameñas” (2005) y “Paños o rebosos y enaguas de las empollerada panameñas” (2008). Falleció en la ciudad de Panamá el 24 de enero de 2013.

* 4 de noviembre de 1925. En Tres Quebradas de Los Santos nace el músico y compositor Carlos Martínez Rivera. Legó a la nación valiosa colección de composiciones musicales entre las que destacan “Cuando te vayas conmigo”, “Ya no existe el amor”, “El pleito de la gallina”, etc. Falleció en su pueblo natal el 25 de marzo de 2007.

* 8 de noviembre de 1821. Las Tablas conmemora el denominado Grito Insurreccional Tableño. Según la tradición oral el movimiento antecedió a la independencia de España proclamada en la Villa de Los Santos el 10 de noviembre de ese mismo año. Sin embargo, no existe documentación que demuestre razonablemente la existencia del conato popular.

* 9 de noviembre 1903. En documentos firmados por los munícipes de la época, las poblaciones de la Villa de Los Santos y Chitré se adhieren a la independencia de Panamá de Colombia.

*  10 de noviembre de 1573. La Real Audiencia reconoce la fundación de la Villa de Los Santos, acto que data del 1 de noviembre de 1569. En esa misma fecha se le confiere a la población el título de Villa.

*  10 de noviembre de 1821. Fecha en la que se conmemora el llamado Grito de la Villa de Los Santos. Mediante el mismo la indicada población interiorana declara su independencia de España. El evento acelera en la capital de la república la independencia de la metrópoli española el 28 de noviembre del mismo año.

* 10 de noviembre de 1903. En acto solemne el Concejo Municipal de Guararé, avalado con la presencia de numerosa concurrencia, se adhiere al movimiento secesionista del 3 de noviembre de 1903. Con tal finalidad se redacta el acta que da fe de lo actuado y que ha quedado para la posteridad como constancia del hecho histórico. La prueba documental puede consultarse en la Gaceta Oficial, Año 1, Serie 1, # 15, Panamá, 25 de enero de 1904. También puede verse en www.gacetaoficial.gob.pa/gacetas/00015a_1904.pdf

* 12 de noviembre de 1903. El distrito de Pocrí, en la provincia de Los Santos, se adhiere al movimiento separatista del 3 de noviembre de ese mismo año.

* 13 de noviembre de 1900. Natalicio de Ofelia Hooper Polo. La insigne herrerana, oriunda de Las Minas, era hija del ingeniero de origen inglés, nacido en Clarendon, Jamaica, (Maurice Hooper Calneck, 4/X/1862-25/III/1936) y de mujer peseense (Olimpia Polo Valdés, 27/XII/1873-marzo 1957). Doña Ofelia formó parte de las primeras promociones de la Universidad de Panamá, institución en donde obtuvo la licenciatura en Ciencias Sociales y Económicas. En el año 1927 se graduó como Maestra de Escuela Primaria en el Instituto Nacional. Descolló como educadora, promotora social, cooperativista, socióloga, poetisa y escritora. Publicó El trópico Niño, Vida social rural de Panamá (1945), Semblanza del hombre rural de Panamá (1969). La distinguida herrerana falleció el 23 de septiembre de 1981.

* 13 de noviembre de 1921. Mediante resolución # 5 de la fecha señalada, con motivo de conmemorarse el I Centenario del Grito Santeño y por iniciativa de los Hermanos Cristianos, quienes durante aquellas calendas regentaban el centro de enseñanza primaria en la Villa de Los Santos, el Concejo Municipal adopta como propio el escudo del ayuntamiento por ellos sugerido. El diseño fue creación del hermano Germán Pablo, miembro de la indicada congregación religiosa.

* 15 de noviembre de 1861. Natalicio de Lisandro Espino, nacido en Guararé de Los Espino, actual Guararé Arriba. Fue educador y funcionario que se desempeñó en el ramo judicial llegando a ser Juez de Circuito. Además, fue escritor y publicó el ensayo “El Quijote como lazo de Unión entre España y América”, texto que le hizo acreedor al segundo lugar en los Juegos Florales de 1916. Falleció en la ciudad de Panamá el 20 de mayo de 1929.

* 16 de noviembre de 1925. Nace Arquímedes “Quime” Vásquez. El santeño es apodado “El ruiseñor macaraqueño”, ya que se destacó como cultor de las tradiciones populares, particularmente en el canto de la décima o espinela. Se le considera parte integrante de la pléyade de pioneros del Festival Nacional de La Mejorana. Hacia los años cincuenta, junto con otros compatriotas, hizo popular las décimas en la ciudad de Panamá. Murió el 8 de marzo de 2010 y sus restos reposan en el panteón de su pueblo natal.

* 17 de noviembre de 1916. Nace Julio César Espino Escalona, mejor conocido como Pedro Tuco, quien ve la luz primera en la ciudad de Las Tablas. Hijo del tableño Justo Pastor Espino Vergara (1873-1949) e Ismenia Escalona Ramírez, nacida en la Villa de Los Santos. Julio César fue un destacado actor de radio, televisión y cine que popularizó al personaje conocido como Pedro Tuco, en una época cuando el campesinado era estigmatizado por los rasgos propios de la cultura campestre e interiorana. Murió en la ciudad de Panamá el 5 de marzo de 1991.

* 20 de noviembre de 1896. En la fecha nace en Guararé José Félix Pérez Ovalle, mejor conocido como Félix Pérez. Hombre folk, gran cantador de mejorana que alegró con su arte el Festival Nacional de La Mejorana, así como otras renombradas festividades nacionales. Falleció en Guararé el 25 de abril de 1976.

* 20 de noviembre de 1952. Nace en Pesé Etanislao Arias Peña. Arquitecto, pintor y catedrático universitario. Fue alumno de Juan Manuel Cedeño y Guillermo Trujillo. Estudios en Panamá y otros países. Realizó exposiciones en suelo patrio y en el exterior. Como pintor no formó parte de una escuela artística en particular, sino que experimentó en una variedad de ellas. Publicó el texto El hábitat rural de Panamá (1981) del que fue coautor y La pintura artística panameña (2000). Fallece en la ciudad de Panamá el 21 de septiembre de 2003.

* 20 de noviembre de 1961. El decreto # 392 de esa fecha asigna el nombre de Moisés Espino al Palacio de Gobernación de la Provincia de Los Santos, edificación ubicada en la ciudad de Las Tablas. Entre los méritos del tableño se menciona el haber sido diputado y primer gobernador provincial, así como su preocupación y celo por el mejoramiento comunitario. La documentación que así lo establece lleva la firma del presidente Roberto F. Chiari y de Gonzalo Tapia Collante, ministro de la presidencia encargado.

* 25 de noviembre de 1802. En la fecha, jueves para ser más preciso, la población peninsular se mostró alarmada debido al fuerte sismo que se sintió en la región y que produjo destrozos materiales, algunos de consideración. En la ciudad de Las Tablas, por ejemplo, el templo a Santa Librada se ve afectado, así como algunas residencias privadas.

* 27 de noviembre de 1856. Nace en la ciudad de Las Tablas el Dr. Belisario Porras Barahona. Hijo de Juana Gumersinda Barahona De León y Demetrio Porras Cavero. Fue tres veces presidente de la república y se le considera el estadista istmeño por antonomasia. Abogado, político, poeta, escritor, militar y diplomático. Publicó, entre otros textos: Memorias de la Campaña del Istmo, Trozos de vida y un opúsculo que denominó El Orejano. Falleció en la ciudad de Panamá el 28 de agosto de 1942.

*  29 de noviembre de 1997. En La Llana de Tonosí desconocidos incendian la residencia de Secundino Jaén, dirigente campesino que lidera las luchas del Frente Santeño Contra la Minería. La agrupación se opone al desarrollo de la mina de Cerro Quema por considerar que la actividad promoverá problemas de contaminación ambiental en la provincia de Los Santos; además de saquear y apropiarse de minerales pertenecientes al patrimonio nacional, en condiciones legales totalmente adversas al erario de la nación.

* 30 de noviembre de 1883. Natalicio del peseense Bolívar Márquez Quintero. Obtiene en 1912 el título de farmacéutico en Estados Unidos de América. Hacia 1914 se radica en Chitré y en 1917 compró a don Carlos Calzadilla la Farmacia Internacional de Chitré, empresa que desde aquella época ha desempeñado un importante papel en el desarrollo regional. Fue farmacéutico, abogado, bombero, ganadero, educador y funcionario en diversas instituciones estatales. Como escritor publicó dos tomos de artículos periodísticos bajo el título de “Una luz en las tinieblas” (1960 y 1964). Fallece en la ciudad de Chitré en el año 1972.

* 30 de noviembre de 1926. En la fecha se declara monumento histórico nacional al templo a Santo Domingo de Guzmán, añeja arquitectura religiosa colonial de Parita. Así lo establece la Ley 35 que aparece registrada en la Gaceta Oficial, Año XXIII, # 5002 del 4 de diciembre de 1926.


03 octubre 2025

OCTUBRE...CALENDARIO HISTÓRICO

 


* 1 de octubre de 1913.
La región peninsular se ve sacudida por un fuerte sismo. Entre los daños físicos se destaca la destrucción de la parte superior de la torre del templo a San Atanasio, en la Villa de Los Santos. Y no fue la única zona afectada, porque en Macaracas el sacerdote Esteban Vásquez dejó el siguiente testimonio escrito sobre el acontecimiento telúrico: “Anoche a las once y media de la noche un fuerte temblor de tierra destruyó la torre y parte de la iglesia y lo demás lo dejó inservible”

* 1 de octubre de 1923. En la Villa de Los Santos se funda la Compañía Santeña de Licores S.A. La empresa tuvo como directivos a Ramón Eugenio Mora (presidente), Manuel García Castillo (vicepresidente), Carmen María Mora de García (tesorera), Eustorgio Mora Díaz (Secretario) y Alfonzo Correa García (fiscal). Además de la sede santeña, contó con sucursales en las ciudades de Panamá, Santiago y Las Tablas. En su época elaboró los rones Azuero, Tres Coronas y 2 de Enero. Vendió, además, un licor denominado Cordial; aparte del expendio de cervezas, vino y licores extranjeros. La empresa también contó con una planta de destilación de alcoholes.

* 2 de octubre de 1984. En la fecha se crea el Parque Nacional Cerro Hoya. El documento legal que lo hace posible es el Decreto Ejecutivo # 74 de la fecha indicada. Ubicado en el extremo suroccidental de la Península de Azuero, pretende proteger esta importante reserva de flora y fauna de las provincias de Los Santos y Veraguas. Comprende 32,557 hectáreas; de ellas la provincia veragüense retiene el 86% y la santeña el 14% de la zona sujeta a conservación ambiental.

* 3 de octubre de 1897. Natalicio del tableño Demetrio Augusto Porras Juárez. Hijo de Belisario Porras Barahona y Catalina Juárez Chacón. Estudia derecho en Paris, Francia. Retorna al país y descuella como político, docente, diplomático y Magistrado de la Corte Suprema de Justicia. Fundador del Partido Socialista, se le recuerda como un fogoso diputado que desde la tribuna expone los problemas nacionales. Publicó: Veinte años de luchas y experiencia (1947), Principios de sociología (1947), Problemas vitales panameños (1960) y Hacia el Infinito: La soledad de Demetrio (1963). Fallece en la ciudad de Panamá el 16 de mayo de 1972.

* 3 de octubre de 1898. Fallece en Santiago de Veraguas el general Pedro Goytía Meléndez. El pariteño nacido el 6 de agosto de 1826 desempeñó un rol protagónico en la introducción de las ideas liberales en la península de Azuero. Se distingue como dirigente popular en las sublevaciones campesinas de la década del cincuenta del siglo XIX. Fue gobernador de la provincia de Azuero en el período 1852-1853 y gobernador del Estado Soberano de Panamá del 6 de julio de 1863 al 12 de agosto de 1863.

* 5 de octubre de 1920. En la ciudad de Las Tablas ve la luz primera Silverio Atilano Villarreal García, bautizado en el templo a Santa Librada el 11 de noviembre del año indicado. Don Fringo, porque tal era el apodo con el que se le conocía, contrajo matrimonio con la penonomeña Viodelda A. Carles, dama con quien forjó respetable familia. El tableño se distinguió como empresario e innovador del comercio santeño. Fue propietario de licorería, estación de gasolina y venta de autos, entre otros emprendimientos. También se le recuerda como zapador de la radio provincial, al impulsar en la capital santeña la primera emisora de radio: Ondas del Canajagua. Muy vinculado a diversos quehaceres de la ciudad de Las Tablas, el mayor de su legado fue la continuidad institucional de la mencionada emisora radial tableña, dicho sin demeritar otros importantes logros. Falleció el 5 de abril de 1990.

* 6 de octubre de 1946. En la ciudad de Chitré inicia labores Radio Provincias. La estación es pionera en las provincias centrales en las lides de la comunicación radiofónica. Desde entonces ha realizado una labor encomiable mediante programas de comentarios y revistas culturales; además de estar presente en eventos deportivos y difundir una selecta música nacional e internacional.

9 de octubre de 1818. Nace el pariteño Dionisio Terriente Quinzada, sacerdote que ejerció el apostolado religioso en Parita, Santa María y Villa de Los Santos; hermano mayor del también presbítero Manuel Terriente Quinzada, hijos ambos de don Esteban Terriente y doña Manuela Quinzada. Recibió sus órdenes sacerdotales el 6 de diciembre de 1848 de manos del obispo diocesano don Juan Francisco Manfredo. Falleció en la Villa de Los Santos el 9 de diciembre de 1863. Sus restos mortales reposan en el templo a San Atanasio.

* 10 de octubre de 1920. Natalicio de Clodomiro Juárez, mejor conocido como “Compa Chelo”. El santeño era originario de La Jamina de Pocrí, destacándose como animador de bailes de acordeones y fiesta de toros. Forma parte del elenco de personajes que surgieron cuando los conjuntos que interpretaban música con violín fueron desplazados por el acordeón sonoro, constituyéndose la agrupación musical en una empresa con rentabilidad económica que necesitaba animar a los melómanos entre una interpretación y otra. Locutores como él aparecen en el mismo período histórico cuando los conjuntos introducen nuevos instrumentos, añaden a la mujer que canta (la cantante) y las emisoras de radio inician la trasmisión de bailes. En efecto, mientras el conjunto descansaba, Compa Chelo hacía las delicias de los asistentes con un estilo peculiar, que incluía uno que otro chiste, siendo su presencia notoria en la segunda mitad del Siglo XX. Fallece el 4 de noviembre de 2018.

* 10 de octubre de 1952. Natalicio de Herasto Reyes Barahona. Nació en las proximidades de cerro El Canajagua, en Vallerriquito, distrito de Las Tablas. Desde allí, en un entorno rural y bucólico, emergió para convertirse en periodista de pluma combativa y convicciones socialistas. Fundó el Partido Socialista de los Trabajadores. Fue ganador del Concurso Ricardo Miró en la sección de cuentos con el libro “Cuentos de la Vida” (1984). Creó el Centro de Comunicación Popular (CECOP). Laboró por muchos años en el periódico La Prensa, diario cuyo prestigio contribuyó a cimentar. Publicó Historia de San Miguelito (1981), Apuntes Panameños de Municipalidad (1986), Cuentos en la noche del mar (1989), La Prensa, un diario sin dueños (2005, coautor) y Monólogo de la muerte (obra de teatro). Falleció en la ciudad de Panamá el 27 de octubre de 2005.

* 12 de octubre de 1892. Aparece en la capital provincial herrerana el primer periódico de esa ciudad interiorana, “La voz de Chitré”. Su propietario fue Antonio Burgos, personaje que introduce la imprenta en la indicada población.

*  14 de octubre de 1854. La Legislatura Provincial de Azuero expide la ordenanza # 11 que ordena cambiar el nombre de Distrito Parroquial de Las Tablas por el de Distrito Parroquial de Goytía. La nueva denominación pretendía honrar la memoria de Juan Evangelista Goytía, personaje que fuera asesinado en la llamada Guerra entre los Guardia y los Goytía, conflicto que vivió la región en la quinta década del Siglo XIX. Sin embargo, la denominación no logró tener continuidad histórica.

* 14 de octubre de 1969. Fallece el famoso cantador de mejorana, Don José del Carmen González.

* 15 de octubre de 1946. Natalicio de Gumercindo Domínguez Velásquez. Nacido en La Pasera de Guararé, fue un destacado periodista de la prensa escrita y radial que hizo de su profesión un instrumento al servicio de la comunidad. Fue corresponsal a nivel nacional e internacional de reconocidas empresas de la comunicación radial. Hizo famosa su revista radial y dominical Hoy con el pueblo. Dirigió, además, el espacio de comentarios Radio Mensabé informa y comenta en la prestigiosa emisora tableña Falleció en la ciudad de Las Tablas el 3 de febrero de 2021.

* 15 de octubre de 1965. Un grupo de docentes santeños, encabezados por el supervisor Norman Tulio Villarreal, fundan la Cooperativa de Ahorros y Crédito el Educador Santeño R. L. La empresa, establecida inicialmente en Macaracas, trasladó su sede a la ciudad de Las Tablas, localidad en la que se ha convertido en una institución socioeconómica que brinda atención crediticia a múltiples asociados. La organización, conocida como COOESAN R.L., se ha expandido al resto de la república con la misma fortaleza y visión que fueron el norte de sus fundadores.

* 19 de octubre de 1848. En la provincia de Herrera son creados los distritos parroquiales de Chitré y Los Pozos. Como queda indicado, de lo que se trata es del surgimiento de una nueva jurisdicción administrativa del territorio, el distrito, ya que tales poblados no tienen fecha de fundación, al ser producto de asentamientos espontáneos en los que lentamente se fue conformando un núcleo urbano.

* 19 de octubre de 1954. Mediante Ley 32 de esa fecha, la Asamblea de Diputados  declara Monumento Nacional al templo tableño consagrado a Santa Librada, por considerarla Mártir de la Fe Católica y Patrona Venerada de Las Tablas.

* 20 de octubre de 1854. Se aprueba la Constitución Municipal de la Provincia de Azuero. La excerta legal fue firmada por Pedro Goytía Meléndez, vicegobernador encargado, e Ildefonso Monteza, secretario. El conjunto de disposiciones jurídicas regulaba los asuntos socioeconómicos y políticos de la antigua jurisdicción administrativa como parte integrante de la Nueva Granada.

*  20 de octubre de 1896. Nace en Guararé Artemio de Jesús Córdoba Saavedra., destacado compositor de música típica. Hijo de Venancio Córdoba y Bernardina Saavedra. Casó el 27 de octubre de 1923 con Otilda María Falcón. Entre su copiosa producción se incluyen pasillos, cumbias y otros géneros musicales, así como composiciones sacras en las que también fue aventajado. Dos de sus más gustadas creaciones musicales son La viudita templá y Pueblo Nuevo. Falleció en Guararé el 8 de marzo de 1988.

* 21 de octubre de 1868. El general Buenaventura Correoso reprime, en la Villa de Los Santos, el levantamiento de grupos conservadores que se oponen a la hegemonía liberal. Los conservadores estaban comandados por el general José Clemente De Obaldía. Como resultado de la refriega mueren seis conservadores y queda herido el general De Obaldía.

* 24 de octubre de 1901. Nace en Macaracas Rafael Moreno González. Formación educativa primaria en la Villa de Los Santos y secundaria en el Colegio La Salle. Estudios parciales de odontología en New York. Realizó importante labor en pro de su pueblo natal en los aspectos económico y cultural. Promotor de una planta colectora de productos lácteos que ha tenido un profundo impacto en la zona montañosa de la región del Canajagua. El colegio secundario de Macaracas lleva su nombre.

* 28 de octubre de 1942. El barco La Unión naufraga al chocar con El Sambú, navío este último de casco de hierro y propiedad de la Compañía Elliot. Además de la tripulación de 8 miembros y 29 pasajeros, viajaban en los depósitos del transporte marino un total de 85 cabezas de ganado. El incidente se produjo en horas de la noche, a cuatro millas de las costas de Chitré, dejando un saldo de cuatro personas desparecidas. La nave La Unión era propiedad del empresario chitreano Pacífico Ríos Sandoval.  


26 septiembre 2025

SEPTIEMBRE...CALENDARIO HISTÓRICO

 


* 3 de septiembre de 1942. En la fecha es fundado en la capital provincial santeña el Primer Ciclo Secundario de Las Tablas, centro de enseñanza que el 25 de junio de 1969 pasa a denominarse Colegio Manuel María Tejada Roca, como reconocimiento a la labor del prestigioso educador tableño. Desde los años cuarenta del siglo XX ha sido puntal decisivo, no solo en la formación de diversas generaciones de profesionales, sino como baluarte de la cultura peninsular e ícono institucional de la tierra del doctor Belisario Porras Barahona.

* 4 de septiembre de 1969. La Junta Provisional de Gobierno, mediante Decreto de Gabinete # 292 de la fecha, declara Monumento Nacional a la Casa Museo Manuel F. Zárate, ubicada en Guararé, provincia de Los Santos. Al ser publicado en la Gaceta Oficial #16,442, el 9 de septiembre de 1969, se convierte en ley de la república.

* 8 de septiembre de 1884.  En la parroquia a San Atanasio, ubicada en la Villa de Los Santos, se instala la “Sociedad de Beneficencia”. La organización tuvo entre sus responsabilidades la dirección del Hospital San Juan de Dios, institución que existió en la aludida población santeña.

8 de septiembre de 1924. Natalicio de Moisés Chong Marín. Nacido en El Coco de La Chorrera y radicado en la capital provincial herrerana, lugar en donde arribó el 2 de mayo de 1957. El destacado filósofo e historiador nacional, que dedicó su vida a la docencia media y universitaria, fue poseedor de una copiosa producción intelectual entre la que sobresalen valiosos textos destinados a la educación de la juventud y meditaciones propias de la disciplina filosófica que ocupó sus afanes de ensayista. Fue fundador y director de la Universidad Popular de Azuero. Falleció en la ciudad de Chitré el día 11 de septiembre de 2010.

* 8 de septiembre de 1936. En la fecha nace Raúl González Guzmán, historiador y antropólogo panameño quien dedicó sus afanes existenciales a la cátedra universitaria, labores de museografía e investigación. Ejerció la docencia en la Universidad de Panamá. Contribuyó al establecimiento de museos regionales en la Villa de Los Santos (Museo de la Nacionalidad) y en la ciudad de Las Tablas (El Pausílipo). Entre otros aportes legó a la nación diversos estudios sobre la casa de quincha, el hundimiento del vapor Taboga (en las proximidades de las costas tonosieñas), así como descripciones de los hábitos sanitarios de la mujer interiorana. Falleció en la ciudad de Chitré el 24 de febrero de 2007.

*  9 de septiembre de 1856. En Macaracas un grupo de campesinos da muerte al presbítero José María Franco. Las causas del asesinato parecen radicar en la participación política de Franco como aliado político de los grupos conservadores de Parita (Guardia) y Santiago de Veraguas (Fábrega), en el famoso caso de las rebeliones campesinas de Azuero, insurrecciones que adquirieron gran notoriedad a mediados del Siglo XIX.

*  10 de septiembre de 1915. En la capital santeña es inaugurado el parque Porras; la obra fue posible debido a las gestiones realizadas por el Dr. Belisario Porras Barahona, a la sazón presídete de la república. El acto contó con la presencia de Moisés Espino, gobernador de la provincia y de Claudio Vásquez Villarreal, quien la recibió en su calidad de alcalde del distrito.

* 11 de septiembre de 1961. En la ciudad de Las Tablas se funda la Cooperativa Gladys Batista de Ducasa. Lo hace con un capital de B/ 210.00 y un total de 21 asociados. Desde entonces ha gozado de reconocimiento ciudadano y se ha convertido en una institución financiera de sólidos cimientos.

* 12 de septiembre de 1855. Fecha de fundación del Distrito de Macaracas, creado mediante ley dentro de la vigencia del Estado Federal de Panamá. Con anterioridad ya existía en esa zona la presencia de un asentamiento humano que se fue consolidando como núcleo urbano ubicado en la parte central de la Península de Azuero, constituyéndose en punta de lanza de la colonización serrana. Según el estado de la investigación, ya a mediados del siglo XVIII algunos colonos habitaban esa área geográfica.                                                                                                       

* 17 de septiembre de 1906. Nace en Pedasí, Provincia de Los Santos, Antonio Moscoso Barrera. En el año 1926 egresa del Instituto Nacional con el título de maestro de escuela primaria. Hombre polifacético que ejerce diversos cargos en el engranaje gubernamental, incluyendo el de Ministro de Comercio e Industrias. Como escritor publicó las novelas: Treinta años de luchas (1926), Solar Nativo (1940), Buchí (1961) y Así somos en mi tierra (1970). En el ensayo Los Moscoso de Pedasí hasta la quinta generación (1969) describe los orígenes de su grupo familiar. El escritor pedasieño falleció en el año 1994.

* 17 de septiembre de 1997. En La Llana de Tonosí, provincia de Los Santos, son arrestados siete integrantes del Frente Santeño Contra La Minería. El grupo se oponía a la introducción de maquinaria para el proyecto minero de Cerro Quema, aduciendo los problemas de contaminación que la extracción minera provocaría en el área. Entre los privados de libertad se encontraba Secundino Jaén, presidente de la agrupación. 

* 18 de septiembre de 1997. En la población de La Llana, Distrito de Tonosí,  un contingente de los integrantes y simpatizantes del Frente Santeño Contra La Minería, son reprimidos brutalmente por policías antimotines. Producto de esa refriega son arrestados 19 miembros de la organización.

* 18 de septiembre de 1880. Natalicio de Moisés Espino Espino, realiza estudios primarios en su pueblo natal y se perfecciona como autodidacta. Gran admirador de la cultura griega y romana. Propulsor de la creación de las provincias de Herrera y Los Santos (Ley # 17 de 18 de enero de 1915). Fue el primer gobernador de la provincia santeña y organizador de la vida administrativa de la misma. Luego de fructífera labor, falleció el 6 de abril de 1950.

* 19 de septiembre del 2007. Mediante resolución # 19 de la fecha el Concejo Municipal de Guararé declara al Festival Nacional de La Mejorana como patrimonio cultural municipal. En la misma disposición se reconoce al Patronato del Festival Nacional de la Mejorana como “la entidad tutora” de tan importante festividad folklórica. El reconocimiento queda consignado en la Gaceta Oficial # 25382-A del 6 de octubre de 2009.

* 20 de septiembre de 1897. Nace en la Villa de Los Santos el pintor Rubén Villalaz Solís. Hijo de Marcelino Villalaz y Tomasa Solís, realizó estudios en Roma. De regreso al país laboró en la Escuela Normal de Institutoras, la Escuela Profesional y el Instituto Nacional. Gran parte de su obra pictórica se encuentra dispersa. Fallece el 13 de noviembre de 1993.

* 20 de septiembre de 1924. En la ciudad de Las Tablas se inaugura el moderno edificio de estilo neoclásico de la Escuela Modelo Presidente Porras; primera edificación de este tipo en la región de Azuero y legado imperecedero del Caudillo Tableño a su idolatrado pueblo natal. Los planos de la estructura estuvieron bajo la responsabilidad del peruano Leonardo Villanueva Meyer, arquitecto que también diseño en la ciudad de Panamá la Plaza de Francia y la renovación del Palacio de Las Garzas. El centro educativo, construido sobre la colina que antaño era llamada “El Perú”, aún continúa siendo, como dijera el doctor Octavio Méndez Pereira, “atalaya de luz sobre el acrópolis tableño”


23 septiembre 2025

LA ADULTERACIÓN DEL FOLKLORE EN AZUERO

 

En un artículo intitulado “Nacionalidad y Folklore”, que el ingeniero Manuel Fernando de Las Mercedes Zárate publicó en La Revista Lotería (II época, Vol. VII, #65, abril de 1961, pág. 35 a 42) afirma que “…suele ocurrir a menudo que ciertos osados ‘artistas’ semicultos se apropian de lo folklórico, le introducen elementos arbitrarios, y naturalmente, lo alteran”.

Este vocablo -el de la adulteración- presupone que existe algo que pierde su naturaleza, que deja de ser lo que era, para convertirse y asumir otro rostro. Por este motivo, la voz tiene como sinónimos a falsificación, corrupción, remedo, imitación, etc.

Así las cosas, importa en este caso analizar lo que acontece con el folklore nacional en los tiempos modernos y cómo el proceso de cambio social y cultural incide sobre el mismo y lo transforma; acontecimiento que no es pecaminoso de por sí, ya que una característica del folklore es su plasticidad, quiero decir, su capacidad de evolucionar con el tiempo.

Visto de esta manera, se justifica examinar lo que está aconteciendo con las tradiciones nacionales y cómo el proceso de modernización adultera el saber popular o folklórico, al punto de desnaturalizarlo y convertirlo en caricatura social.

Este aporte reflexivo busca conocer lo que acontece en la región de Azuero, tierra de tradiciones y festividades folklóricos, como ejemplo del proceso social que también puede ser visible en el resto de las provincias nacionales.

El caso de Azuero

En esta zona istmeña las expresiones folklóricas son evidentes, al punto que se ha creído, erróneamente, que Azuero es la cuna del folklore; olvidando que el folklore no tiene cuna y que cada región puede tener manifestaciones que le son propias.

Siendo así, debemos interrogarnos sobre la génesis del proceso cultural de la zona. Digamos, de paso, que la cuestión cultural de Azuero no está determinada por la divisiones político-administrativas, sino que en su conjunto mantienen la misma identidad, con pequeñas diferencias que dificultan hablar de lo herrerano y lo santeño como entes separados.[1]

Existe, eso sí, un modelo de desarrollo agropecuario que ha dejado su impronta en los últimos quinientos años de vida social. La fundación de pequeños pueblos, aunado a la dispersión rural y el surgimiento de minifundios o pequeñas propiedades, fue creando un sentido de pertenencia, que en Azuero es más marcado que en otras latitudes nacionales y que explica en gran medida el sustrato social que ha sido el soporte de las añejas tradiciones.

En la zona el mestizaje creó no sólo un tipo humano, sino un amasijo de herencias hispánicas, indígenas y del negro colonial. Sin olvidar que lo típico del área radica en percatarse que el producto cultural tuvo como expresión hegemónica el legado español.

Lo anterior implica que entre el siglo XVI y XIX la cultura tuvo una raíz campesina, con algunas manifestaciones urbanas en núcleos urbanos como la Villa de Los Santos, Parita, Pesé y Las Tablas, localidades que para aquellas calendas a duras penas pueden llamarse ciudades. Es decir, el tipo humano regional estructura una personalidad colectiva que se mantiene bastante incólume en los primeros de trescientos años de historia.

Hacia la segunda mitad del siglo XIX (1881) el personaje regional fue descrito por el doctor Belisario Porras Barahona, como el orejano, en el ensayo del mismo nombre y que representa un alegato sobre la cultura interiorana y, más específicamente, peninsular.[2]

El mismo opúsculo al que aludo, puede ser considerado como el primer indicador del inicio de cambios sociales y culturales que comienzan a incidir sobre la zona; porque el ilustre tableño, al describir la sociedad regional, implícitamente refleja algún grado de preocupación por los procesos que se están produciendo en Panamá. Me refiero a la inauguración, en el siglo XIX, del ferrocarril transístmico y el intento de construcción del canal francés. Sin olvidar los miles de inmigrantes que arriban a Panamá y que transforman la composición étnica del Istmo. Algunos de los cuales terminan residiendo en Herrera y Los Santos.[3]

Ese primer encuentro de grupos humanos, hábitos, costumbres y tecnologías hablan de una zona que comienza a experimentar la ruptura en sus usos y costumbres regionales. Por ello, la vigésima centuria será clave para comprender el proceso de cambio social y cultural que se implementa y afecta los órdenes de la vida comunitaria: carreteras, sanidad, vestidos, gastronomía, música y demás expresiones.

El siglo XX y sus novedades

Un hito fundamental para comprender lo que acontece, viene a representarlo el Festival Nacional de La Mejorana, evento cultural que nace en 1949. El suceso de Guararé es la expresión organizativa que demuestra cuánto ha calado en el cuerpo social el arribo y nacimiento de una nueva sociedad. Porque en el fondo el festival es la reacción a esos cambios de mediados del siglo XIX y primera mitad del XX.[4]

A partir de estos momentos se instaura en la zona una nueva racionalidad que ya no mira al folklore como una manifestación de identidad, sino como una actividad, que además de folklórica, puede ser comercial. El mismo fenómeno que también observamos en los carnavales regionales, bailes con acordeones, décimas cantadas, confección de polleras, etc.[5]

En la segunda mitad del siglo XX la supremacía de lo económico y empresarial transforma la cuestión cultural azuerense y lo típicamente folklórico va desapareciendo para dar paso a la adulteración del folklore. Acaso porque el influjo de los medios de comunicación de masas (radio, televisión y redes sociales) no permite la normal integración de lo foráneo con lo nativo.

El amasijo cultural que se va constituyendo, al no ser un proceso en donde lo exógeno pasa por etapas de asimilación natural, termina adulterando la esencia de la cultura de la zona. Esta situación puede definirse como de penetración cultural incontrolable, en donde se sobreponen capas de influencias sociales que impiden al ser peninsular discriminar adecuadamente entre lo propio y lo foráneo.[6]

La presencia de los centros educativos y los medios de comunicación, aunados a las redes sociales, se vuelven hegemónicas en el componente social, al punto que casi que desaparece el hombre folk y sus expresiones culturales, porque el proceso de mundialización impulsa otros referentes sociales que resultan más llamativos y apetecibles.

La comercialización del folklore es la consecuencia de este estado de cosas, de la existencia de una sociedad y cultura que ha evolucionado enormemente desde del siglo XX a la actual centuria. Por este motivo resulta tan difícil, por ejemplo, organizar festivales que sean auténticamente folklóricos, porque lo que más abunda son expresiones de proyección folklórica, algunas de las cuales asumen su tarea como si, en efecto, lo que se baila, viste y se ejecuta musicalmente estuviera plenamente enraizado en la cultura vernácula.

Al respecto, los intereses de empresas mercuriales han explotado este filón de eventos festivos ligados al folklor, las que por una parte ofrecen algún tipo de apoyo financiero, pero por el otro, imponen condiciones que muchas veces van en detrimento de la cuestión cultural, la que termina promocionada para ofertar sus productos en el mercado.

En este contexto, la ciencia que versa sobre la sabiduría popular, vale decir, el folklore, se enfrenta a un desafío práctico y teórico que le dificulta analizar, con la misma mirada de antaño, los contemporáneos hechos sociales y culturales.

¿Hacia dónde vamos?

Este es el punto crucial de la encrucijada en que nos encontramos. Una cultura que ya no tiene el control interno de su rumbo, porque interactúa con otras sociedades que le imponen su dominio y visión de mundo. Y la nuestra, mucho más débil, termina por aceptar acríticamente lo que se le ofrece desde otros miradores sociales.

El proceso social al que nos referimos no es nada nuevo, siempre ha estado en el fondo de los préstamos culturales; lo específico estriba en la velocidad de ese cambio social y cultural que imposibilita integrar aquellos elementos que ayudarían a una transición culturalmente sana, sin perder la esencia de nuestra personalidad cultural.

Hay tres aspectos que deberíamos tomar en consideración para el rescate de lo vernáculo. Uno de ellos es nuestra capacidad de organización, el otro, el importante rol de la investigación de los hechos folklóricos y sociológicos, así como el papel del Estado.

Tal vez no estamos haciendo lo debido a nivel de la organización de la cosa folklórica y confundimos la calidad y cantidad de las organizaciones que asumen la tarea de difundir nuestra cuestión cultural tradicional. No se puede negar que pululan en el Istmo los festivales que se autodenominan folklóricos, cuando en realidad son otros los fines para los que teóricamente fueron creados. En realidad, estos eventos festivos hacen más daño a nuestra cultura nativa, porque distan de ser actividades de naturaleza folklórica.

Otra de nuestras debilidades radica en la investigación del hecho folklórico. Y en realidad no debe preocuparnos tanto que la investigación la realice el folklorólogo o el profesional de otra disciplina de las ciencias sociales, siempre y cuando se trate de un estudio serio y no de tipo emocional y de sentido común.

Sólo basados en la investigación podremos indicar cuáles son los fundamentos estructurales del hecho folklórico. Tales son los elementos que debemos destacar y proteger. Por ejemplo, en un carnaval tradicional los elementos estructurales son la plaza, las reinas, los toldos, las mojaderas, las tunas y las calles en conflicto. Con el tiempo la forma que adopte cada elemento estructural ha de variar, más todos ellos en conjunto son la esencia, el fondo del carnaval.

Finalmente, hay que comprender que la ciencia de William John Thoms, Manuel de Las Mercedes Zárate y Dora Pérez de Zárate no puede convertirse en una muralla china para que todo siga igual, porque el sustrato de ese mismo folklore lo constituye la cultura material e inmaterial que ya no es la misma que antaño.

De todo ello se deriva que el Estado Nación, así como los gobiernos en que se encarnan, deben comprender la necesidad de establecer políticas de Estado que coadyuven a mantener la imagen colectiva de la nación, y, en este sentido, el invertir en folklore, además de fomentar la identidad cultural, también es un factor que genera rentabilidad, turismo y desarrollo social.

Estoy convencido que comprendiendo los procesos sociales de la era contemporánea es como lograremos la supervivencia y el rescate de la cultura vernácula. Y ese proceder es aún más relevante que en la época pasada, porque lo supervivencia del folklore istmeño garantiza la panameñidad en una sociedad tan multiétnica como la nuestra y sujeta al influjo de los caminos del mundo.

Milcíades Pinzón Rodríguez

Guararé, septiembre de 2025



NOTAS

[1] Sobre el tópico puede consultarse mi trabajo. EL HOMBRE Y LA CULTURA DE AZUERO. Chitré: Imprenta Crisol S.A., 1990, 48 págs.

[2] Al respecto puede leerse: Porras Barahona, Belisario. EL OREJANO. Panamá: Talleres de la imprenta de la Universidad de Panamá, 2021, 45 páginas.

[3] Ver n ejemplo que ilustra el impacto de los inmigrantes en la zona: Pinzón Rodríguez, Milcíades. Pinzón Rodríguez. DON PABLO ‘PABÍN’ EPIFANIO SÁNCHEZ Z (Historia de vida de un santeño emprendedor). Villa de Los Santos: Imprenta Any S.A., 2014, 29 págs.

[4] El tema ha sido tratado en los siguientes aportes: Vergara García, David. CON LA MEJORANA AL HOMBRO. Chitré: Rapid Impresos, 2024, 86 págs. De la misma manera en: Pinzón Rodríguez, Milcíades. FESTIVAL NACIONAL DE LA MEJORANA. Chitré: Rapid Impresos, 2024, 77 págs.

[5] Mayores detalles sobre el tema que comentados pueden consultarse en www.sociologiadeazuero.net En la página web el lector podrá ampliar su visión sobre la península de Azuero en temas de historia, educación, ambiente, biografías, así como otros tópicos peninsulares.

[6] El autor ha investigado este tema desde el año 1985. Ver “Adulteración y comercialización del folklore. Especial referencia al caso santeño”; en REVISTA IMAGEN # 6, Panamá: Extensión Cultural de La Universidad de Panamá, 1985, págs.. 107-112.


17 septiembre 2025

LA MEJORANA Y EL CAMBIO SOCIAL

 


Han transcurrido algo más de tres cuartos de siglo desde la creación del Festival Nacional de La Mejorana, el evento folklórico que idearon Dora Pérez y Manuel Fernando de Las Mercedes Zárate. Por aquellas calendas corría el año 1949 y América Latina apenas se sacudía del lastre del período colonial. Y me arriesgo a afirmar que el aludido proyecto vernáculo, si no es el primero, está entre los zapadores del continente, ya que no he podido precisar otro del mismo tipo y naturaleza, en una época cuando los estudios científicos del folklor apenas asomaban su faz.

Los panameños tenemos sobradas razones para sentirnos orgullosos del cónclave tradicional que tiene como escenario la población de Guararé, en la provincia de Los Santos. Resulta curioso, pero no casual, que se organice en un escenario como el que ofrece la pequeña ciudad santeña, porque la virtud de pueblo chico, en el que las relaciones interpersonales son más estrechas y de tipo primario, contribuye a darle al festejo ese aire de cosa propia y familiar, de mágico hechizo en el que todos nos sentimos abrazados en la panameñidad. Y no podría ser de otra manera, porque en Guararé el evento vernáculo y el poblado hablan el mismo lenguaje sociocultural.

Algunos han afirmado, para explicar la génesis del festival, que el cónclave se debe a una promesa que los esposos Zárate tenían que cumplir a la virgen de Las Mercedes, debido a la enfermedad y posterior sanación de la hija. En lo personal, sin negar el relato, creo que esta es la versión romántica sobre el origen del festival.

Las verdaderas razones son más de tipo estructural y se vinculan con los procesos de cambio que vivía la nación y la región peninsular. En el país el empuje de la modernidad iba haciendo que retrocediera el proyecto social colonial, como queda dicho, apabullado por el arribo de médicos, enfermeras, maestros, carreteras y otras manifestaciones del cambio social, como aquellas de tipo jurídico que arrinconan la guapería de los campos, ya que el derecho positivo se impone al de tipo consuetudinario.  Sin olvidar que en el plano económico el Estado amplía el mercado interno e introduce otra racionalidad económica, muy diferente a la cultura campesina.

Desde esta perspectiva analítica, se comprende que el festival guarareño nace en la encrucijada de dos mundos. Expresa una preocupación y dolencia por la sociedad campesina que está difuminándose y simultáneamente llama la atención por la pérdida de identidad cultural que ello implica. Por eso podemos decir que el evento es al mismo tiempo congoja y presagio de un mundo nuevo.

Esta cualidad a que hago referencia, vale decir, lo antiguo que se somete al impacto de lo nuevo, ha acompañado a la fiesta guarareña desde su creación, porque ella misma encarna la encrucijada en la que vive atrapada. Es decir, quiere e intenta fomentar las expresiones más antiguas, mientras la sociedad evoluciona y es sometida a los requerimientos del mercado y al encuentro con otras culturas.

Tal es el dilema en el que vive el Festival Nacional de La Mejorana, en una época contemporánea que desacraliza la concepción y filosofía de sus fundadores. Porque el punto es que el folklore de antaño dista mucho de ser el de una sociedad de redes sociales, con música y modismos diferentes; e incluso con una teoría del folklore cuya definición y sujeto social se quedó petrificado en el ayer.

Todo esto es lo que explica la transformación de la pollera, de las camisillas, canto y toque de la mejorana, abanderados, conjuntos y todo un cúmulo de expresiones que hace tiempo dejaron de ser folklóricas y que subsisten como folklore adulterado.

Lo maravilloso y extraordinario del festival guarareño radica en continuar, por tanto tiempo, exclamando como Juan el Bautista: “Yo soy la voz que clama en el desierto” En un contexto istmeño en donde las políticas de Estado no brindan el apoyo necesario para fomentar y defender el folklore nacional, por la sencilla razón de que la cuestión folklórica ha devenido en mercancía que se vende en el mercado. Así están las cosas en este país de Justo, Belisario, Manuel y Dora.

.......mpr...

16/IX/2025